Los mitos sobre las vacunas son solo eso

Panorama. Desde enero de 2021, Ecuador usa tres tipos de vacunas para inmunizar a su población.
Panorama. Desde enero de 2021, Ecuador usa tres tipos de vacunas para inmunizar a su población.

Aunque parezca que se han desarrollado en tiempo récord, las vacunas anticovid parten de estudios que llevan décadas.

Tal vez ha escuchado que la ciencia está experimentado con las personas que se vacunan, ya que las dosis contra la Covid-19 se fabricaron en tiempo en récord.

Posiblemente, algún conocido, amigo o familiar le ha dicho que alguien le contó que, vacunarse puede causar infertilidad, que le implantan un chip para rastrearte o que modifican el ADN.

Todos estos, son mitos. No solo porque los médicos digan lo contrario sino porque no hay datos o estudios que los sustenten.

Si es de los que tienen dudas sobre esto, aquí encontrará algunas explicaciones sobre las vacunas contra la Covid-19.

Las vacunas causan infertilidad

No hay evidencia científica que relacione a ninguna de las vacunas contra la Covid-19 con problemas asociados a la fertilidad.

Saskya Lemus, epidemióloga, dice que a lo largo de la historia no existe vacuna, de ningún tipo, cuyos efectos secundarios se relacionen con la infertilidad. “El riesgo de contraer el virus es más alto que los efectos secundarios graves que puede tener una vacuna”, detalla Lemus.

Tampoco existen complicaciones en que las mujeres embarazadas reciban las dosis.  En el país, el único requisito para que una mujer en estado de gestación sea inoculada es que presente un certificado de su médico, donde indique que no tiene impedimentos.

En el caso de las mujeres en etapa de lactancia, la vacuna es recomendada porque los anticuerpos pueden ser transmitidos a través de la leche materna al menor, aseguró el viceministro de Salud, José Ruales.

Se hicieron en poco tiempo

Uno de los cuestionamientos de los grupos antivacunas es que las dosis contra la Covid-19 hayan salido en menos de un año.

El médico- investigador Andrés López dice que la vacuna no se hizo en un año, sino que es parte de un patrón de vacunas que se estudia desde hace décadas. “Este es un tema que cada año ha ido mejorando hasta que hemos podido ser más eficientes para el desarrollo de las vacunas”.

López dice que la desinformación sobre las vacunas genera problemas en la población y agrega que no es la primera vez que se trata de cuestionar sus efectos.

En 1998 se popularizó un estudio que decía que las vacunas contra la viruela causaban autismo. Cuando la comunidad científica quiso replicar el estudio se dio cuenta que era fraudulento y su autor, el doctor  Wakefield perdió su licencia para ejercer medicina.

Alteran el ADN

La evidencia científica muestra que las vacunas no modifican ni interactúan con el ADN.

Actualmente existen dos tipos de vacunas contra el coronavirus: Las de ARN mensajero (ARNm) y las vacunas de vectores virales.

Lemus explica que ambas “dan instrucciones” a las células para que comiencen a generar protección contra el virus, “o sea despiertan al sistema inmune y por eso es que se experimenta fiebre u otras molestias”, agrega.

Pero los componentes de las vacunas nunca ingresan al núcleo de la célula, que es donde se encuentra el ADN. “Las vacunas funcionan con defensas naturales de nuestro organismo”.

 La vacuna crea magnetismos

Uno de los mitos más recientes sobre la vacunación es que magnetiza a quien la recibe. Incluso circulan videos con personas que se pegan imanes o tenedores en el brazo luego de haber recibido el pinchazo.

Pero las vacunas no contienen ingredientes como hierro, níquel o litio, que puedan producir magnetismo.

Tampoco están hechas de microelectrónica, electrodos o nanotubos de carbono.

Además, la dosis que reciben las personas tienen menos de un milímetro, que no sería suficiente para magnetizar a una persona, si la vacuna tuviera un metal magnético.

La vacuna hace que se contagie de Covid-19

 Ninguna de las vacunas contiene el virus vivo, por lo que las vacunas no enferman con el virus y las reacciones pos-inmunización, como fiebre, dolor muscular, diarrea o vómito, son normales.

 “Las vacunas le enseñan a nuestro sistema inmunitario a combatir el virus, no lo reciben”, comenta López.

Depende de cada organismo generar inmunidad (protección contra la Covid-19), pero podría tomar hasta tres semanas. Si fue vacunado y quiere saber cómo responde su cuerpo a la dosis puede realizarse una prueba rápida y verificar si ya tiene anticuerpos.

 De qué está hecha la vacuna

Antígeno: es una forma muerta o debilitada de un patógeno (por ejemplo, un virus o una bacteria) que prepara a nuestro organismo para reconocer y combatir una determinada enfermedad en el futuro.
Adyuvantes: ayudan a incrementar la respuesta inmunitaria y, así, facilitan la acción de las vacunas.
Conservantes: garantizan que la vacuna mantenga su eficacia.
Estabilizantes: protegen la vacuna durante su transporte y almacenamiento.

 Fuente: OMS

En Ecuador se inmuniza a las personas con: Pfizer, AstraZeneca y Sinovac.