“Nosotras no queremos inclusión, queremos reconocimiento”: PachaQueer

TENDENCIAS. ‘La CoCa’ y ‘La MoTa’ fundadoras de la PachaQueer, un espacio cultural para las diversidades sexuales.
TENDENCIAS. ‘La CoCa’ y ‘La MoTa’ fundadoras de la PachaQueer, un espacio cultural para las diversidades sexuales.

La PachaQueer nació en 2013, como un espacio cultural seguro para las diversidades sexuales a las que los centros culturales conservadores cerraban las puertas.

Sus fundadoras son ‘La CoCa’ y ‘La MoTa’ –dos personas transgénero femeninas–, que han iniciado una lucha por la inserción laboral trans y por establecer  a noviembre como el mes del orgullo,  a propósito de la despenalización de la homosexualidad, en Ecuador (1997).

Consideran que en junio no hay nada que celebrar, pues el “mes del orgullo” se ha mercantilizado. Dicen que la inclusión se ha vuelto una moda, ya que no necesitan ser incluidas “porque siempre hemos existido”. Para ellas, lo que es necesario es el reconocimiento y la visibilidad para así dejar de clausurar su identidad socialmente.

¿Por qué sigue existiendo tanta homofobia en Ecuador?

A pesar de la despenalización de la homosexualidad, en términos jurídicos, nuestras existencias, nuestras formas de relacionarnos siguen siendo penalizadas. Seguimos siendo sujetas de exclusión y discriminación por el simple hecho de habitar nuestras identidades.

¿Qué hace que esto no cambie?

Es producto de una construcción heteropatriarcal machista, en la que no solo Ecuador, sino Latinoamérica y el mundo ha venido perpetuando de generación en generación. Desde las niñas, niños y ‘niñes’. Eso hace que el momento en que somos visibles socialmente ‘las cuerpas’ disidentes que rompemos estas estructuras sociales, obviamente somos rezagadas y discriminadas.

¿Dónde hay visibilidad trans?

Hay falta de visibilidad en todos los espacios. No nos encontramos habitualmente con personas transexuales, transgénero, travestis o en general de la comunidad Lgbtiq+, en puestos como profesorado, dirigiendo o siendo servidoras públicas.

Pero incluso en la comunidad Lgbtiq+ hay estereotipos.

La sociedad premia o da más oportunidad a quienes más se asimilan a los cánones hegemónicos. Es decir, una persona transexual va a ser mayormente aceptada si es que su apariencia se ajusta más al canon establecido de ser mujer.

Pero si eres como nosotras, personas trangénero, feminizadas, pero que usamos bigote, eso es completamente una irrupción que la sociedad penaliza.

Entonces, ¿de qué inclusión se jactan las ciudades?

Si ha habido un avance de derechos. Pero hay que decodificar a las personas Lgbti insertadas en la sociedad: el gay masculino y la lesbiana femenina.

¿Han tenido que recurrir a esto?

Es autodiscriminarte porque para acceder a los acercamientos con personas debemos meternos en la performatividad de recogernos el pelo, despintarnos la uñas o acudir a amigos o amigas que hagan el acercamiento por nosotros.

¿Por qué decir que la inclusión se ha vuelto una moda?

Las ciudades ahora se mencionan inclusivas porque se han dado cuenta que la población Lgbtiq+ también es productora de consumo. Entonces al sistema del capital le interesa incluir, pero no por derecho sino por consumo.

La lucha trans tiene más por hacer entonces

Por ponerlo en estas palabras, dentro de la lucha Lgbtiq+, las personas travestis y transgénero somos como la última rueda del coche. Somos como lo excluido de lo excluido.

¿Además de exclusión laboral, hay un estereotipo laboral?

La lógica de funcionamiento de la sociedad machista y patriarcal y capitalista ha consolidado una matriz de exclusión sociocultural y económica que está muy estructurada.

Esta matriz de exclusión es transversal, porque somos excluidas de nuestras familias, de la educación, porque en sus formularios de accesos solo tienen hombre y mujer. Y eso te deja en la precarización.

Eso hace que optemos por emprendimientos o trabajos guetizados: trabajo sexual, de belleza.

El 28 de mayo de 2021, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) clausuró el local de comida de la CoCa y la MoTa. Si el procedimiento no se archiva tendrían que pagar una multa de entre $2.000 y 4.000. Siguen a la espera de que se resuelva. No es la primera vez que deben dejar un espacio ¿qué pasa?

Las salidas de los espacios de la PachaQueer han sido por moralismo. Nos ha pasado en todos los lugares que hemos habitado.

¿Qué rol tiene el Estado?

Insertar en todos los procesos de la política el enfoque de género. Tenemos leyes de protección de la identidad en el aire.

Por ejemplo, una persona trans que quiere poner una denuncia en la Fiscalía, en la hoja no se pregunta su identidad de género. Lo mismo en el sistema de salud, que no contempla las otras posibilidades de expresión de género y orientación sexual. Por eso es que no hay un conteo de cuántos asesinatos a personas trans existen o cuántas violaciones correctivas hay.

¿Aún el entretenimiento estigmatiza?

Es muy evidente. Usualmente la travesti, la transexual es objeto de risa en medios de entretenimiento que incuso son televisados. Son contenidos que perpetúan dinámicas de odio.

¿Es la educación a través de los niños el camino hacia el respeto a las diversidades sexogenéricas?

Los niños, las niñas y los niñes son las personas que menos prejuicios tienen. Ya cuando entran al engranaje constructista de la escolaridad se meten este chip de “baños de niñas, el de niños”, “el rosado para mujeres, el celeste para hombre”.

Las actitudes de la sociedad son dinámicas heredadas.

¿Un censo poblacional sería un primer paso a la visibilidad?

Si, podría ser una forma de por lo menos marcar estadísticamente el porcentaje de población. En el último censo (2010) te preguntaban hasta cuántos focos tiene la casa, pero no que identidad tienes.

“En los procesos públicos se debe incorporar el enfoque de género por escrito. Esa es una forma de tener reconocimiento de nuestras identidades”.

“Si estás frente a una persona transgénero que no está siendo el aspecto canónico de un hombre o una mujer, lo mínimo es preguntarle como se identifica o cómo quiere ser tratada”.

“En este mes (junio) todas las empresas se vuelven Lgbti. Sacan las banderas, pero preguntémonos qué cupo de esta población tienen trabajando en sus empresas”.

El dato: Con la experiencia del cierre de su local, las PachaQueer han iniciado una lucha por la inserción laboral trans apuntando a los códigos del trabajo. Su objetivo es trabajar de manera comunitaria un proyecto de Ley para presentar a la Asamblea y apelar al cupo laboral trans.

Un referente de esto es Argentina, que el 17 de junio aprobó la Ley del Cupo Laboral Travesti y Trans.