La lotería o los boom económicos no garantizan la prosperidad de la gente ni de los países

El dinero por sí solo no mejora la vida de las personas.
El dinero por sí solo no mejora la vida de las personas.

Si no se sabe cómo gastar pero, sobre todo, cómo hacer que el dinero extra produzca más riqueza, el ‘golpe de suerte’ se esfuma y el afortunado (persona o nación) se queda, en la mayoría de los casos, endeudado y en peor situación que la inicial.

Tal como sucede con los países, en donde un ‘golpe de suerte‘ como el aumento de los precios del petróleo no necesariamente soluciona los problemas fiscales ni los problemas sociales, el hecho de ganarse la lotería no significa necesariamente que la vida de una persona mejorará. Y más bien suele ocurrir lo contrario.

Según estudios internacionales, que incluyen a la Fundación Nacional por la Educación Financiera (Estados Unidos) y el Foro Económico Mundial, el 70% de los ganadores de premios millonarios de lotería terminan gastando todo e incluso declarándose en bancarrota, luego de entre 3 y 5 años del ‘golpe de suerte‘. Además, tampoco son más felices o saludables que el resto de las personas, sino que caen en abuso de drogas, alcohol, depresión, entre otros problemas.

La razón de fondo de esta situación, de acuerdo con María del Carmen Mora, economista y asesora financiera, es que el bienestar no solo depende de cuánto dinero se tenga; sino sobre todo de cómo se lo utiliza, de cómo se lo hace trabajar para que dure en el tiempo.

«Entre los errores más comunes de los ganadores de lotería están renunciar al trabajo, tomar el premio como una garantía de riqueza de por vida, y enredarse en la espiral de gastos impulsivos e innecesarios. En muchos casos, no solo que gastan todo, sino que también adquieren deudas y llegan a un nivel peor que al principio», puntualizó.

Incluso la compra de una casa, sin tener conocimientos básicos de educación financiera, puede convertirse en un mal negocio porque se apunta a lo más grande y lujoso; pero no se toman en cuenta todos los gastos ocultos, los cuales son crecientes con los años: mantenimiento, impuestos, seguros, entre otros.

El dinero se esfuma sin educación financiera

En el caso de Ecuador, que es uno de los países con más bajos niveles de conocimientos financieros, un premio millonario se puede convertir en una maldición porque no se sabe el valor del dinero en el tiempo, cómo hacer inversiones rentables, cómo elaborar un presupuesto mensual, o incluso cómo reconocer estafas.

Roberto Figueroa, ingeniero comercial y microempresario, puntualizó que el principal error de los «nuevos ricos» es no saber realmente cuáles son sus problemas; y creer que el premio de la lotería es » como un estanque que siempre estará lleno; y no como un riachuelo que si no tiene la constante alimentación de los afluentes se secará tarde o temprano».

Uno de los casos más famosos a escala mundial es el de Jack Whittaker, quien se hizo conocido por ganar $315 millones en el lotería de West Virginia (Estados Unidos) en 2002, pero que en menos de cinco años estaba ahogado en deudas y con una vida familiar destruida (su hija y nieta murieron por sobredosis de drogas).

Otro factor que completa el panorama es precisamente que, en la mayoría de casos, amigos y familiares se sienten con el derecho de participar de la nueva riqueza del ganador de la lotería. Eso se convierte en un espiral de exigencias crecientes por más y más cosas porque si se tiene dinero se supone que alcanza para todo y para todos.

«Eso también le pasa a los países con ingresos extraordinarios por aumento de los precios de las materias primas. De repente todos se siente con la legitimidad de recibir más y más. Tanto los gobiernos como las personas deben aprender a decir no; y a establecer por qué y cómo gastar. Caso contrario, solo se logrará una especie de bienestar momentáneo, pero más insatisfacción y problemas a mediano y largo plazo», concluyó Mora. (JS)