Barrios como La Mariscal, La Roldós, Chillogallo y Solanda se han convertido en santuarios de bandas criminales, según un informe elaborado por el coronel Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia Militar.
¿Qué es un santuario criminal? El coronel Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia Militar, lo define como una zona donde las bandas criminales ejercen una gobernanza criminal “desafiando, en unos casos, a la autoridad estatal y en otros asumiendo competencias constitucionales”.
En Quito se han identificado al menos 10 de estos santuarios criminales en barrios donde la violencia criminal ha aumentado.
Según el informe de Pazmiño, estos santuarios se ubican en los barrios La Comuna, Roldós, Loma de Puengasí, La Magdalena, Chillogallo, El Inca, Cotocollao, Carcelén, Guamaní, El Panecillo, San Roque, Calderón y El Beaterio.
Los santuarios criminales crean ‘microestados’
Pazmiño advierte que los santuarios criminales crean ‘microestados’, es decir, sitios donde la población se siente protegida por determinada banda criminal y ya no por las autoridades del Gobierno. Esto crea fidelidad de la población hacia quienes ejercen el crimen, lo que los vuelve más susceptibles de ser captados por dichas bandas.
El informe detalla que la gobernanza criminal se ha asentado en barrios marginales de varias ciudades, donde las bandas imponen su ley y orden, ofreciendo protección a cambio de lealtad “en una simbiosis perversa”.
A escala nacional se han identificado 167 santuarios donde las organizaciones delictivas ejercen una gobernanza criminal. Están ubicados, principalmente, en Guayas y Esmeraldas.
Pazmiño resalta que la gobernanza criminal genera control territorial, social y económico que organizaciones delictivas ejercen en ciertas áreas, reemplazando o complementando al Estado en funciones esenciales establecidas constitucionalmente como su responsabilidad. En pocas palabras es la pérdida de soberanía por parte de las autoridades gubernamentales sobre espacios territoriales como barrios y en ocasiones cantones. Este fenómeno no es exclusivo de Ecuador, pero su presencia en el país ha crecido de manera alarmante en los últimos años, afectando gravemente la seguridad y la estabilidad social.
Estas organizaciones delictivas no solo se involucran en actividades ilegales, sino que también proporcionan servicios y regulan aspectos de la vida cotidiana en las comunidades que controlan, estableciendo una especie de orden paralelo.
¿Cómo actuar ante los santuarios criminales?
Pazmiño señala que al estar identificados santuarios criminales o encontrar símbolos como el de los zapatos colgados en cables de luz que, en Solanda (sur de Quito), son muestra de la llegada de bandas narco delictivas, la población debe denunciarlo.
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También es necesario que los patrullajes sean permanentes hasta que las bandas criminales abandonen determinado territorio. (DLH)
Más bandas y guerras por territorios en Quito
El 7 de agosto de 2024, en el reportaje ‘Quito: ¿Qué bandas criminales mandan y en qué sectores?’ LA HORA reveló que la llegada de más bandas narco criminales a Quito provocó una guerra por territorios, donde hay sicariatos y víctimas colaterales.
En Quito, los Choneros buscan quitarle el territorio ganado a los Lobos; y en Manta, los Lobos quieren las zonas de los Choneros.
En ambas zonas, las estrategias han sido enfrentamientos violentos y matanzas. Los registros policiales detallan que desde 2022 los Lobos reclutaron a miembros de pandillas y bandas locales.
Lo hicieron para controlar el microtráfico de drogas, que antes se hacía entre los pasajes y callejones del popular barrio. Ahora, los delincuentes ya no tienen temor de mostrarse a plena luz del día y hostigar a los moradores asaltándolos y extorsionándolos.
Paola Suárez, jefa de la Policía del Distrito Eloy Alfaro, dice que este 2024 –en este distrito al que pertenece Solanda– se ha aprehendido a 354 personas, pero “la mayoría inmediatamente sale en libertad”. Los principales delitos, dice Suárez, son: extorsión, microtráfico, robo, desmantelamiento de vehículos y robo de casas.
“Los santuarios criminales se asientan en zonas vulnerables que obtienen el control territorial, social y económico (…) reemplazando o complementando al Estado en funciones esenciales”, Coronel Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia Militar.
“La gobernanza criminal en Ecuador está estrechamente vinculada con redes criminales internacionales. La cooperación con otros países es esencial para desarticular estas redes y cortar sus fuentes de financiamiento”, Coronel Mario Pazmiño, exjefe de inteligencia militar.