El país necesita constantemente financiamiento. Los multilaterales ofrecen un interés bajo de entre 2% y 4%.
A solo cinco meses de que termine el acuerdo de financiamiento entre Ecuador y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y con 11 temas pendientes por cumplir para recibir el último desembolso, continúa vigente el prejuicio de que el orden fiscal del Gobierno de Guillermo Lasso ha tenido como principal objetivo pagarle a este multilateral.
Es decir, que las actuales autoridades han “escondido el dinero” para temas prioritarios como salud y educación con el único fin de entregarlo al FMI.
Sin embargo, si se analizan los pagos del servicio de la deuda pública, las transferencias a esa entidad internacional promedian el 3,45% del total entre 2021 y 2023.
Así, por ejemplo, el año pasado se pagó $224 millones sobre un total de $6.892 millones destinados a cubrir obligaciones con acreedores internos y externos. Este 2022 se proyecta pagar $120 millones y el monto llegará a $485 millones durante el próximo año.
En tres años, las transferencias al FMI sumarán $829 millones, lo que representa menos del 11% de lo que se gasta en un año en salud (3.252 millones), educación ($3.389 millones) y bonos sociales ($1.404 millones).
Según el ministro de Economía, Pablo Arosemena, el orden y manejo responsable de las cuentas públicas siempre ha tenido la meta de generar más espacio para destinar recursos a los sectores prioritarios; y no para pagar a los multilaterales.
Agregó que, en las actuales circunstancias, el financiamiento de los multilaterales es el más barato de todos los disponibles. Si se emiten bonos de deuda, la tasa de interés no es menor al 15%; en el caso de préstamos de Gobiernos, la tasa de interés está entre 5,5% y 8%.
“En los multilaterales hemos conseguido tasas de 2% y hasta 15 años de plazo. En el caso del FMI, hemos conseguido hasta 4 años de gracia”, puntualizó.
Entre octubre de 2020 y junio de 2022, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha desembolsado $5.800 millones en líneas de crédito para Ecuador. Además, durante los primeros meses de la pandemia, ese organismo también entregó un crédito de emergencia por $500 millones y una transferencia no reembolsable de $1.000 millones.
Eduardo Almeida, economista y consultor, explicó que los niveles de atrasos e incluso de recortes en el sector público habrían sido mayores sin esa inyección de liquidez. “Ecuador lleva más de 12 años con déficits fiscales permanentes (más gastos que ingresos). Eso se ha venido cubriendo con deuda”, puntualizó.
Deuda Interna
En 2021, los pagos de intereses y amortizaciones de la deuda interna fueron 1,45 veces mayores a los de la deuda externa. En el primer caso, los montos sumaron $4.088 millones; mientras en el segundo caso, el monto llegó a $2.804 millones.
Dentro de los acreedores de deuda interna, el principal participante es el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), aunque también hay una creciente participación de la banca privada. Las tasas de interés promedian entre el 6% y 8%.
Los pagos a los acreedores internos seguirán siendo mayores durante 2022, pero la brecha se acorta. Así, se deberán transferir $4.453 millones frente a los $3.906 millones para los acreedores externos.
Por encima del FMI, los mayores montos del servicio de la deuda externa están en los $561 millones para el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF); los $311 millones para Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR); y los $1.419 millones en pagos al Eximbank y el Banco de Desarrollo de China.
Ecuador tiene una estructura de gastos muy rígida, según recordó Jaime Carrera, economista y miembro del Observatorio de la Política Fiscal. Por eso, el país es completamente dependiente del endeudamiento para cerrar su presupuesto de cada año. Esta es una de las razones de que Ecuador tenga la cuarta calificación crediticia más baja de América Latina.
Ese endeudamiento viene con crecientes compromisos de ir pagando las obligaciones que se vencen porque de lo contrario se le cerrarán las pocas puertas que aún tiene abiertas en el mercado interno y externo. (JS)
Con corte al 30 de junio de 2022, la deuda externa tiene un saldo de $44.216,3 millones; mientras la deuda interna suma $28.695,9 millones
Gasto público aumentó 14,5% en el primer semestre de 2022
Entre enero y junio de 2022, el gasto público total, dentro del Presupuesto General del Estado (PGE), sumó $11.613 millones. Ese monto representa 14,5% más que los $10.144 millones del primer semestre de 2022.
Los mayores aumentos están en las transferencias corrientes a Gobiernos locales, IESS, entre otros (90,8%); compra de bienes y servicios (21,4%); y sueldos (11,4%).
Por otro lado, los ingresos aumentaron 23,5% hasta los $11.267 millones. Así, se cerró el primer semestre de 2022 con un déficit de $346 millones.
El ministro de Economía, Pablo Arosemena, aseguró que está pendiente trabajar en la reducción de gasto público improductivo para poder destinar más recursos a los sectores prioritarios. “Se necesitan más maestros, médicos, policías”, puntualizó.
Además, esa reducción del gasto improductivo puede ayudar en la meta de ir reduciendo el peso de la deuda pública.