Maestros llevan 17 días sin comer

La falta de alimentos provoca desnutrición, problemas cardiovasculares, digestivos y neurológicos.

Tras 17 días de haber iniciado la huelga de hambre en Esmeraldas, la salud de algunos maestros, padres de familia y estudiantes ha comenzado a deteriorarse, e incluso varios han sido internados en las casas de salud. Esta medida sería de manera indefinida.

Yoryi Nazareno, dirigente de la Unión Nacional de Educadores en Esmeraldas, enfatizó que ya se sienten los estragos por no ingerir alimentos. “Aunque estamos con varios problemas de salud, no vamos a claudicar, seguiremos en pie de lucha hasta conseguir nuestro objetivo, exigimos nuestros derechos y que se levante la suspensión temporal de la vigencia de la Reforma a Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), que promueve cambios en la educación”, recalcó Nazareno.

17 días sin alimento

Son seis maestros, un padre de familia y un estudiante los que se han apostado en EL centro de la ciudad, sobre colchonetas y debajo de una carpa para resguardarse del sol.

Según los maestros, todos los días se realizan chequeos médicos, con el apoyo de la Asociación de enfermeras, quienes llegan hasta el lugar con medicinas y sueros.

Opinión de médicos

Para el doctor Nelson Muela, la huelga de hambre comienza dañando el hígado y los riñones, para terminar afectando al sistema circulatorio y al cerebro, lo que provocaría problemas cardiovasculares, digestivos y neurológicos, producto de la desnutrición.

Aclaró que, solo por 60 días puede resistir una persona en huelga de hambre ingiriendo únicamente agua, y este plazo podría prolongarse hasta los tres meses si el activista tiene un peso superior a la media.

Por su parte, la doctora Andrea Ortiz dio a conocer que durante los primeros días sin ingerir alimentos, el cuerpo consume sus reservas de glucosa y luego echa mano de las grasas.

Pero tras la primera semana el páncreas deja de producir insulina y el descenso en el pH de la sangre afecta de manera directa el funcionamiento del corazón y la circulación.

Ortiz, dijo que el cerebro por la falta de azúcar y los problemas de circulación comienza a alterar sus funciones, y a las dos semanas, que es el tiempo que llevan los maestros en huelga de hambre, el cuerpo empieza a devorarse a sí mismo, lo que genera adelgazamiento acelerado y debilidad extrema. A partir de ahí, se reduce la movilidad, se dificulta el habla y se ofusca el cerebro, señaló.  (MFC)