Ecuador está desperdiciando el potencial del sector minero para hacer crecer la economía a tasas altas y generar más empleo

MINERÍA. Fruta del Norte es uno de los pocos proyectos grandes en el país.
MINERÍA. Fruta del Norte es uno de los pocos proyectos grandes en el país.

Las mafias vinculadas a la minería ilegal, la ciega oposición política y la inseguridad están frenando el desarrollo de un sector que apenas tiene dos minas a gran escala.

Al cierre de 2022, el sector minero se consolidó como el tercer rubro de exportaciones no petroleras y el primero de exportaciones no tradicionales.

El monto total de la venta de minerales en el exterior llega a los $2.800 millones y su aporte en pago de impuestos casi suma $600 millones. Esto solo con dos minas a gran escala en producción: Mirador y Fruta del Norte. Solo el camarón registró mejores resultados durante el año pasado.

El ministro de Energía y Minas, Fernando Santos Alvite, informó que “estas cifras confirman que el sector minero es el futuro del país, que además de generar fuentes de empleo, representa un ingreso necesario e importante para la caja fiscal, el sostenimiento del dólar, la balanza comercial y la economía en general. Además de su aporte para la transición energética”.

Según estudios de múltiples organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Foro Económico Global, si Ecuador quiere apostar a un alto crecimiento de más del 4% al año, la minería es uno de los sectores que pueden dar resultados efectivos en el corto y mediano plazos.

Sin embargo, las inversiones en el sector están estancadas. El secretario presidencial para las Alianzas Público-Privadas (APP), Roberto Salas, reconoció, durante una entrevista con LA HORA, que el creciente ambiente hostil contra la minería ya ha provocado que se dejen de firmar contratos por entre $2.000 millones y $3.000 millones adicionales para impulsar más proyectos y la llegada de más capitales extranjeros.

La inseguridad, tanto física como jurídica; el aumento de las mafias vinculadas a la minería ilegal, y  la oposición ciega, están lastrando el desarrollo de una actividad que, solo con el desarrollo de los principales 12 proyectos en carpeta, podría generar más de $176.000 millones en los próximos años.

Ese dinero, bien manejado y gastado vía impuestos convertidos en obras, tiene el potencial de crear un verdadero ‘shock’ de empleo e inversión, de acuerdo con Nelson Rubio, ingeniero y consultor internacional en temas mineros.

“ No existe actividad productiva con cero impacto ambiental; pero tampoco es cierto que el dilema del Ecuador se base en el extremo de agua o minería. Existen ejemplos internacionales de producción con alta tecnología en países como Australia y Canadá. Los problemas están en el manejo de los proyectos chinos; pero eso se soluciona con mejores controles. Si se invierte bien, la economía ecuatoriana puede ser 40% más grande y rica en dos décadas”, puntualizó.

Oportunidades en riesgo

La oposición ciega del movimiento indígena, comandado por Leonidas Iza, ha impedido la apertura programa del catastro minero en 2022; y todavía no hay nada claro de si se lo podrá hacer en 2023.

Esto mantiene paralizadas más de 620 solicitudes de concesiones para exploración minera en Ecuador. Esas solicitudes están a la espera desde 2018, cuando tomó mayor fuerza el movimiento anti minero en el país.

Mientras las inversiones formales se quedan varadas, en los últimos cinco años se han disparado los focos de minería ilegal en provincias como Napo, Imbabura, Los Ríos, Cuenca, Loja, entre otros.

En este contexto, desde la Cámara de Minería, se ha hecho un llamado a “los grupos sociales que atacan a la actividad minera -sin diferenciar lo estandarizado de lo ilegal- a que enfoquen sus esfuerzos en combatir al verdadero enemigo: la extracción ilícita de minerales que no respeta al ser humano ni a la naturaleza”.

Los mineros formales aseguran que están de acuerdo, y han abogado, por la expedición de una Ley de Consulta Previa, Libre e Informada. También puntualizan que, el hecho de que no exista esa normativa, no hace que los proyectos mineros sean ilegales o vulneren algún derecho, pues los títulos fueron otorgados limpiamente.

Alrededor de 13 empresas de minería de mediana y gran escala están a la espera de la apertura del catastro. Esas compañías han solicitado 91 concesiones e incluyen a las más grandes y prestigiosas del sector a escala mundial: la australiana BHP, la británica Anglo American y la australiana Newcrest. (JS)

Solucionar la corrupción interna

Expertos vinculados al sector minero como Fernando Benalcázar, exviceministro de minas, han denunciado que uno de los grandes problemas es que existe corrupción enquistada en los organismos de control y en la Empresa Nacional Minera.

Incluso se ha llegado a decir que en esas instancias operan personas leales  al exministro de Energía, Xavier Vera Grunauer, y que se hacen de la vista gorda o son cómplices con la minería ilegal y sus mafias.

Al respecto, el actual ministro de Energía, Fernando Santos Alvite, durante una entrevista en FM mundo, reconoció que existen malos funcionarios; pero aseguró que ya se han sacado a algunos.

Cambiar por completo esta situación es vital para impedir que la ilegalidad se tome la minería. Se debe evaluar que pasa en la Empresa Nacional Minera, que, con corte a noviembre de 2022, cerró con una pérdida de $2,4 millones.

Principales destinos de las exportaciones mineras: China (50,07%); Estados Unidos (11,06%); y Suiza (10,58%)