Niños que trabajan, una realidad latente en Quito

El 71% de los menores que salen a las calles a laborar tiene entre 5 y 14 años. El Centro Histórico de Quito es el punto donde más se visualiza esta triste realidad.

Alexander tiene 11 años y sueña con ser Policía algún día. Mientras sus pequeñas manos intentan darle forma a un pedazo de plastilina, él insiste: “quiero ser Policía para cuidar a las personas, para cuidar a los niños”.

Con una voz tímida asegura que sueña con cumplir sus metas. Esas ilusiones hace tres años eran lejanas, pues trabajaba con su mamá vendiendo en las calles o en buses.

No es una realidad particular. Aproximadamente 375 mil niños y adolescentes trabajan por todo el país. Preocupa. La Constitución prohíbe esta actividad “peligrosa y nociva que perpetúa la pobreza e implica en los niños un obstáculo para su aprendizaje”, detalla Aldeas SOS Ecuador.

La pandemia impactó, pero no hay cifras

Elba Gámez Barahona, jefa de la Unidad de Otras Temáticas del Patronato San José, asegura que la pandemia pudo incrementar el número de niños que trabajan. La razón: no todos tienen acceso a la educación virtual. Gámez Barahona no se atreve a dar un dato.

El último censo de niños que laboran en Quito, lo hizo, en 2019, el Consejo de Protección de Derechos. En ese año se reveló que el 3% de niños, niñas y adolescentes trabajan en Quito; es decir aproximadamente 25.600.

Los datos también muestran que el 71% de niñas y niños que trabaja tiene entre 5 y 14 años. Gámez agrega que la mayoría de casos que se registran corresponden al Centro Histórico de la capital, aunque también hay presencia en el sur y en sectores como Calderón, en el norte.

El Consejo de Protección calificó como espacios públicos de alto riesgo a las administraciones zonales Eloy Alfaro (29,7%) y en Manuela Sáenz (25,9%).

Un día para luchar contra la erradicación del trabajo infantil

El Patronato San José es el que lleva a cabo proyectos para la erradicación del trabajo infantil en Quito. Hoy, 12 de junio de 2021, se conmemora justamente el Día Mundial contra el trabajo infantil, una tarea que parece muy dura en países como Ecuador.

El Patronato tiene cinco 5 centros para Erradicación de Trabajo Infantil y 4 puntos de atención acogen a 600 niños entre 5 y 15 años cuyos padres han accedido a que dejen las calles y vayan a estos espacios.

Ahí se encuentra Alexander y sus dos hermanos. También está  Marisella de 13 años que antes de llegar al centro del Patronato vendía aguacates con su mamá, en Santa Clara.

“Era feo porque a veces no te compraban. Nosotros comprábamos para $10 y solo se vendía $3 y el aguacate se aguaba”, dice la niña que de grande quiere ser profesora para enseñar a niños.

En estos centros los funcionarios tienen contacto permanente con las escuelas de los niños y jóvenes beneficiarios. Muchos no están en el nivel educativo que deberían pero lo importante – comenta Gámez­– es que no abandonen los estudios.

Hasta junio de 2020, Aldeas SOS ha determinado que al menos 13.000 niños a nivel nacional no estudian debido a estos factores.

 Una realidad que preocupa

El Consejo de Protección de derechos hace énfasis en su estudio. En el documento se especifica que en noviembre de 2019 se cumplieron 30 años de la Convención de los Derechos del Niño (CDN), de la cual es signatario el Ecuador.

Desde entonces y hasta la actualidad uno de los logros del Estado ecuatoriano frente a las desigualdades en el cumplimiento de los derechos de la niñez y la adolescencia ha sido la reducción del trabajo infantil.

 

En 1990, el Censo poblacional reportó que el 30% de los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años trabajaban –más de 600 mil niñas, niños y adolescentes–. El porcentaje  descendió, en el 2017, a tan solo un 8%, un descenso significativo de 22 puntos porcentuales en 27 años.

Para Gámez esta es una problemática que tiene distintas aristas pero que es necesaria erradicar para que no se perpetúe en mayor medida la pobreza y que niños como Alexander y Marisella puedan cumplir sus sueños. (AVV)

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