Quito no aprende del aluvión de La Gasca, las lluvias siguen causando estragos

Afectación. Tras las lluvias del 6 de junio de 2022, en Quito, 400 metros cúbicos de lodo afectaron a 36 personas.
Afectación. Tras las lluvias del 6 de junio de 2022, en Quito, 400 metros cúbicos de lodo afectaron a 36 personas.

Al menos 31 personas han sido evacuadas del barrio Manuela Sáenz.

Cuando se pregunta por el plan de lluvias en Quito, los funcionarios de la Secretaría de Seguridad señalan que los encargados están en el COE Metropolitano. Estos, a su vez, le lanzan la pelotita Emseguridad. Desde ahí, cualquier solicitud de información se devuelve directamente a la Secretaría de Seguridad.

Más allá de este juego burocrático, lo cierto es que el plan de lluvias en Quito “es reactivo” y la ordenanza que regula estas actuaciones “está desactualizada”, comenta Cristopher Velasco, presidente de la Asociación de profesionales de Gestión de Riesgos del Ecuador.

El experto detalla que las autoridades y ciudadanos tienen una “memoria temporal”, pues se olvidaron que en el aluvión de La Gasca (31 de enero de 2022) murieron 28 personas, pero la ciudad sigue sin trabajar en “sistemas de alerta temprana”.

 Freddy Moreno, director metropolitano de Gestión de Riesgos, dice que las medidas de prevención, preparación y respuesta se actualizan cada año. Entonces, ¿por qué se repiten emergencias por lluvias?

Moreno dice que, a escala global, se ha establecido que por el cambio climático, los eventos naturales, como la lluvia, duren más y sean más fuertes. Agrega que no se puede tener un cálculo por adelantado de la dimensión que tendrán las precipitaciones.

La concejala Mónica Sandoval discrepa con esta visión. “Es verdad que es atípico que llueva tan fuerte en junio. Pero no se le puede decir a la gente ‘es que yo no sabía que iba a llover’”.

Moreno dice que hay que conocer que Quito tiene muchas variantes por los tipos de terreno y su morfología. “También hay procesos donde hay intervención del ser humano (…) eso determina que exista amenazas”.

Todos los factores mencionados por Moreno son de conocimiento público y se reiteraron durante la tragedia de La Gasca. ¿Qué ha hecho entonces el Municipio?

“Estamos trabajando en temas de recategorización para que las personas puedan ir a lugares seguros. El plan no se enfoca solo en la parte de respuesta que, lamentablemente, es la más visible”, agrega.

Cuatro meses después de la tragedia de La Gasca, en el barrio Manuelita Sáenz, en la avenida Simón Bolívar, en el sur de Quito, se produjo un aluvión.

“Por suerte, no estamos lamentando pérdidas de vidas humanas, pero sí hay que entrar en un profundo análisis de qué hacer en la ciudad”, dice el concejal Fernando Morales, quien señala que existe demora y dificultad desde el Municipio para entregar permisos de construcción de viviendas.

“Esto lleva a los quiteños a construir de manera informal y lleva a los quiteños a no tener construcciones con medidas de seguridad y aspectos técnicos que corren riesgo de colapsar cuando llegan lluvias fuertes ”, agrega Morales.

Velasco reitera que hay acciones a corto plazo que pueden remediar problemas como los de las quebradas y servirían para precautelar que eventos como un aluvión se repitan.

Velasco explica que se debe trabajar en muros de contención, trampas de lodo y cunetas para garantizar el desfogue de la lluvia.

Pero, pese a la experiencia de La Gasca, en el barrio Manuelita Sáenz no existieron estos método preventivos por lo que 400 metros cúbicos de lodo cayeron sobre tres casas en las que habitan 36 personas (unas nueve familias).

Además, se estima que otras 20 viviendas tienen riesgo frente a un deslizamiento, pero sus habitantes no quieren desalojar por temor a que alguien robe sus pertenencias y sus animales.

Esta no fue la única emergencia registrada el 6 de junio de 2022. En el sector de Monjas, en la línea ferrea-E14, en el centro de Quito, se reportó el colapso del techo de una vivienda. Mientras que en el sector Jesús del Gran Poder (Chilibulo) una vivienda colapsó debido a un deslizamiento de tierra, que arrastró árboles.

El trabajo de las autoridades, dice Velasco, debe enfocarse en una medición de los efectos del calentamiento global, pues ya se advierte que en los siguientes años las lluvias serán más fuertes.

Los datos del Ministerio del Ambiente detallan que entre 1960 y 2010 la temperatura en Ecuador aumentó un grado celsius.

Mientras, desde el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) se prevé que entre 2040 y 2070 haya un aumento de 2,7 grados celsius en la temperatura promedio. Solo con el aumento de 1,5 grados centígrados en la temperatura, una población vivirá efectos devastadores, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que presentó un informe el 9 de agosto de 2021.

La concejala Mónica Sandoval señala que se siguen descuidando las acciones de limpieza constante de quebradas. Tampoco se han ampliado las declaratorias de zonas protegidas o evitado los asentamientos irregulares. “Se viene época de campaña y vas a ver como más de uno ofrece regularizar barrios por regularizar”.

Sobre el último punto, Sandoval ha criticado que, como beneficio político, se otorguen permisos para rellenar quebradas y construir casas y hasta edificios de más de cinco pisos en zonas sensibles. “La única forma de que no haya asentamientos es expropiar. Cuando hay zonas como la 10 de Agosto que está botada, hay que hacer un proyecto de vivienda social, para repoblar estas zonas”, agrega. (AVV)

“No hay una lección debidamente aprendida (del aluvión de La Gasca). El plan de lluvias o no se aplicó o es insuficiente”, Mónica Sandoval, concejala de Quito.

30 a 40 milímetros de lluvia cayeron el 6 de junio de 2022. En el aluvión de La Gasca la lluvia fue de 75 milímetros.
El Plan Anual de Prevención y Respuesta ante Eventos Climáticos 2021 tuvo un presupuesto de $13 millones.
El plan de lluvias e incendios de Quito cuenta con presupuesto dentro de los $11 millones, que se recolectan de la tasa de seguridad.