Las ventas y el pago de impuestos crecieron durante el último año, a pesar de la incertidumbre de las elecciones

REALIDAD. Los quiteños han impulsado la economía de la ciudad con poca ayuda de los políticos.
REALIDAD. Los quiteños han impulsado la economía de la ciudad con poca ayuda de los políticos.

La capital sigue siendo la ciudad donde se concentra el mayor movimiento económico del país, pero los problemas estructurales de empleo e inversión siguen latentes.

Durante los últimos meses, en medio de la creciente incertidumbre electoral sobre quién conducirá la gestión municipal y provincial, Quito se mantuvo como la ciudad donde se concentra el mayor movimiento económico del Ecuador.

Según cifras proporcionadas por la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), entre enero y noviembre de 2022, las ventas en la capital sumaron $54.726 millones.

Esto representó el 35% de todas las ventas a escala nacional; por encima de los $43.832 millones generados en Guayaquil (27%) o los $7.804 millones registrados en Cuenca (5%).

A pesar de ser una ciudad de microempresarios y clase media, los quiteños se las arreglaron para vender 12% más que en 2021, sin el impulso que podría haber dado una gestión municipal eficiente, a través de más y mejor gasto público.

En promedio, la ejecución presupuestaria del Municipio y la Prefectura de Pichincha no supera el 70% en temas relacionados con obras de impacto en la productividad y competitividad de la ciudad: vialidad, movilidad, mejora de servicios públicos, etc.

Así, por ejemplo, por fuera de las vías principales, solo el 8% de los accesos a la ciudad, sobre todo los que vinculan con la ruralidad, están en óptimas condiciones.

En épocas preelectorales, independientemente de si el Alcalde en funciones va o no por la reelección, se apura el gasto para mejorar en algo las condiciones de la ciudad; pero las soluciones estructurales siguen pendientes.

‘Se requieren cambios’

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una gestión municipal más eficiente, y mejores prioridades en el gasto de inversión, podría aumentar las ventas y el tamaño de la economía de ciudades como Quito en un 20% a 30% adicional en pocos años.

Por eso, Alberto González, economista y consultor empresarial, comentó que es meritorio que una ciudad sin condiciones óptimas en infraestructura, con crecientes niveles de delincuencia, sin planes públicos para impulsar la inversión extranjera y el turismo, siga siendo uno de los sostenes económicos del país.

“Las inversiones llevan a medio gas en Quito desde hace varios años. Las elecciones aumentan la incertidumbre por lo que pueda pasar; pero se sigue vendiendo y produciendo. Se necesitan cambios estructurales para facilitar los negocios y ese es el gran reto del próximo alcalde”, puntualizó.

Impuestos y desempleo

Quito vive una realidad contradictoria. Por un lado, es la ciudad que más impuestos paga; pero, por otro lado, registra hasta el doble de desempleo, sobre todo juvenil, en comparación con Guayaquil y Cuenca.

Según datos de la Corporación Transparencia Fiscal Ecuatoriana (Cotfe), entre enero y diciembre de 2022, la capital generó $4.020,68 millones solo por Impuesto al Valor Agregado (IVA). Esto representó el 49,43% de lo recaudado por ese tributo en todo el país. Así, por ejemplo, en Guayaquil se pagaron un poco más de $2.088 millones (25,67%) y en Cuenca se registraron $481,64 millones (5,92%).

A pesar de todos sus problemas, Quito es una de las ciudades con mayor formalidad y contribución al fisco. Solo Cuenca, con un empleo adecuado (al menos el salario básico y ocho horas de trabajo al día) del 60% de la Población Económicamente Activa (PEA) supera el 52% de formalidad de la capital.

Sin embargo, uno de los grandes problemas es que los niveles de desempleo, sobre todo de jóvenes entre 18 y 35 años, fluctúan entre el 7.7% y más del 10%. Esos niveles son el doble que los registrados en Guayaquil y Cuenca.

Santiago García, docente de la Universidad Central y presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, ha explicado que incluso perfiles profesionales con años de experiencia se quedan mucho más tiempo que en otras partes sin poder encontrar nuevas opciones laborales o dar el paso a la subsistencia informal o semi informal.

La economía capitalina se ha quedado atrapada en una estructura productiva y no suficientemente innovadora.

Si bien las ventas y las cifras de empleo han mejorado entre 2021 y 2022. La situación puede cambiar porque las proyecciones, desde instancias como la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) apuntan a un menor crecimiento de las ventas en 2023 (menos del 6%).

Ese menor dinamismo puede potenciar los problemas de Quito que pasan por los mayores niveles de desempleo y de Ninis (ni estudian ni trabajan) en comparación con otras ciudades.

Por eso, de acuerdo con González, la capital necesita urgentemente políticas públicas consensuadas entre las nuevas autoridades municipales y provinciales, los gremios, los empresarios, las universidades, entre otros actores.

“Si a Quito le va bien, a todo el país le va bien. Debemos buscar la manera de dejar de ser una de las capitales de América Latina que menos inversión extranjera y turismo atraen. De lo contrario, se seguirá despreciando el potencial humano y productivo”, concluyó. (JS)

La economía capitalina financia gran parte del gasto público nacional.
 $4.020,68 millones generó Quito por Impuesto al Valor Agregado en 2022.