Ser padre en otro país es tarea difícil

Xavier Antonio Vizuete llegó hace más de un año a Ecuador, cuando aún no se vislumbraba la gravedad que tendría la pandemia por el coronavirus. Hoy tiene 56 años y su anhelo es poder regresar algún día a su natal Venezuela.

Para él su situación ha sido muy difícil, ya que ha tenido que dejar a una parte de sus hijos y a su esposa para buscar una mejor vida. Esto debido a la crisis sistémica que atraviesa su Patria, a la que añora. Dice que no pasa un día sin que recuerde sus colores ni deje de rememorar sus olores y sus sabores.

Al llegar a Ecuador, trabajó una temporada como técnico de una empresa de la cual no recibió el pago por los servicios prestados.Hoy, al festejar el Día del Padre sin que su familia esté completa, sin trabajo y con una situación de calle le resulta desconsolador. Quisiera que la suerte le cambiara para sacarlos de esa situación y proporcionarles todo lo que -sabe- ellos se merecen.

Sus ojos se llenan de lágrimas al hablar de sus seres queridos y recordar por todo lo que han pasado. Vive con sus dos hijas y los nietos que estas le dieron. Ellos recorren las calles de Quito para solventar sus gastos diarios a través de la mendicidad. Al día logran entre $5 y $8, pero relata que hay otros en que no sacan ni $2. Y cuando ocurre eso no obtienen lo suficiente ni siquiera para comer mal.

Él lo atribuye todo a su poca suerte y a la desgracia de que su país “se dejó hechizar por políticos que fueron encantadores de serpientes. Todito les creímos, fuimos unos pendejos”, afirma con rabia y en el habla caribe que su estancia en los Andes no ha podido borrar.

Ser padre en tiempos de pandemia y en otro suelo es para Vizuete el mayor reto que ha tenido que afrontar en su vida. No cumplir con su rol como él quisiera le deprime y solo respira profundamente para tratar de calmar el dolor que significa haberlo perdido todo y no encontrar el modo de recuperarlo.

A uno de sus nietos de 5 años le resulta indiferente la situación. El pequeño parece solo pensar en la posibilidad remota de recibir un plato de comida por ese día. La ropa que visten los nietos de Anotnio es un regalo de los moradores del sector de la Plaza Artigas, en el centro-norte de Quito. Algunas personas, al ver su estado, tratan de ayudarlos de vez en cuando.

Vizuete y su familia forman parte de la estadística del Ministerio del Interior, según la cual unos 3.000 venezolanos ingresan diariamente al país, principalmente a través del Puente internacional de Rumichaca

Hasta junio de 2020, Ecuador había recibido a 400.000 venezolanos, según el Banco Mundial.