Renunciar al petróleo es inviable en el corto y mediano plazo: Joselo Andrade

JOSELO ANDRADE IEEP
El economista Joselo Andrade, director ejecutivo del IEEP. (Foto: IEEP)

El Director Ejecutivo del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP), de corte liberal, expone las razones por las que el país y sus políticos deben cambiar la visión sobre la explotación petrolera. 

El país avanza a paso lento en su camino de salir del estatismo en el sector petrolero. La suspensión de la adjudicación del Campo Sacha, desde el Gobierno Nacional, es otra prueba de lo difícil que resulta para el Estado pasar a un modelo eficiente de producción, con participación de la empresa privada.

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El cierre del Bloque ITT es otra muestra. El país perderá más de $12.000 millones hasta el año 2043 por la clausura de los pozos de ese bloque petrolero.  No importaron las alertas de la pérdida de recursos, indispensables en la economía nacional, y pasó una consulta popular luego de varios años, cuyo resultado ha golpeado las cuentas nacionales.

Así, parece que el país petrolero quedó atrás, empujado por una agenda que es netamente política y que lastima la economía. Esto sucede cuando el negocio petrolero sigue creciendo en la región.

Joselo Andrade, economista, PhD (c) en Ciencias Sociales y Jurídicas, y director Ejecutivo del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP), rompe esos conceptos que tienen sumido al Ecuador en el estatismo petrolero. Brinda recomendaciones para cambiar la percepción política ante las alertas económicas del futuro.

P. La política petrolera nacional requiere de un cambio. ¿Cuál puede ser el primer paso para salir del modelo estatista de producción petrolera?

Es necesario ir hacia la liberalización del sector petrolero, permitiendo que sean las empresas privadas las que determinen la forma en la que debe ser manejado el sector. Para ello hay que eliminar las restricciones legales y regulatorias que permiten la participación del sector privado.

También es necesario explicar a la ciudadanía que, para obtener el mayor provecho del recurso petrolero, este no tiene que permanecer en manos del Estado, pues no solo es el peor gestor y/o administrador posible, sino que gracias al manejo estatal del “recurso petrolero”, tenemos los casos de corrupción que enfrentamos de forma sistemática. Se trata de un sector que durante los últimos 30 años no ha podido incrementar su producción diaria de barriles de petróleo, pues cuenta con niveles casi inexistentes de inversión y con cambios de “política” que en ocasiones no superan ni siquiera los cuatro años de gobierno.

P. Hay cambios en todos los niveles. Pero hay uno fundamental y es el político. ¿Qué deben considerar los asambleístas electos y los candidatos a la Presidencia para este vuelco en el sector petrolero, desde la política?

Se deben considerar varios aspectos clave desde el ámbito político para lograr una transición exitosa y sostenible. Es necesario explicar los beneficios de un cambio radical en la forma en como manejamos lo relacionado al petróleo, se trata de mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, no de estar atado a una forma arcaica, ideológica, ineficiente y corrupta de hacer las cosas.

PETRÓLEO. Sacha es el campo petrolero más productivo, pero necesita inversiones millonarias para mantenerse y crecer.
Sacha es el campo petrolero más productivo, pero necesita inversiones millonarias para mantenerse y crecer. (Foto: Archivo)

También es fundamental ir hacia la creación de consensos de que esto es lo más conveniente para el país. Conversar con los distintos bloques políticos y con aquellos que tradicionalmente se han opuesto a las nuevas inversiones y participación del sector privado en el manejo de recursos. Hay que explicar, explicar y explicar hasta que entendamos que esto es lo más conveniente para los ecuatorianos.

Se puede solucionar la ineficiencia estatal y la corrupción, se puede invertir más en el sector, crear más empleo y dar lugar al crecimiento económico del Ecuador.

P. También se requieren cambios legales. ¿Cuáles son los principales y urgentes? ¿Se necesitan cambios constitucionales?

Son cuatro: Uno, se deben actualizar las reglas sobre la inversión privada, los contratos de participación y las condiciones de explotación. Dos, es necesario establecer regulaciones más claras. Tres, mejorar la fiscalización de los contratos petroleros y garantizar transparencia en las concesiones o del proceso de privatización. Cuatro, la explotación en zonas sensibles requiere consultas con comunidades afectadas; se necesita claridad sobre el procedimiento para evitar bloqueos legales.

P. Sin más producción en Sacha y con el cierre del ITT la producción descendería en un 27%. ¿Por qué esta alerta no mueve los ánimos del sector petrolero para el cambio?

Hay que considerar con seriedad que mientras el petróleo sea manejado por el Estado, en este sector las decisiones seguirán siendo burocráticas, los procesos de contratación necesarios para la gestión y producción seguirán siendo lentos e infestados de corrupción, no habrá inversión suficiente ni siquiera para mantener lo existente, no se diga para aumentar la producción.

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No existirá visión de largo plazo, pues los tiempos políticos no lo permiten, y en muchos casos, ni siquiera estará dentro de sus planes. Otro gran problema es la mirada del tema petrolero desde una perspectiva ideológica, Venezuela lo hizo así, y terminó destrozando el sector petrolero. Dentro del manejo “político” del sector no hay espacio para decisiones técnicas, ni sostenibles, ni necesarias.

P. La soberanía es uno de los conceptos que manejan los enemigos del ingreso de la empresa privada en el sector petrolero. ¿Cómo restringir el mal uso de ese concepto en tema petrolero frente a los ciudadanos y electores?

El concepto de soberanía ha sido utilizado por sectores políticos y grupos de presión para justificar el control estatal del petróleo, impidiendo la apertura a la inversión privada. La verdadera soberanía no significa que el Estado explote el petróleo, sino que el país obtenga el mayor beneficio posible de sus recursos.

El concepto de soberanía es más bien una “herramienta” ideológica que un argumento para la viabilidad o mejora de algún bien o servicio.

La inversión privada permite aumentar la producción sin que el Estado asuma los riesgos financieros esto es algo que quienes argumentan de esa manera, jamás toman en consideración.

En conclusión, la clave es educar a los ciudadanos sobre los beneficios económicos de la apertura.

P. Otro es, simplemente, renunciar al petróleo. ¿Cómo explicar a la ciudadanía que todavía no es tiempo?

Esta opción es inviable en el corto y mediano plazo. El petróleo representa aproximadamente un tercio de los ingresos fiscales de Ecuador y financia servicios esenciales como salud, educación e infraestructura.

Si se deja de producir petróleo sin una alternativa clara, el país tendría que endeudarse más o aumentar impuestos, afectando a la población. Cerrarnos a la explotación adecuada de este recurso, daría lugar a mayores dificultades de las que ya experimentamos en el Ecuador, y además a crear problemas de crecimiento y con ello de empleo.

Los hidrocarburos siguen siendo esenciales. El petróleo es necesario no solo para combustible, sino para productos como plásticos, fertilizantes y medicamentos, que seguirán en demanda por muchos años. Países como Venezuela intentaron manejar el petróleo con ideología y terminaron en colapso económico. (DLH)

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