Tres de cada 10 hogares ecuatorianos viven sin servicios básicos

Las falencias en el acceso al agua, alcantarillado y electricidad impactan en la salud y desarrollo de los ciudadanos.

 En Ecuador, 3 de cada 10 hogares no cuentan con servicios básicos como agua, alcantarillado, energía eléctrica o recolección de basura.

Quienes carecen de estas garantías experimentan graves problemas en su salud, pues están expuestos al agua estancada, al mal manejo de heces, la proliferación de bacterias y más.

Según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) entre 2018 y 2021, el aumento de porcentaje de acceso a servicios básicos fue de dos puntos.

Las zonas con menos acceso son las rurales donde solo el 43,8% cuenta con servicios básicos.

Más gasto ciudadano

 En Esmeraldas se estima que 265 barrios se desenvuelven sin agua potable o alcantarillado. Las poblaciones se abastecen con tanqueros que pasan dos veces por semana. En ocasiones pueden tardar ocho días.

La gente paga 80 centavos de dólar por cada tanque de 55 litros.

Esta realidad se repite en suburbios de Guayaquil, Durán, Manabí y en la Amazonía. Esta última es la región que registra menos acceso a servicios básicos.

Por ejemplo, la mitad de las familias de las provincias de Orellana y Morona Santiago cuentan con agua, energía eléctrica, alcantarillado y otros servicios básicos, Mientras que Pichincha, con 93% de acceso se ubica en primer lugar; seguida de Azuay a servicios básicos, y Azuay, con el 85,9%.

La importancia del acceso al agua fue más notoria durante la pandemia por COVID-19, pues el lavado de manos es una de las herramientas para evitar contagios.

Sin embargo, el no tener agua provoca la infección de otros virus, gérmenes, bacterias e infecciones. También frena la resistencia microbiana. 

 Además, aunque no se cataloga como un servicio básico, el acceso al jabón también tiene falencias a escala nacional. Aproximadamente 1’120.000 ecuatorianos no cuentan con este insumo.

 Según el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el principal factor es la falta de recursos económicos para poder comprar un barra de jabón o detergente, que en el mercado tiene un valor de $1,16 hasta $3,70.

 Los datos son de 2020 y podrían ser más altos, tomando en cuenta que – según Unicef– 8 de cada 10 hogares con niños en Ecuador cuentan con menos ingresos como consecuencia de la pandemia.

 “A las familias con niños y niñas, les tomará 11 años salir de la pobreza, tres veces más que a los hogares sin hijos”, señala el organismo.

Agua y saneamiento

Erwin Ronquillo, secretario técnico de Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil, señala que entre las decisiones que el presidente Guillermo Lasso ha tomado está definir una línea de crédito especial que el Banco de Desarrollo del Ecuador  (BDE) para entregarle a los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD), por medio del cual se va ampliar su cupo de crédito para proyectos de agua y saneamiento.

“Esta línea especial incluye un aumento del plazo del pago de 15 a 25 años en una reducción de la tasa de interés del 5%”, dice.

Y es que la falta de un sistema adecuado de agua y saneamiento aumenta el riesgo a sufrir desnutrición crónica infantil. (AVV)

Recolección de basura

Según el INEC, el 87,2% de hogares cuenta con espacios para depositar la basura para que pueda ser llevada a rellenos sanitarios, en zonas urbanas.

La realidad es muy distinta en la ruralidad donde solo el 59,2% cuenta con espacios para depositar la basura. Es decir, que los residuos se colocan en calles o fuera de las casas. Esto implica un alto impacto ambiental y atrae plagas como ratas.

Esto, a su vez, impacta en la salud y también el tratamiento de los residuos.

Un informe difundido por la Contraloría General del Estado (CGE), difundido entre 2011 y 2020, señala que el 34,55% de las irregularidades en Municipios se derivaron de inobservancias de normativa técnica y legal, en el ámbito ambiental del manejo de desechos.

“Se observaron falencias y falta de planificación en los cierres técnicos de botaderos a cielo abierto y la ausencia de controles sobre la calidad de los efluentes (líquidos residuales) de las plantas de tratamiento de lixiviados (producto de la descomposición de los desechos y residuos) antes de ser descargados a fuentes hídricas naturales, rebasaron el límite máximo permitido para su descarga, establecido en la normativa ambiental”, dice la Contraloría.

Viviendas abastecidas de agua por red pública

FUENTE: INEC