La paralización y los bloqueos ya está provocando más inflación y más pobreza

A pesar de las reivindicaciones sociales justas , el paro está profundizando problemas como la inflación e incluso el hambre en el país. La pregunta es si esa estrategia es deliberada para generar más descontento y caos. 

Antes del paro de octubre de 2019, entre enero y septiembre de ese año, la inflación mensual promedio no superaba el 0,01% (en algunos meses incluso fue negativa). Sin embargo, con las manifestaciones, bloqueos de carreteras y sabotaje a las actividades productivas, la inflación mensual aumentó de una sola al 0,56%. Es decir, con menos días de protestas y una estrategia menos radical de bloqueo contra la producción y el abastecimiento, en esa época el porcentaje de subida de precios tuvo una escalada del 550%.

Eso representó un golpe directo al bolsillo de los sectores pobres y de clase media, que son los que destinan entre más de 42% y casi el 60% de su presupuesto en alimentación.

En 2022, luego de 17 días de cierres muchos más extendidos y organizados que hace más de dos años, el daño a la economía del país es mayor, debido a que el país, como ocurre en todo el mundo, ya estaba viviendo una inflación creciente desde finales de 2021; pero con más fuerza desde este año.

La razón de fondo es que si hay escasez de insumos y productos, y las operaciones se vuelvan más caras e ineficientes por el impedimento a la libre movilidad, la ciudadanía sufre por partida doble: menos empleo y fuentes de ingresos; más costos por productos alimenticios básicos como carne de pollo, huevos, legumbres, gas de uso doméstico.

Si la inflación sigue el mismo comportamiento producido por el paro de 2019,  el porcentaje podría pasar, como mínimo, del 0,56% de mayo al 3,64% en junio 2022. Pero en el caso de los alimentos, el impacto ya se refleja en agricultores con cosechas desperdiciadas, escasez, menor acceso y menos capacidad adquisitiva tanto en el campo como las ciudades.

Así, por ejemplo, Laura García, pequeña comerciante de Calderón (Norte de Quito), explicó que sus ventas bajaron más del 60% desde que iniciaron las protestas; pero en su última compra semanal de comida encontró cosas hasta dos veces más caras y perchas vacías.

» Yo estaba ahorrando un dinerito para un tratamiento médico que no me hacía desde hace tiempo; pero eso se esfumó porque me tocó gastar en arriendo y otras cosas porque mis ventas están por el piso. Aquí todos estamos perdiendo y recuperar no es tan fácil. Una prima que tiene un restaurante pequeñito ya ha tenido que despedir a una ayudante», puntualizó.

Pablo Lucio Paredes, decano de la facultad de Economía de la Universidad San Francisco USFQ), puntualizó que la inflación es el peor impuesto para el bolsillo de la gente, sobre todo de la más pobre. A esto se suma que en el paro de octubre de 2019 se pasó de un crecimiento económico ya bajo del 0,5% a una caída de -1,5% solo en el último trimestre de ese año.

» Esa caída fue muy grande y significa menos empleo, menos ingresos y más pobreza. Eso tiene una implicación directa en la vida diaria de las personas. El paro hace exactamente lo contrario de mejorar la vida de la gente más pobre», dijo.

Estrategia consciente de empobrecer y empeorar la crisis

Detrás de los bloqueos y sabotaje a la producción nacional está, según Vicente Albornoz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UDLA, están una estrategia deliberada, y completamente consciente de causar daño y hambre en el país para que aumente el descontento social.

«Uno dice: ¿Será que los que organizaron este paro no se dan cuenta del daño que están causando?. ¿Serán que son tan torpes o más bien ese ha sido el objetivo desde el principio?. Ellos buscan generar este aumento de la pobreza, este aumento de la incomodidad de la gente. Eso es algo que intencionalmente les interesa . Están tratando de causar daño a los ecuatorianos para que esos mismos ecuatorianos estén todavía más molestos con el ambiente general y con el Gobierno», recalcó.

Albornoz consideró que es completamente absurdo que gran parte de la producción agrícola se esté quedando en el campo y se esté dañando. Uno de las peores consecuencias del paro es producir más hambre en los sectores precisamente más pobres.

» Esa es una actitud perversa para buscar lastimar a la gente y esté más ardida para protestar con más fuerza contra el Gobierno. Ese es el objetivo. Es trágico. Si usted se va ahorita a comprar tomates o cebollas, se encuentra que hay poco y carísimo. Eso es culpa directa del señor Iza y sus manifestaciones», afirmó.

De acuerdo con Lucio Paredes, la inflación de junio, sobre todo en alimentos va a ser muy alta; y esos desata un efecto negativo en cadena en toda la economía ecuatoriana.  » Desgraciadamente hay interés de ciertos grupos en que haya caos en Ecuador, que la gente no pueda trabajar», recalcó. (JS)