Mientras el riesgo país baja, la recesión económica golpea a los ecuatorianos

HECHO. El Gobierno comandado por Daniel Noboa asegura que la caída del riesgo país avala su gestión económica.

El Gobierno de Daniel Noboa festeja que la caída en el riesgo país es una clara demostración del éxito de su política económica, mientras se confirma que el Ecuador atravesó una recesión en 2024, con una reducción de ventas, ingresos, calidad de vida y empleo. ¿Qué está pasando entre la percepción optimista de los bancos de inversión y la realidad de un país en crisis? ¿Cómo entender dos lecturas tan dispares de la realidad del Ecuador?

Parece que el Ecuador existen en dos mundos paralelos. Por un lado, tanto bancas de inversión como el Gobierno de Daniel Noboa han salido a resaltar la caída del riesgo país como una demostración del éxito de la política económica de la actual administración.

Así, a través de un comunicado de prensa, el ministerio de Economía dijo lo siguiente: «El riesgo país del Ecuador, a enero de 2025, se ha reducido a 1.048 puntos, siendo el resultado más bajo en todo el período del gobierno del presidente Daniel Noboa. Este logro refleja la confianza del mercado internacional en el manejo económico responsable liderado por la actual administración».

Sin embargo, por el otro lado, al mismo tiempo organismo como el Banco Mundial ha corregido sus proyecciones sobre la caída económica de Ecuador en 2024. Antes hablaban de una caída del -0,3% del PIB, pero ahora ve que el retroceso de la economía ecuatoriana es de al menos -0,7% del PIB.

La economía ecuatoriana cayó un 1,5% en el tercer trimestre de 2024, según el Banco Central

El Banco Central recientemente sacó un informe de que durante los tres primeros trimestres de 2024 se registraron caídas continuas de entre el -1% y -4% en el Ecuador. Esto configura una economía completamente metida en la recesión, que se puede ver claramente en el nivel de destrucción de empleo formal y aumento de la informalidad hasta noviembre de 2024.

Solo faltando los datos oficiales del último trimestre de 2024, todo apunta a una caída mayor de la esperada en una economía que precisamente en 2024 cumplió una década perdida en términos de crecimiento económico.

«Los indicadores de crecimiento de crédito, vehículos y ventas venían marcando con claridad la tendencia del crecimiento económico. El último trimestre difícilmente ‘salva’ una caída de al menos -1,7% para todo el 2024. Pensar incluso una caída de 2% juega dentro de lo probable», acotó Ortiz.

Ecuatorianos más informales y con menos ingresos después del primer año de Gobierno de Daniel Noboa

Así, se configura un escenario en donde Gobierno y bancos de inversión festejan un menor riesgo país del Ecuador, supuestamente como resultado del buen manejo económico del Gobierno de Noboa; pero al mismo tiempo se acumulan las evidencias de una recesión económica que golpea a los ciudadanos y a las empresas con una menor calidad de vida y una caída de los ingresos.

¿Por qué los bancos de inversión son más optimistas que los ecuatorianos sobre la economía?

El «optimismo cauteloso» de los inversionistas internacionales (el riesgo país del Ecuador ha bajado, pero sigue siendo el tercero más alto de América Latina) contrasta con las crecientes preocupaciones que tienen los ecuatorianos sobre el rumbo de una economía nacional en recesión.

Ante la pregunta de por qué sucede esto, Ernesto Revilla, economista jefe de Citi Research para América Latina, ha explicado que, por un lado, los ecuatorianos, como los ciudadanos de cualquier otro país, tienen que enfrentarse al día a día de las noticias, a las dificultades diarias y a vivir con la administración gubernamental, con el tráfico, con la inseguridad, con la corrupción.

«Los que viven en un país tienen que ver cada detalle de la política, escucharla todos los días y enfrentarse a la calidad, que puede ser muy variable, de los servicios públicos», acotó.

Por el otro lado, Revilla recalcó que los que están afuera (bancos internacionales de inversión) comparan a los países de una manera más lejana, «son básicamente números que pueden seguir en una hoja de cálculo».

«Se vuelven mucho menos pesimistas porque comparan a muchos países en términos relativos, y se dan cuenta que por supuesto no son las condiciones ideales, hay muchos problemas por resolver, pero los fundamentos macroeconómicos son mejores de lo que los locales a veces evalúan», concluyó el  economista jefe de Citi Research para América Latina.

En este contexto, el «optimismo cauteloso» de los bancos de inversión puede explicarse por una combinación de factores financieros, políticos y de percepción que van más allá del crecimiento económico directo. A continuación, se detallan las razones clave:

1. Cumplimiento puntual del pago de la deuda externa: Aunque un país esté en recesión, y haya cerrado, como en el caso del Ecuador, con un déficit fiscal todavía alto y una millonaria cuenta de atrasos en el sector público, mientras se  cumpla puntualmente con la obligaciones de deuda externa, los inversionistas mantienen cierta confianza. Esto a pesar de que el entorno económico interno sea complejo.

En el fondo es una mirada de corto plazo y que solo analiza una parte de la realidad económica de un país.

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2. Expectativas políticas y estabilidad: Si los mercados perciben que hay un gobierno comprometido con medidas que promuevan estabilidad fiscal , esto puede mejorar el riesgo país. En el caso ecuatoriano, esa percepción está basada en que está vigente un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, según Sebastián Hurtado, presidente y fundador de Prófitas, “La situación fiscal mejoró el 2024 pero no porque se haya reducido el gasto, sino porque básicamente nos sacaron la madre con más impuestos y eso generó nuevos ingresos. El problema del gasto está lejos de resolverse y va a continuar siendo un lastre para la economía ecuatoriana en 2025”.

Los bancos de inversión en el fondo están conscientes de esto, pero tiene la expectativas de que Noboa será reelecto como presidente y que en un mandato completo de 4 años podrá realizar las reformas estructurales que todavía están pendientes en el Ecuador.

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3. Aumento en reservas internacionales: Ecuador  ha incrementado en el último año sus reservas internacionales mediante financiamiento externo y el buen desempeño de las exportaciones estratégicas. Esto ha contribuido a reducir el riesgo percibido por los acreedores.

4. Aprobación de créditos multilaterales: En el último año, de la mano del nuevo acuerdo con el FMI, el Ecuador ha recibido más de $5.000 millones de créditos de varios multilaterales. Los mercados perciben esto como un respaldo institucional y baja el riesgo.

5.  Expectativas de reactivación económica: Aunque la economía esté en recesión, los mercados financieros suelen evaluar el potencial a mediano plazo. Se espera que en 2025 se produzca una especie de rebote luego de la caída y la economía ecuatoriana crezca un 1,5%. Este rebote, sin embargo, en el mejor de los casos compensará la caída de 2024, pero mantendrá a Ecuador a la cola del desarrollo en América Latina.

6.-Reformas tributarias: Una mejora en la estructura de recaudación fiscal puede anticipar una mayor capacidad de pago. En 2024, a través de la subida del IV

A al 15% y otros impuestos temporales, se logró aumentar la recaudación de impuestos en un poco más de $2.100 millones. Esto es visto como una medida positiva y que genera confianza, con lo que ayuda a bajar el riesgo país.

Además, existen expectativas que este 2025, con Noboa en el poder, se realice una nueva reforma tributaria para compensar la recaudación de los impuestos temporales que solo estuvieron vigentes en 2024.

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«Los mercados y bancos de inversión no siempre reflejan la situación económica del país, sino las expectativas de estabilidad política y financiera en el futuro inmediato. Aunque el PIB caiga, si el gobierno demuestra capacidad para financiarse y cumplir con sus obligaciones, esto puede generar confianza», explicó Carlos Salinas, economista y consultor internacional. (JS)