Proliferación de leche adulterada perjudica la salud de los ciudadanos y golpea económicamente a los pequeños productores

Desde la Cámara de Agricultura se denuncia que la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) no mueve un dedo para contralar más de 3 millones de litros de leche adulterada que se comercializa sin los mínimos estándares de calidad e higiene.

Francisco Chiriboga, presidente de la Cámara de Agricultura, es tajante al decir que están circulando más de 3 millones de litros de leche adulterada sin que la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) haga nada para evitar un perjuicio a la salud de las personas y un golpe económico a la industria formal, pero sobre todo a los pequeños productores.

Según Chiriboga, desde el ministerio de Agricultura, y su titular Bernardo Manzano, se han apoyado acciones de verificación e inspección, pero  «cuando llega al Arcsa se hacen los locos, pierden las muestras, pierden los informes»

El resultado es que esos millones de leche se comercializan en el país con 17% de suero de leche (sin ningún registro sanitario y mínimos estándares de calidad e higiene); además se ha detectado el uso de productos químicos nocivos y hasta agua sucia en la preparación.

» No puede ser que esto esté sucediendo en pleno siglo 21. La afectación no solo es a la salud, sino también a todos los esfuerzos de inversión, buenas prácticas y apertura comercial que desde el mismo Gobierno se busca fomentar. Además, se está yendo a contracorriente de la política de lucha contra la desnutrición infantil si se permite la venta de bebidas lácteas, porque no se pueden llamar leche, sin los mínimos niveles de higiene», puntualizó Chiriboga.

Se desplaza a la leche de buena calidad y se golpea a los productores

La oferta de leche adulterada desplaza a la leche de buena calidad y provoca un golpe serio a la industria formal y responsable; pero sobre todo le quita ingresos a los pequeños productores, a la agricultura familiar campesina.

Los millones de litros adulterados hacen que las industrias le dejen de comprar a los 283.000 productores que viven de la leche en el país.

» La leche es el sueldo del campo. Sin embargo, si hay demasiada oferta en el mercado por los litros de leche adulterada, los pequeños productores venden menos y además baja el precio que les pagan por su producto. Incluso se está incumpliendo la Ley de fijación del precio de la leche, que se promulgó en agosto de 2022″, aseveró Chiriboga.

Actualmente, los pequeños productores están recibiendo 10 centavos menos por cada litro que venden a «pseudo industriales» y eso, dentro de una producción de entre 15 y 30 litros diarios, representa una pérdida de ingresos de entre $100 y $125. Esos ingresos son vitales para la economía campesina.

» Se necesita sentido común por parte de las autoridades para poder controlar de manera enérgica y tajante. Se debe meter presos a los industriales que están incumpliendo con las normas de sanidad, con las normas de calidad y con la ley de fijación del precio de la leche. Creo que hay que poner mano dura. Así como el presidente quiere combatir el narcoterrorismo y la narcopolítica, también tiene que combatir a los malos industriales que están adulterando la leche y poniendo en riesgo la salud nacional», recalcó Chiriboga.

Desde los gremios y sector productivos relacionados con la producción lechera se han enviado cartas al presidente de la República, Guillermo Lasso, y se ha notificado de la situación al Ministerio de Salud, pero no ha habido acciones y respuestas concretas.

El problema de los malos industriales y de la leche adulterada no es nuevo, sino que se viene arrastrando desde 2020. Debe haber un cambio radicales en las ejecuciones de las autoridades antes de que se presenten mayores problemas. (JS)