La empresa mixta conformada por Petroecuador y la venezolana Pdvsa nunca funcionó. Las pocas obras que se concretaron, como el acueducto de La Esperanza, tienen serios problemas.
El 7 de enero de 2008, Petroecuador y la petrolera venezolana Pdvsa firmaron el memorando de entendimiento para crear la compañía de economía mixta Refinería del Pacífico (RDP). Los testigos de honor fueron los entonces presidentes de Ecuador y Venezuela, Rafael Correa y Hugo Chávez.
El objetivo anunciado era construir en la comunidad El Aromo, provincia de Manabí, un complejo petroquímico para procesar o refinar 300.000 barriles de petróleo por día y producir gasolina, diésel, gas licuado de petróleo, jet fuel y otros productos para consumo interno y de exportación. Sin embargo, un último informe de Contraloría, sobre la planificación, costos de operación, mantenimiento y estado actual de la Refinería del Pacífico, estableció que se gastaron $1.528 millones en infraestructura y estudios inútiles.
Así, aunque nunca estuvo cerca la concreción de los grandes anuncios, se ejecutaron obras tempranas en terrenos, vías de acceso, campamento habitacional, preparación del sitio de implantación, fases de visualización, ingeniería conceptual e ingeniería básica.
Esas inversiones ahora están abandonadas, en mal estado, y sin recibir mantenimiento, lo que, según la autoridad de control, evidencia la falta de planificación y el uso ineficiente de recursos, los cual estaban “destinados a incrementar el suministro nacional de derivados de petróleo e impulsar la transformación de la matriz productiva”.
En el caso del acueducto ‘La Esperanza’, que se construyó en el área del proyecto para dotar parcialmente de agua cruda a las poblaciones aledañas, el informe indica que las captaciones ilegales ocasionan afectaciones hidráulicas al ducto y aumento del consumo eléctrico en la estación de bombeo. Esa infraestructura se podría paralizar, lo que provocaría el corte del suministro del líquido en Manta, Montecristi y Jaramijó.
“Las condiciones operativas no garantizan el desempeño correcto de los equipos instalados, ni su integridad mecánica, eléctrica y electrónica, generando riesgos para instalaciones no aseguradas. La infraestructura está subutilizada y las bombas corren el peligro de colapsar”, dice Contraloría.
Fracaso de empresa mixta
El proyecto se paralizó por ausencia de financiamiento. El exvicepresidente de la República, Jorge Glas, encargado de liderar los sectores estratégicos, y el directorio de la RDP, no consiguieron el tercer socio estratégico y financista, que aporte recursos suficientes para finalizar la refinería valorada en más de $10.000 millones.
Además, Petróleos de Venezuela (Pdvsa), no cumplió con sus aportes como socia propietaria del 49% de las acciones de la empresa mixta. Por eso, Petroecuador tuvo que desembolsar valores que superan en cinco veces el monto que le correspondía. Así, se transfirieron recursos públicos por cerca de $1.000 millones, que en 2017 fueron registrados contablemente como “Cuentas por pagar -accionistas”.
La fallida sociedad tampoco cumplió con compromisos por $28’168.822 en obras de compensación social para los cantones ubicados en el área de influencia del proyecto. (JS)