Empresas ecuatorianas incursionan en la moda sostenible

Confección de ropa con materiales reciclados. Foto: Empresa Patagonia.
Confección de ropa con materiales reciclados. Foto: Empresa Patagonia.

La contaminación causada por la ropa es un dilema que podemos resolver con las tiendas de segunda mano y con el reciclaje industrial.

Por: Gabriel García
Estudiante de Periodismo
Universidad San Francisco de Quito (USFQ)

En Ecuador, el desecho de la ropa también es una amenaza. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los ecuatorianos de la zona urbana pasaron de producir 0,57 kg de residuos sólidos al día, en 2015, a producir 0,83 kg cinco años después. Los desechos textiles, acompañados de otros materiales como vidrio o madera, abarcaron el 16,8% de estos residuos en 2020. La cifra constituye un aumento ya que, en 2018, este tipo de residuos contemplaba el 15,6% del total.

En Quito, ya existen varias empresas y emprendimientos que mitigan o evitan los daños que la ropa está produciendo en el medio ambiente. Las alternativas van desde productos hechos con materiales reciclados hasta ventas de segunda mano en buena calidad.

La fabricación de prendas de vestir con materiales reciclados es una de las soluciones. Marcas de ropa como Patagonia funcionan con dicho mecanismo. Buscan tener un modelo de negocio rentable mientras conservan y optimizan recursos.

“Nuestro objetivo es salvar el planeta Tierra; el 80% de nuestras prendas son hechas con materiales reciclados”, asegura la gerente de marca de Patagonia en Ecuador, Marcela Castro. “El solo hecho de alargar la vida de una prenda 9 meses, significa alrededor del 20 al 30% de reducción de agua, desechos y CO2”, añade.

Patagonia participa en varios proyectos para la protección de los recursos naturales. De hecho, el cuidado del agua es una de sus misiones principales. En el sector textil, la utilización de este líquido es significativa. Prendas como jeans o camisas requieren grandes cantidades de esta sustancia para ser confeccionadas. Por ello, Patagonia fabrica sus productos con materiales de alta calidad para garantizar una mayor durabilidad.

Existen varias formas para mitigar los efectos de la industria de la moda. Los emprendimientos e iniciativas de ropa de segunda mano ofrecen una vía práctica y asequible para ayudar al planeta. El punto es evitar la compra desmedida de nuevas prendas de vestir porque esto solo genera más desperdicio.

The green sale, por ejemplo, es un emprendimiento que se encarga de vender ropa vintage y usada a través de Instagram. “Mostramos a las personas que la ropa puede tener una segunda oportunidad. Lo usado no es sinónimo de viejo; en realidad, estas prendas son únicas por su estilo. Lo de segunda mano puede ser de excelente calidad”, explica Valentina Flores, dueña de The green sale.

“La ropa de ahora no suele durar por el esquema de la moda rápida. Las prendas vintage tienen un mayor valor agregado porque estaban pensadas para durar más”, añade.

La decisión es personal

El problema que genera la basura de la industria textil no solo recae en los hombros de los fabricantes y vendedores; los consumidores tienen un papel crucial en la crisis. El consumo desmedido es una de las principales causas que desencadenan el desperdicio de recursos naturales. Por esa razón, la ONU indicó que se debe cambiar la cultura consumista y el esquema de usar y desechar. La reutilización y la compra responsable son los dos principios necesarios para cambiar este panorama.

Como consumidores podemos proponer un esquema de economía circular. Dicha alternativa replantea la producción y el consumo en aras de un desarrollo sostenible. “Este sistema económico de intercambio y producción busca aumentar la eficacia de la utilización de los recursos, disminuyendo el impacto en el medio ambiente y permitiendo el bienestar de los individuos”, indica Marcia Almeida Guzmán, Doctora (PhD) en economía y empresa. “Todos los actores involucrados en la economía circular tienen un rol fundamental. A nivel de políticas públicas se está buscando educar al consumidor”, agrega.

Almeida menciona que se puede rechazar productos y servicios excesivamente contaminantes. De esta forma, las empresas van a reducir la oferta innecesaria. Además, ya existen pautas y normativas, como la ley inclusiva de la economía circular, para trabajar con procesos más amigables con el ambiente. En el caso de la moda, es una necesidad. Cada temporada se incluyen nuevas prendas para seguir ciertas tendencias. La industria no es totalmente consciente del malgasto de los recursos y de los efectos negativos producidos por la basura.

No es un secreto que la basura es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad. Desde los desechos plásticos hasta la ropa de la que nos deshacemos, enfrentamos una crisis de contaminación a escala mundial. Y podría parecer que la ropa no es importante en este dilema, pero la realidad es que la moda es la segunda industria más contaminante. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la vestimenta genera mayores emisiones de carbono que el transporte o la alimentación.