El Gobierno aspiraba a que los diálogos con el Legislativo se den la primera semana de agosto.
La fórmula del diálogo que el Gobierno mantiene con los movimientos indígenas no le funcionará con la Asamblea Nacional. Esto se debe, según expertos, a que ambos poderes mantienen intereses y posiciones diversas, opuestas y extremas, en las que la posibilidad de hallar consensos es casi nula.
Uno de los puntos de mayor conflictividad que observa el sociólogo Patricio Carpio es que la Asamblea Nacional está divorciada de los procesos sociales que se viven en el Ecuador. Además, está envuelta en una dinámica de intereses particulares entre los líderes y grupos que componen los partidos y movimientos sociales. “Ese divorcio con la realidad lleva a que no se comprenda a fondo qué es bueno para el país”.
Carpio agregó que, a estas alturas, el juego político está en una negociación alrededor de prebendas.
La coyuntura
El 29 de julio de 2022, el Gobierno, a través de su ministro de la Política, Francisco Jiménez, aceptó entablar un diálogo que fue convocado por Virgilio Saquicela, titular de la Función Legislativa.
Para lograr una agenda mínima hasta diciembre de este año, la administración del presidente Guillermo Lasso puso condiciones y detalló que los temas prioritarios debían darse en torno a la generación de empleo, la promoción de inversiones y la seguridad ciudadana. El Gobierno aspiraba a que los diálogos con el Legislativo se dieran la primera semana de este mes de agosto.
La agenda que propuso Saquicela, en cambio, giraba entre otros, a procesos como la fiscalización.
En este contexto, Patricio Carpio sostiene que la Asamblea está cada vez más cerca de lo antisocial, es decir, con temas contrarios a los intereses de la sociedad.
El sociólogo aclaró que el Gobierno tampoco está sintonizado con las demandas sociales y la realidad. De hecho, opinó que el régimen no logra definir políticas claras alrededor del empleo, de la inversión nacional con apoyo a pequeños y medianos productores o del sector campesino.
El arte del diálogo
El analista y docente universitario Fabricio Betancourt, consideró que el diálogo es una cuestión de “arte” y de “saber gobernar”. La política debe ser planificada y no estar atenta solo “para apagar incendios”. Para ello se requiere voluntad política y valores en común que los unan.
Caso contrario, Betancourt dijo que el tema de la muerte cruzada (anticipar elecciones), o convocar a una consulta popular debería volver a ser considerado, para que esto permita que las “válvulas que están bajo presión encuentren un canal democrático, caso contrario, vendrán otros estallidos sociales”, expresó
Carpio también cree que es difícil establecer estrategias de encuentro en la medida en que estos sectores políticos están inmersos en dinámicas diferentes. Una fórmula eficaz sería colocar sobre la mesa objetivos generales y específicos de cada una de las leyes que se intentan poner en el debate.
Puso de ejemplo el proyecto de Ley de Inversiones, que es una de las prioridades del Gobierno y que debería ser consensuado previamente, para limar asperezas antes de ser enviadas. La ausencia del diálogo, según el analista, lleva a perder oportunidad en el país para encontrar mejores líneas de desarrollo.
Otra opción debe ser “ceder de lado y lado en algunos puntos. Esto, sin duda, llevará a una ganancia como país”.
El Gobierno tiene los instrumentos para poner en práctica mecanismos de diálogo a través del Ministro de la Política, y otros gestores que deben estar dedicados a tiempo completo con acercamientos con el Presidente de la Asamblea, y los jefes de bloque. “El Gobierno debe estar más próximo con la Asamblea y no esperar que se desenlacen las contradicciones”.
Carpio agregó que tampoco abonan al diálogo las declaraciones “altisonantes” del Presidente de la República. (SC)
Confianza y punto de equilibrio
Luis Altamirano, analista político y catedrático de estudios estratégicos, explicó que es necesario buscar una generación de confianza desde el punto de vista que emiten los diferentes actores.
Más allá de utilizar la comunicación como herramienta, el mensaje siempre es importante. También se debe fijar la atención en temas donde se pueden encontrar consensos definiendo espacios en los cuales se haga necesario más Estado, y por otro lado, libertad para la inversión privada.
Sugirió buscar equilibrios, más aún cuando se requiere mayor capacidad de negociación en una Asamblea donde la correlación de fuerzas pone al Ejecutivo en una situación de debilidad por lo que se hace necesario ceder espacios y participación.
Se debe entender -dijo- que la Asamblea es un organismo de naturaleza horizontal donde está presente la representación de la voluntad popular, más allá de que, quienes llegan al Legislativo busquen atender sus intereses de grupo, más que los de la colectividad.
“El Gobierno debe estar más próximo con la Asamblea y no esperar que se desenlacen las contradicciones”.
Patricio Carpio, sociólogo
“La muerte cruzada, o convocar a una consulta popular debería ser considerado para permitir que las válvulas que están bajo presión encuentren un canal democrático”. Fabricio Bentancourt, docente universitario