Testimonios de médicos difieren de actuaciones recientes de Jorge Glas

Semblante. Jorge Glas en una concentración masiva tras su salida de la cárcel de Latacunga.
Semblante. Jorge Glas en una concentración masiva tras su salida de la cárcel de Latacunga.

Según los médicos que dieron su testimonio en la audiencia de hábeas corpus, Jorge Glas “ha tenido trastornos mentales, dolores articulares y alucinaciones”.

Pocas horas después de recuperar su libertad, el exvicepresidente Jorge Glas participó en  una caravana motorizada hacia Guayaquil. Durante ese periplo, pasó por Santo Domingo de los Tsáchilas, Babahoyo y Quevedo. A su llegada al Puerto Principal se incorporó a una masiva concentración en el Coliseo River Oeste.  Acompañado de simpatizantes y amigos celebró con euforia su ‘libertad’, obtenida a través del recurso de habeas corpus.

Estos hechos y actuaciones  difieren con los testimonios de médicos,  quienes durante la audiencia, que se realizó el sábado 9 de abril de 2022 en la Unidad Judicial de Manglaralto (Santa Elena), describieron a un exvicepresidente con dolores articulares y trastornos mentales, durante su permanencia en prisión.

Este y otros relatos llevaron al juez Diego Moscoso a otorgarle el beneficio que le permitió dejar la cárcel de Latacunga, donde permaneció por más de cuatro años.

‘Múltiples enfermedades’

De acuerdo con el testimonio que el  doctor Édison Alejandro Barreto Zambrano ofreció durante la diligencia y que consta en el proceso,  el paciente Jorge Glas mantiene múltiples enfermedades y una de ellas es genética e incurable como la espondilitis anquilosante, diagnosticada hace casi 19 años en un laboratorio genético con el genoma HLA B27. Narró que muchos de los medicamentos que está tomando son adictivos, lo que provoca que los síntomas del paciente no puedan ser sosegados o aplacados.

En los casos de espondilitis anquilosante la característica es la limitación funcional de las articulaciones, al no tener una rehabilitación física adecuada que es nula y en ningún momento la ha tenido. Barreto concluyó que, tanto el tratamiento farmacológico, como los ejercicios de rehabilitación física son importantes para que las articulaciones puedan tener su movilidad natural.

“La enfermedad se ha acelerado tan gravemente que los síntomas que presenta actualmente el paciente debería tenerlos después de 20 años, no ahora. Tanto así, que el paciente plantea una limitante como es el levantarse de la cama después de unas horas de siesta o dormir en la noche, la demora de poder levantarse o poder mover sus articulaciones adecuadamente entre 30 a 45 minutos, es un paciente con sintomatología grave, la recomendación está en la rehabilitación física”, comentó.

Barreto, agregó que el paciente ha tenido cuadros en los que alucina; muchas veces ha referido que ve sangre en las paredes cuando no las hay, insectos y que escucha voces que le hablan en la noche, en la mañana, todo el día.

Según dijo, esto es un efecto traumático después de los «eventos sangrientos» provocados en el centro penitenciario, lo que le ha llevado a un trastorno psicológico. «La salud mental del paciente también está muy afectada», afirmó.

Glas asegura que atentó contra su vida 

En la diligencia, Michael Brune, médico psiquiatra y psicoterapeuta alemán contó que, cuando lo visitó en la cárcel tenía un cuadro psiquiátrico grave y un trastorno depresivo mayor con síntomas psicóticos y un trastorno postraumático de estrés.

“Él (Glas) está en un ambiente en el que no se pueden curar sus trastornos psiquiátricos. Está con personas víctimas de torturas, permanentemente. Necesita un psicoterapeuta experimentado en psicotraumatología y un tratamiento fuera de la cárcel, porque es imposible curarle, se van a agravar más antes que curarle, existe un riesgo de suicidio”, añadió el médico en su versión ante el juez.

En  la audiencia, el exvicepresidente contó que atentó contra su propia vida. “Estaba en un estado mental lamentable y depresivo, las marcas de mi brazo, que me hice el 31 de diciembre, son porque ya no quería seguir viviendo”, relató.  (SC)

Sin herramientas jurídicas

Iván Saquicela, presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), y Fausto Murillo, titular del Consejo de la Judicatura (CJ), condenaron la actitud del juez Diego Moscoso por su actuación a la que calificaron de “irregular”.

Saquicela añadió que la SNAI debe denunciar, en derecho y con objetividad, al juez si considera que hubo una mala actuación.

Murillo explicó que, para decidir la suspensión de un juez se necesita un informe motivado con elementos que establezcan que se ha cometido una infracción gravísima.

Adicionalmente, Saquicela  propuso al presidente Guillermo Lasso que retome su propuesta inicial de una consulta popular y de reformas a la Función judicial y permitir que la CNJ tenga una sala especializada para el control disciplinario.

Malestar en SNAI

Fuentes del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), advirtieron de la existencia de una falta de comunicación entre el abogado de la cárcel de Latacunga, Alexis Oviedo, y la dirección de Patrocinio de esa institución para la realización de la audiencia de habeas corpus por ser un caso considerado “delicado”.

Según la fuente, dentro de la institución hay malestar por las circunstancias en las que se produjo la libertad de Glas y, más aún, si eventualmente  la dirección de Patrocinio perdiera el recurso de apelación que se interpuso en contra de la liberación del exvicepresidente.

Glas tiene dos sentencias ejecutoriadas por los delitos de asociación ilícita y cohecho en la CNJ relacionados con el caso 'Sobornos'.  Está pendiente el proceso en el caso Singue. El exfuncionario permanece en su domicilio en Guayaquil.
En octubre de 2018 se negó la primera acción de habeas corpus para Glas.  El 27 de febrero tampoco se aceptó el pedido presentado por su defensa.