Niños son usados como sicarios porque no pueden ir presos

JUSTICIA. Los niños hasta 11 años, 11 meses no pueden ser juzgados por un delito tipificado en el COIP.
JUSTICIA. Los niños hasta 11 años, 11 meses no pueden ser juzgados por un delito tipificado en el COIP.

Los niños de 11 y 13 años que mataron a un policía en Esmeraldas serían parte de los reclutados por bandas criminales. ¿Cómo debe actuar el país ante estos hechos?

Un video captó el momento en el que dos niños de 11 y 13 años asesinan a un policía a balazos, en Esmeraldas. Que los tiros hayan dado con el blanco a distancia “muestra que estaban preparados”, dice Ólger Romero, exmilitar y experto en balística forense y armamento.

Agrega que para lograr eso se requiere de una preparación de disparo de al menos seis meses.

Eva Peñafiel, coordinadora nacional de protección infantil de Aldeas SOS, señala que los niños y adolescentes son inimputables, es decir, que cuando cometen infracciones tipificadas en la ley, no son objetos de juzgamiento.

Se determina que una persona es un niño cuando tiene hasta 11 años con 11 meses. Y hasta los 17 años 11 meses son adolescentes.

En el libro cuarto del código de niñez y adolescencia se determina que los niños, aunque cometieran un delito, no son responsables del mismo, no pueden ser juzgados y tampoco se adhieren a medidas socio-educativas. A diferencia de los adolescentes que pueden tener medidas que pueden ir desde la orientación psicológica hasta internamiento domiciliario o internamiento en centros para jóvenes infractores.

Bandas los usan

Peñafiel y Romero coinciden en que las bandas aprovechan que los menores son inimputables para reclutarlos y volverlos sus sicarios.

LA HORA, en su nota ‘En Ecuador un sicario profesional se forma desde niño’ conversó con un recluso que comenzó a formarse como asesino a sueldo, desde niño. Es decir que esta no es una práctica nueva. Sin embargo, según Peñafiel, no se regresa a ver estas realidades, desde el Estado, hasta que hechos como el asesinato en Esmeraldas suceden.

Peñafiel dice que hay un abandono del Estado en la prevención, pero también en los centros para jóvenes infractores. “Si para los centros de privación de libertad (adultos), no tienen personal especializado para la atención (…) hemos visto cómo se negocia la seguridad de la gente (…) con un adulto que puede decir algo, con un niño o niña mucho más. El Estado no invierte”.

Garantizar derechos

El problema es estructural pues los niños, al no tener acompañamiento, seguimiento o acciones preventivas regresan a sus hogares, donde seguramente son víctimas de abusos. Por eso, Peñafiel considera necesario que haya acciones concretas para los menores infractores. Por ejemplo, un seguimiento periódico de su desarrollo.

Peñafiel explica que la neuropsicología menciona que hay dos grandes momentos en el cerebro humano. En los primeros años de vida hay un desarrollo neuronal para el aprendizaje y desarrollo de habilidades.

La segunda es una reestructura neuronal y  se da en la adolescencia, para que los niños puedan adaptarse a conexiones emocionales y sociales.

Con estos antecedentes, Peñafiel dice que “el Estado está a tiempo de ayudar a estos niños”.

Estudiar o delinquir

No es coincidencia que sea en Esmeraldas donde hay niños que asesinan a un policía.

Desde el Ministerio de Educación – en 2022– se advirtió que las bandas narco delictivas buscan captar a los menores de edad para el microtráfico. Desde la Subsecretaría para la Innovación Educativa se señala que las bandas delictivas ya tienen niños de 8 y 9 años reclutados.

Esmeraldas es la provincia donde los estudiantes más pierden el año después de Morona Santiago, convirtiéndola en la segunda del país con esta falencia educativa.

Las causas están relacionadas directamente con la violencia que azota la provincia, violencia intrafamiliar y pobreza como factores claves. Las autoridades aseguran que la violencia puede aumentar considerablemente la deserción escolar y una disminución en el rendimiento académico.

 En relación al abandono estudiantil el promedio de deserción escolar es de 1 de cada 100 estudiantes. En Esmeraldas la cifra es 4 de cada 100 estudiantes.

La exalcaldesa de Esmeraldas, Lucía Sosa, señaló, a finales de 2022, que “un niño que vive en medio de la violencia no va a rendir al 100%. Además, hay padres que no envían a sus hijos a la escuela por miedo a que sean captados por las bandas o que queden en medio de un enfrentamiento”. (AVV)

El comandante general de la Policía Nacional, Fausto Salinas, informó sobre la captura de dos menores de edad y un adulto, tras el asesinato del Policía.

“Los niños y niñas son este actor específico y que es además muy cotizado o codiciado por las bandas criminales porque son inimputables. Entonces, no pasa nada si matas porque sabemos que no te van a meter preso”, Eva Peñafiel, coordinadora nacional de protección infantil de Aldeas SOS.