Con Correa, a pesar del subsidio a combustibles, los precios crecían casi cuatro veces más que ahora

alza precios combustible
El Gobierno de Lasso decidió congelar los precios y ya no eliminar el subsidio.

Entre 2007 y 2017, la inflación promedió casi el 4% anual; mientras, en el año de vigencia del sistema de bandas, la inflación llegó al 1,07%.

Luego del anuncio del presidente de la República, Guillermo Lasso, sobre la decisión de congelar el precio de los combustibles y dejar sin efecto el sistema de eliminación de los subsidios, las críticas estallaron desde grupos políticos como el correísmo e incluso los trabajadores públicos del sector petrolero.

A través de mensajes en redes sociales, cuadros de la Revolución Ciudadana se jactaron que durante su Gobierno el precio del diésel se mantuvo en $1,037; y aseguraron que es una burla que ahora se hable de congelamiento con un último aumento en los precios.

La decisión de Lasso establece que el diésel se cotizará en $1.90 desde este 23 de octubre 2021 ($0,21 por encima de la última actualización del 12 de octubre); mientras la gasolina extra costará $2,55 ($0,05 más que el precio establecido el 12 de octubre).

Según la lógica de los opositores, esas últimas modificaciones golpearán aún más a la clase media y a los pobres. Además, se llega a decir: “quieren precios internacionales, paguen salarios internacionales”.

Sin embargo, la evidencia va a contracorriente de ese discurso. Así, durante el año de vigencia del sistema de bandas, que permitía subir los precios de los combustibles entre 3% y 5% cada mes, la inflación llegó a un máximo de 1,07% anual, es decir, un promedio de 0,089% al mes.

En la situación opuesta, durante la década de Rafael Correa en el poder (2007 a 2017), con unos precios inamovibles y subsidio completo, la inflación promedió 3,77% anual.
Es más, entre 2008 y 2012, en medio de los mejores años de la bonanza petrolera, el aumento en el nivel de precios fue siempre mayor al 4%.

 

El gasto público irresponsable es más perjudicial

Si se sigue la lógica del correísmo, su administración golpeó mucho más al bolsillo de los ciudadanos. En 2008, por ejemplo, cuando se dio el salto inicial en el gasto público, la inflación llegó al 8,39%; y al año siguiente, el nivel de precios subió más del 5%.

Belén Armas, economista, explicó que, en su afán de cimentar su popularidad y montar un sistema clientelar, se disparó el tamaño del Estado y creó la falsa sensación de que la economía se volvía productiva.

“Esa sensación solo duró mientras el Gobierno pudo sacarle el jugo a los buenos precios internacionales del petróleo y otros productos, el endeudamiento y una escala de reformas tributarias para sacarle más plata a la gente y las empresas (promedio de 2 al año”, dijo.

Ese manejo irresponsable creó el hueco de $400 millones al mes que ahora tiene el Estado. A la par, a pesar de ser una economía dolarizada, aumentó el costo de la vida y se fue cocinando las condiciones de la crisis que ya se sentía en 2019 (antes de la pandemia).

El peso de los combustibles en la estructura productiva ecuatoriana es del 9%, es decir, representan $9 de cada $100 en los costos.

Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el transporte tuvo una inflación del 0,0415% en el último.

Un factor más importante de la escalada de precios es el encarecimiento de los insumos importados y el aumento de los costos logísticos dentro de la llamada crisis de los contenedores. (JS)

DATO: Incluso antes de la decisión del congelamiento, organismo como el Banco Mundial proyectaban que la inflación de Ecuador estaría en alrededor de 1,2% hasta 2025