Quito acogerá foro sobre alternativas para acortar brecha económica de género

Visibilizar la situación de las mujeres, especialmente luego de la pandemia, es uno de los retos de la cita. EFE

El Women Economic Forum será el 7 de septiembre de 2022. El objetivo de la cita es inspirar y potenciar la cooperación para el desarrollo de la mujer.

QUITO. Por segunda vez consecutiva, Quito será sede del Women Economic Forum (WEF), un encuentro que reunirá a decenas de expertos que aportarán sus conocimientos y experiencias para tratar de acortar el aún largo camino para cerrar la brecha económica de género.

Así lo aseguró este 29 de julio de 2022 Catalina Cajías, directora del WEF capítulo Ecuador, al informar sobre la cita que tendrá lugar el 7 de septiembre de 2022, bajo el lema de «Inspirar, potenciar y transformar, un camino de cooperación al desarrollo de la mujer».

«Tenemos un camino largo por delante. Según ONU serán necesarios más de 250 años para cerrar la brecha de género, esto, sin contar con que en 178 países continúan las barreras legales que impiden que la mujeres participen plenamente en la economía con igualdad» de condiciones, anotó durante la presentación del WEF.

Una lucha global

WEF es la red global más grande a escala mundial en temas relacionados con el liderazgo y empoderamiento femenino, conformada por más de 250.000 miembros en 150 países.

Cajías consideró «fundamental» invertir en el empoderamiento económico de las mujeres a través de acciones estratégicas y programas dirigidos a promover la participación igualitaria en procesos económicos y productivos en el país.

«La visibilidad del talento femenino es un acelerador de la igualdad porque normaliza la presencia de mujeres en todos los sectores y disciplinas, facilita referentes para nuevas generaciones, promueve modelos de éxito y liderazgos diversos e impulsa la carrera profesional de las mujeres», añadió.

Al referirse al caso ecuatoriano, Cajías dijo que existe una brecha salarial del 20%, y consideró indispensable que también la empresa privada apoye el desarrollo de las mujeres.

«Necesitamos minimizar aquellas empresas que son altamente masculinizadas, debemos normalizar la visibilidad de las mujeres en la toma de decisiones«, señaló.

Anotó que la pandemia de la COVID-19 «nos dejó un paso hacia atrás a todos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible» y las mujeres fueron duramente afectadas, algo con lo que coincide María Augusta Cueva, Gerente de País Schlumberger.

Pero, la pandemia «trajo otros impactos adicionales, como el crecimiento de la violencia contra la mujer, eso fue un retroceso enorme», dijo Cueva al lamentarse de que las mujeres aún sufren las consecuencias de la dependencia económica.

Retomar fuerzas

Cueva destacó que ahora «hay un cambio de mentalidad y un rol no solo de reconocer la igualdad como un derecho sino como una buena idea desde el punto de vista técnico, económico».

«Nos ha tocado retomar fuerzas y, la única forma de lograr cambios reales, en cualquier sociedad, pero en Latinoamérica especialmente, es uniendo a instituciones privadas, públicas«, dijo.

Esto porque «iniciativas aisladas pueden hacer diferencias pequeñas, pero es únicamente la cooperación la que va a permitir transformaciones reales«, argumentó.

Cueva ve indispensable visibilizar la situación de las mujeres, «hablar» sobre lo que ocurre, reforzar la educación no solo en igualdad de género, crear modelos que permitan inspirar a más mujeres y fomentar la presencia de más mujeres en carreras no tradicionales.

En Latinoamérica -dijo- las mujeres dedican tres veces más tiempo a labores no remuneradas que los hombres y en muchas áreas del sector rural, la mayoría de la mano de obra de la mujer es informal.

«El mundo se mueve hacia la digitalización y necesitamos transformar esa mentalidad de que las mujeres tienen un rol diferente al de los hombres», dijo Cueva.

Asimismo, puntualizó que las empresas ahora buscan asegurar la igualdad de género y algunas de ellas también trabajan en la retención de talento humano: «Tenemos que asegurarnos de dar la flexibilidad que se necesita cuando uno es mamá».

«Cuando una mujer trabaja, transforma economías, sociedades, familias, pero no solo económicamente, transforma la mentalidad de sus hijos», subrayó.

E invitó a trabajar juntos «no para crear privilegios, (sino) para crear igualdad. Solo la igualdad nos va a permitir trabajar de la mano en una sociedad mucho más justa y de beneficio para todos». EFE