50% de emprendedores fracasa por endeudarse antes de tiempo

La mayoría de las iniciativas dura menos de 2 años en el país.

Menos del 30% de los emprendedores conoce de opciones de financiamiento diferentes de los créditos bancarios. El endeudamiento prematuro trunca opciones.

Cuando un emprendimiento está en la fase de gestación, no necesita un tipo de financiamiento tradicional. Mauricio Morillo, doctorando en innovación, explicó que el peor error que se puede cometer es endeudarse prematuramente, buscar préstamos bancarios antes de tener un verdadero modelo de negocios.

«Hay emprendedores cómodos que desde su escritorio quieren todo el dinero para, desde su escritorio, hacer compras y comenzar a operar. Por facilidad, pero sobre todo por desconocimiento, no hacen uso de todos los recursos que tienen a disposición», dijo.

Según el Global Entrepreneurship Monitor, el 50% de los emprendimientos ecuatorianos se comprometen a pagar créditos antes de tener siquiera un flujo de caja que les alcance para pagar las cuotas mensuales. Eso provocan que fracasen en corto tiempo, lo que implica menos de 2 años.

Morillo recalcó que la mejor opción para las primeras etapas es buscar el llamado capital semilla o los inversionistas ángeles. El objetivo es recibir financiamiento a cambio de una participación futura en el negocio.

«Se recomienda ceder hasta el 35% de la participación en las utilidades para no comprometer las posibilidades de crecimiento», acotó.

En Ecuador, el mercado de capital semilla está en desarrollo; pero para este año hay disponible $20 millones a través de instituciones como Start up adventures, Impaqto, Conquito, fondo Emprende (del ministerio de Producción), Buen Trip hub, Cedia.

Sin  embargo, menos del 30% de los emprendedores conoce de opciones de financiamiento por fuera de los típicos créditos bancarios.

Andrés Vaca (30 años) contó que optó por pedirle dinero a familiares y amigos, e incluso recurrir a ahorros, para poder iniciar su negocio de catering a domicilio. » Cuando se pide a alguien que invierta en tu negocio, se debe dejar claro que tiene un riesgo y el pago vendrá de acuerdo a los resultados», aseveró.

No todo negocio es emprendimiento

Uno de los principales factores de fracaso es no conocer realmente si se tiene una microempresa o un emprendimiento. Eso provoca que se equivoque en el modelo de negocios y en la identificación de las necesidades de financiamiento.

Un microempresario es el que replica un modelo existente; es decir, vende un bien o servicio de la misma manera que lo hacen otros ya en el mercado. Por ejemplo, aquí puede incluirse abrirse un restaurante para vender almuerzos en un barrio donde muchos ya hacen eso.

Por otro lado, un emprendimiento se basa en la innovación. No es lo mismo vender los mismos menús de la competencia que ofrecer opciones libres de gluten, veganas o servicios extras.

«El microempresario tiene posibilidades limitadas de crecimiento y rentabilidad porque producen lo mismo a los mismos clientes», aseveró Morillo.

DATO.- El 97% de los emprendedores no validan sus productos o servicios antes de salir al mercado. Es decir, no saben si realmente hay demanda para lo que quieren ofrecer.