Dos de sus síntomas más graves son la automutilación y el suicidio. Como toda enfermedad, esta se puede estabilizar.
Vivir con Trastorno Límite de Personalidad (TLP) no es un juego, vivir con TLP no es querer llamar la atención. De acuerdo con la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM V, el Trastorno Límite de Personalidad es una enfermedad mental que mantiene el bienestar de una persona de manera inestable. Una de las mayores características del TLP es cuánto pueden correr peligro o estar en riesgo los pacientes con este diagnóstico. Típicamente suele haber cortes, quemaduras o cualquier autolesión, pero especialmente tienen un alto riesgo de suicidio.
¿Alguna vez has sentido que los que más quieres te dejan solo? o ¿un vacío interior en tu pecho que te carcome vivo hasta no poder más? o ¿si todo lo que haces te sale mal, como si te estuvieras saboteando? Así me siento yo, así es vivir con
Trastorno Límite de Personalidad. Mi nombre es María Paz Capelo, tengo 22 años y en abril del 2021 fui diagnosticada con bipolaridad tipo 2 y TLP. Mi enfermedad no ha sido nada fácil, siempre he estado en un vaivén de alteraciones de humor, en pocas palabras soy inestable. Vivir asusta, vivir duele y la depresión abunda, pero no se va la esperanza de poder salir adelante y, como me suele decir mi psicólogo, es cuestión de tiempo.
‘‘Es un trastorno que está arraigado al carácter de la persona y generalmente se empieza a diagnosticar en la adultez temprana. Sin embargo, hay indicios desde la temprana edad’’, explica Estefanía Sevilla, psicóloga clínica.
Este trastorno altera la conducta frente a las relaciones interpersonales, la relación con los alimentos y sobre todo a la inestabilidad emocional.
Como persona con TLP, hay veces que no pienso lo que digo, hay veces que me lastimo sin darme cuenta, hay veces que no soporto más lo que siento y hay veces en donde hago cosas que me arrepiento. Vivir con un diagnóstico mental no es fácil, incluso cuesta aceptarlo. Recuerdo una de las varias veces que me puse en peligro, sintiendo que no tenía control, cogí mis pastillas y las tomé desesperadamente; a partir de la número cincuenta dejé de contar.
Para los pacientes con este diagnóstico, se recomienda de acuerdo con Sevilla, la terapia dialéctica conductual. Esta se enfoca en proporcionar un manejo y equilibrio emocional. ‘‘Asimismo disminuir el cutting o las autolesiones, que son las conductas de riesgo, que evidentemente se relaciona con el suicidio’’, detalla Sevilla. El manejo emocional es de extrema importancia en las personas con TLP y la terapia proporciona herramientas sociales para evadir conflictos interpersonales. ‘‘Obviamente se debe hacer un acompañamiento psiquiátrico para que los pacientes logren la estabilidad’’, agrega.
No es un diagnóstico que se evalúa de un día para el otro, Por eso se recomienda basarse en distintas pruebas de personalidad (MCMI y la MMPI) debido a que suelen confundir este trastorno mental con la bipolaridad tipo 2.
-El suicidio es la única forma de muerte que se puede prevenir.
-El TLP se cura en la adultez, alrededor de los 28 años.
-El 75% de los pacientes que tienen tlp son mujeres.
Este es un trabajo con estudiantes de periodismo de la USFQ.
María Paz Capelo