La economía creció un 4% en 2021, ni la mitad de la caída durante la pandemia. Mujeres y campesinos son los principales excluidos de ese crecimiento.
Hasta noviembre de 2020, la pandemia había provocado la pérdida de más de 800.000 empleos adecuados, es decir, trabajos con al menos $400 de ingreso mensual. A noviembre de 2021, se recuperaron alrededor de 530.000 de esos empleos perdidos; pero la economía nacional todavía está lejos de los niveles de 2019.
La relativa recuperación durante el año pasado se sustentó en un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de alrededor de 4%; sin embargo, ese crecimiento tampoco cubre la caída de casi 8% durante el primer embate de la crisis sanitaria.
Es más, de acuerdo con Hanns Soledispa, director de la empresa consultora Exponential Research, si se compara con el PIB de hace dos años, la economía ecuatoriana está 4,1% por debajo de los niveles pre COVID-19.
Además, los sectores que apuntalaron el crecimiento durante 2021 son los que menos empleo generan. Es decir, Ecuador ha experimentado un fenómeno que se denomina rebote luego de una profunda caída; pero sustentado en condiciones externas más que en una mejora sustancial del mercado interno.
Así, los principales ganadores en el año pasado fueron minas y canteras con un incremento del 40%, sustentado en los mejores precios de los minerales; refinación de petróleo con un aumento del 22,7%, sustentado en el mayor valor internacional del barril de crudo; pesca y acuicultura con un crecimiento del 11,9%; y procesamiento y conservación de productos acuáticos con una mejora del 12,9%.
Pero esos sectores, en conjunto, son responsables de apenas el 1,3% del empleo nacional.
Por el otro lado, la agricultura, que genera 27% de los puestos de trabajo, creció 1,5%; mientras la construcción, que es responsable de casi el 5% del empleo, cayó más del 4%.
Asimismo, con mejoras menores al 10%, luego de una caída de más del 20%, están otros sectores importantes como comercio y servicios de comida y alojamiento.
En este contexto, la recuperación en el consumo de los hogares y en la generación de trabajos adecuados pueden ser un espejismo, que se diluirá en poco tiempo, si no se fomentan mejores condiciones en los sectores que más oportunidades producen para el mercado laboral.
Promesas versus realidad
Para cumplir su meta de 2 millones de empleos de calidad hasta 2025, el Gobierno de Guillermo Lasso deberá crear al menos 500.000 nuevos puestos durante este año 2022.
Andrés Mideros, decano de la facultad de economía de la Universidad Católica, explicó que la situación se vuelve más compleja si se analiza que se mantienen los niveles de informalidad, y que los mayores beneficiados por la relativa mejora en el mercado laboral son hombres dentro de las ciudades.
Los excluidos de la recuperación económica siguen siendo las mujeres y los campesinos. Esta realidad no solo que puede minar las posibilidades de crecimiento a futuro, sino que puede ser fuente de mayor conflictividad política y social.
Una de las apuestas de Lasso para revertir el abandono del campo por más de 14 años son los créditos al 1% y a 30 años de plazo. Sin embargo, todo dependerá de qué tan eficientemente se entrega el financiamiento y de que se dé asesoría técnica a los pequeños productores para que el dinero se utilice de la mejor manera posible.
En el primer caso, el primer mandatario ha asegurado que se ha establecido un proceso lo menos burocrático posible; pero en el segundo caso, el Gobierno ha descartado hacer acompañamiento y seguimiento, por lo que los resultados son inciertos. (JS)
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