La capital, por su ubicación geográfica, es propensa a sufrir desastres naturales. Cuidar las quebradas y el orden territorial es indispensable.
El aluvión de la Comuna que dejó 28 muertos y cientos de casas y negocios afectados puso sobre la mesa el rol de las quebradas en ciudades como Quito que, por su ubicación geográfica es propensa a desastres naturales como aluviones, inundaciones y sismos. Así lo explicó el geólogo Hugo Yepes, durante una sesión del Concejo Metropolitano.
En la capital hay 182 quebradas, sin embargo, no se ha clasificado el riesgo ambiental de cada una. Lo que se sabe es que existen responsabilidades gubernamentales y ciudadanas que aportan al maltrato de estos espacios naturales cuya función es generar un desfogue en caso de sucesos como un aluvión. “Si la quebrada está bloqueada el agua o el lodo no tiene por donde pasar. Se contienen lo más que pueden hasta que, digamos, explotan y se lo llevan todo a su paso”, explica Mariana Echeverría, ingeniera ambiental.
Quebradas convertidas en basureros
Desde la ciudadanía, uno de los malos usos que aportan al daño de las quebradas es tenerlas como basureros de grandes y pequeños escombros.
En Quito existen dos tipos de sanciones en este aspecto. Según la Agencia Metropolitana de Control (AMC) quien contamine una quebrada tiene una multa del 50% de un salario básico unificado ($212,50) para quienes ocupen, depositen o mantengan materiales de construcción y escombros en el espacio público.
La otra sanción se enfoca en la contaminación con residuos en las quebradas o ríos. En esto “incurren generalmente las grandes fábricas”, dice Echeverría y destaca que para levantar la sanción (dos salarios básicos), la Secretaría de Ambiente debe levantar un informe técnico.
Desde octubre de 2021 hasta 2022, se registran 96 sanciones de este tipo. “Pero es muy difícil que haya sanción porque vienen a la madrugada a lanzar cosas”, dice Tani Tipantuña, quien vive en Lloa, donde hay seis quebradas.
Asentamientos sin control
El colectivo Luchando por las Quebradas detalla que hace 20 años se ha originado erosión en las quebradas debido al aumento de lluvias en Quito, el mal manejo de las aguas servidas y las construcciones al borde de estos sitios.
Quien ha sido una crítica activa de las construcciones en zonas de riesgos es la concejala Mónica Sandoval, quien señala que debe haber más rigurosidad al momento de regularizar un barrio.
Tras el desastre del aluvión del 31 de enero de 2022, Sandoval señaló una falta de planificación y presiones políticas por legalizar barrios. Las estadísticas muestran que esta es una de las acciones más habituales de los Gobiernos centrales de turno: entre 2017 y 2021 se regularizaron 280 asentamientos. “La cifra es alta. ¿Qué significa eso? que se regula todo”, dice la edil.
El presidente de la Asociación de Profesionales en Gestión de Riesgos, Cristopher Velasco, dice que la planificación territorial de la ciudad debe tomar en cuenta la gestión de riesgos. Detalla que hay acciones a corto plazo que pueden ir remediando los problemas de las quebradas y servirían para precautelar que otro desastre, como el aluvión, no se repita.
Velasco explica que se debe trabajar en muros de contención, trampas de lodo y cunetas para el desfogue de la lluvia. Por otra parte, generar acciones de limpieza constante de quebradas y ampliar las declaratorias de zonas protegidas, para que se eviten los asentamientos irregulares.
Tres lugares para botar escombros en Quito
La Municipalidad cuenta con tres escombreras operativas para recibir este tipo de material y brindar una disposición final de manera técnica, evitando los impactos negativos al ambiente.
En los valles
Para los habitantes de Valle de Los Chillos, Cumbayá y Tumbaco está habilitada la escombrera “Luis Tamayo”, localizada en las calles L y A, en el barrio de Santa Ana, perteneciente a la parroquia La Merced, a 2,67 kilómetros al sur del relleno sanitario de Quito.
Norte
Mientras que en el norte de la ciudad se ubica la escombrera “El Semillero” en la comunidad de Cocotog, a 4 kilómetros del redondel de Gualo.
Seguro
Y para el sur de la capital funciona la escombrera “Parque Quebrada Río Grande” en la intersección de las calles Pilaló y Sozoranga, detrás del Parque Lineal.
Horarios
Las escombreras atienden de lunes a viernes de 8:00 a 17:00, y únicamente la escombrera del sur “Parque Quebrada Río Grande” brinda el servicio durante los sábados, de 8:00 a 13:00.
La ciudadanía puede entregar en estos lugares todos sus residuos como arena, grava, piedras, recebo, asfalto, concreto, ladrillo, cemento, acero, hierro, mallas, madera, suelo, subsuelo de excavación, piezas de cerámica rotas y defectuosas. El costo por metro cúbico es 0,57 centavos más IVA. (AVV)