Empresa ‘pana’ de Jorge Yunda se quedó sin contrato de $4,33 millones

Trabajo. La obra asignada a Geinco quedó inconclusa y registra un 50% de avance.
Trabajo. La obra asignada a Geinco quedó inconclusa y registra un 50% de avance.

Othón Zevallos, gerente del Agua Potable de Quito, dice que trabajan por recuperar la credibilidad de la empresa tras contratos entregados entre 2019 y 2020.

Por un monto de 4,33 millones de dólares se hizo el contrato que la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento de Quito (Epmaps)
le dio a Geincosolution, para el diseño y construcción del proyecto de agua potable para San Juan de Calderón, en el norte de Quito.

Othón Zevallos, gerente de Epmaps, detalla que la empresa conocida como Geinco vulneró normativas de la Ley de Contratación Pública. Lo hizo durante la ejecución del contrato suscrito en 2019,  por lo que desde la empresa municipal se disolvió unilateralmente. Este fue uno de los tres contratos que, entre 2019 y 2020, se asignaron “a dedo” durante la alcaldía de Jorge Yunda.

$45 millones sin concursos

Geinco no fue la única empresa que llegó de manera “cuestionable”, dice Zevallos.

Entre 2019 y 2020 se otorgó un monto de $16,4 millones a Technomacro S. A., para la rehabilitación integral del sistema de bombeo de Papallacta. Dicha empresa, sin embargo, no tenía experiencia en el sistema de bombeo. También se entregó $21,4 millones a Inmosolucion, para ampliar las redes de alcantarillado en Tumbaco.

Esto, junto con el contrato de Geinco, da un total de 45 millones en tres proyectos que hasta el momento siguen inconclusos. El estado de avance llega aproximadamente al 50%.

En los tres casos, la Contraloría emitió informes en los que determinó que los contratos se hicieron utilizando “falsas alianzas estratégicas” que  evitaron que otras empresas puedan presentar una licitación pública.

“Determinamos que eludieron los procesos de contratación del Sercop y evitaron procesos competitivos, transparentes. Se entregó de manera directa; lo que comúnmente se llama ‘a dedo’, pero a través de una seudo alianza estratégica”, explica el Gerente de Epmaps.

¿Cuál fue la trampa? Si bien la figura de alianza estratégica existe y es legal; “está prevista para cuando hay un emprendimiento que una empresa pública quiera trabajar con un particular que pueda aportar tecnología, capital. Por ejemplo si Epmaps quisiera hacer una fábrica de sulfato de aluminio (…) y no tiene la experticia”, detalla Zevallos.

Pero Epmaps le entregó el contrato a Geinco para la construcción de un proyecto de agua potable. Entonces – cuestiona Zevallos – “qué experticia puede dar un privado si es lo que Epmaps ha hecho por 60 años”.

Otra justificación para la participación de Geinco era que aportaría con el 50% del capital. “Pero resulta que Epmaps certificó el 100% del presupuesto”. Es decir, que si la empresa municipal logró certificar el 100% del dinero, sí había los recursos y la figura de alianza estratégica era innecesaria. “En definitiva, se concluye que fue una forma de eludir los procesos de contratación”. Es más, el contrato no fue registrado en el Sercop y eso es lo que, actualmente, genera trabas, para que Epmaps lance un nuevo proceso de contratación.

Según la empresa municipal, a mediados de abril de 2022 se iniciará el proceso de contratación, para la culminación del proyecto que comprende la instalación de una línea de transmisión que conecte a los tanques Carcelén y San José de Morán 2, “con el objetivo de incrementar el caudal en 110 litros por segundo”.

Al preguntarle a Othón sobre el perjuicio que representaron estos contratos para la ciudad, dice que eso está por determinarse desde la Fiscalía General del Estado. “Pero, cuando hay un proceso competitivo transparente se logran precios de contratación por debajo del referencial, en aproximadamente un 15%”, señala el Gerente.

En el contrato con Geinco, en cambio, no se lograron costos por debajo del referencial.

Batalla legal

El 28 de marzo de 2022, en la Unidad Judicial de Calderón no se dio paso a la acción de protección que pudo devolverle los contratos a Geinco.

La empresa cuyo gerente general es Gustavo Gerardo Espinel, conocido amigo de Yunda, argumentó que existía vulneración de derechos a su libertad de empresa y se calificó como víctima de persecución por parte de las autoridades municipales.

“No se trata de ninguna persecución. Aquí lo que hemos hecho es cumplir estrictamente lo establecido en la Ley y hemos defendido los derechos de la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento”, agrega Othón.

Aunque Yunda ha detallado que son los gerentes de las empresas quienes firman los contratos. En mayo de 2021, el entonces gerente de Epmaps, Juan Pablo Espinosa, señaló que fue separado de la empresa porque no quería cancelar las facturas a Geinco y tenía congelados los contratos.

¿Está quebrada la Epmaps?

Zevallos afirma que las finanzas de la Epmaps tiene “finanzas estables” lo que ha permitido “contar con la confianza de organismos internacionales”. Por eso lograron ejecutar un préstamo que estaba estancado con el Banco Interamericano de Desarrollo desde hace dos años, “debido a la inestabilidad de la empresa” (seis gerentes en menos de dos años).

El presupuesto de la Epmaps para este 2022 es de $42 millones. Con esto, dice el Gerente, se espera recuperar la institucionalidad y la credibilidad de la empresa. (AVV)

Plata del supuesto hackeo no se recuperó al 100%

El 2 junio de 2020, el alcalde de Quito, Jorge Yunda, denunció un supuesto ‘hackeo’ de las cuentas de la Empresa de Agua Potable y Saneamiento de Quito y se conoció que hubo una transferencia irregular de $1.3 millones.

Zevallos dice que se recuperó la mayoría del dinero, pero que faltan $178.000 “que estamos rastreando con apoyo de la Fiscalía General del Estado (…) no es fácil rastrear el camino que siguió el recurso o a nombre de quién está”.

Pese a la hipótesis del hackeo, desde el Banco Central se informó que no hubo ningún ataque digital a sus cuentas ni a sus sistemas. Zevallos dice que esto está en etapa de indagación previa, que es reservado, así que, por ahora, no se conoce qué ocurrió.

Carlos Uriarte, era el gerente de Epmaps, cuando se firmó el contrato con Geinco.