Presos con el control de las cámaras y otros beneficios descubrió el director de cárcel asesinado

REGISTRO. El coronel en servicio pasivo, Santiago Loza, en su ingreso como director de la cárcel de El Inca, el 9 de noviembre de 2022. (Foto: Cortesía).
REGISTRO. El coronel en servicio pasivo, Santiago Loza, en su ingreso como director de la cárcel de El Inca, el 9 de noviembre de 2022. (Foto: Cortesía).

Santiago Loza duró un mes como director. Previo a realizar traslados, cabecillas de una banda hablaron con él sobre el manejo del centro penitenciario.

El asesinato de Santiago Loza, director de la cárcel de El Inca, permite atar algunos cabos sobre los últimos hechos registrados en este centro penitenciario.

El 9 de noviembre de 2022 – cuando Loza, coronel de la Policía (sp) asumió el cargo– los enfrentamientos al interior de la cárcel, ubicada en el norte de Quito, dejaron 15 presos fallecidos.

Loza, según una fuente de seguridad penitenciaria que conversó con LA HORA, habría descubierto turbios manejos y los empezó a frenar. Este sería el motivo por el que, a menos de un mes en el cargo, fue baleado por sujetos motorizados.

Presos controlaban las cámaras

Casi al inicio de su gestión, Loza descubrió que eran los presos quienes tenían el control de las cámaras de seguridad.

De inmediato, cambió esto. Se sabe que también mantuvo reuniones con personas administrativas, guías y presos. Entre ellos, cabecillas que – según la fuente de LA HORA– le habrían dicho “que no se meta” y que siempre la cárcel ha sido controlada por ellos.

 Habrían puesto énfasis en que el control de El Inca está en la Cárcel de El Turi, donde guarda prisión el líder de los Lobos.

La postura del Coronel en servicio pasivo habría sido la de frenar esto, así que anunció que emprendería un “trabajo en equipo” basado en el respeto por los derechos humanos.

Ocho días después, una de las primeras acciones fue trasladar a Jonathan Bermúdez Fuentes, alias ‘Bermúdez’, de la cárcel de El Inca, al centro de máxima seguridad ‘La Roca’, en Guayas,

Bermúdez, miembro de la banda los Lobos, es conocido por dirigir la distribución de drogas ilícitas en Quito y señalado como el artífice de la matanza del 7 de noviembre, en El Inca, que dejó cinco presos muertos.

La respuesta de este traslado fue una serie de disturbios en la cárcel, el 17 de noviembre de 2022, que dejaron un saldo de 10 presos muertos.

En respuesta a estos hechos, el Gobierno decidió trasladar a La Roca (Guayas) a otros tres cabecillas de los Lobos, quienes estarían detrás de las matanzas: Juan S., alias ‘Sargento’; Milton Q., alias ‘Junior’; David G., alias ‘Hormiga’.

La banda los Lobos, en este 2022, ha sido blanco de operativos policiales en la capital. Por ejemplo, el 6 de julio de 2022, la Fiscalía de Pichincha formuló cargos contra 11 personas –que pertenecerían a la banda delictiva los Lobos–,  por delincuencia organizada para microtráfico de drogas.

Acostumbrados a personal ‘aliado’

Previo al ingreso de Loza, en la cárcel de El Inca se detuvo a Carlos J., director en ese entonces, quien intentó ingresar en una caneca de pintura blanca con doble fondo objetos prohibidos que, según el parte policial, fueron:

  • 3 celulares marca Samsung.
  • 95 cigarrillos.
  • 2 chips de teléfonos celulares —uno de la operadora Claro y otro de la operadora Movistar.
  • 1 cable USB.
  • 1 cargador de celular.
  • 2 sierras.

El caso del exdirector está bajo investigación. Sin embargo, según Denisse Orellana, especialista en Seguridad Ciudadana, los amotinamientos y hechos de violencia se dan tras la salida de un presunto “director aliado” y el asesinato de Loza es un claro mensaje de las bandas criminales “de decir o están con nosotros y mantenemos una aparente calma. O nos cambian las dinámicas y atacamos”.

Y es que, de las once matanzas carcelarias registradas en el país, desde febrero de 2021, nueve fueron en Guayaquil, Cuenca y Santo Domingo.

No fue hasta noviembre de 2022, que se registraron hechos de violencia en la cárcel de Quito. En ese mes se realizaron requisas en las que se encontraron cerca de 200 armas blancas.

Para Orellana, no es coincidencia que cuando fue descubierto el director que ingresaba celulares y más, y que Loza haya llegado “con la mentalidad de no ceder, es más, iniciando traslados en poco tiempo de su llegada”, la cárcel haya registrado hechos violentos. “Si bien es no es fácil saber qué hecho concreto tomará una banda narcodelincuencial, si considero que, por la cercanía de los hechos, Loza debió tener resguardo policial. Un error es esperar a que sea amenazado”, agrega Orellana.

Sobre el asesinato de Loza, Guillermo Rodríguez, director del SNAI, se pronunció, a través de un video en el que señaló: “Acaban de cegar la vida de un mártir. Un director de un centro penitenciario (cárcel El Inca), a quien conocí. Mi compañero de honor (…) esto no va a quedar en la impunidad y el mensaje va a ser contundente de nosotros, quienes hacemos el Estado (…) no es un compromiso solo del Gobierno, sino de la Fiscalía, de la Justicia, de la Asamblea”. (DLH)

El 7 y el 18 de noviembre de 2022, en la cárcel de El Inca hubo dos amotinamientos que dejaron 15 presos muertos.
Informes policiales detallan que los Lobos controlan el expendio de droga en barrios del norte y sur de Quito, entre estos: Calderón, Carcelén, Solanda y Ferroviaria.