Las medidas económicas presentadas por el presidente Lasso son insuficientes, desenfocadas e ineficientes para estos grupos.
Guillermo Lasso llegó a la Presidencia con un discurso liberal, de reducción de impuestos y de cambio radical del modelo económico. Sin embargo, desde sectores aparentemente afines, como la derecha tradicional y los liberales, las propuestas y las acciones que está presentando van en sentido contrario.
Según Gabriela Calderón, investigadora del Cato Institute, Lasso criha dado marcha atrás en muchas de sus propuestas de campaña. Por ejemplo, como candidato proponía un sistema paralelo de seguridad social, financiado con ahorro privado y la coexistencia de este con el sistema de reparto.
Reducción del Estado y de la carga tributaria
La premisa básica es que el Gobierno de Guillermo Lasso vuelve a recurrir, como ha pasado antes, a meterle la mano al bolsillo de las personas y las empresas. La alternativa en lugar de más impuestos es reducirlos drásticamente y hacer un recorte radical en el gasto público.
Francisco Swett, exministro de Economía en el Gobierno de León Febres Cordero, aseguró que, si en el presupuesto 2022 no se da un cambio profundo, la economía continuará estancada por el peso del Estado.
Swett define como “basura fiscal” a la ineficiente estructura burocrática que no parece querer desmontar el actual Presidente.
Por ejemplo, hay 15 Consejos Nacionales y de Igualdad. Entre los últimos, se incluyen instancias para la información, igualdad de género, pueblos y nacionalidades, movilidad humana, discapacidades y temáticas intergeneracionales.
Asimismo, existen, a la par de los ministerios, 11 agencias de regulación y control que “husmean” todos los aspectos de la convivencia social, sea en telecomunicaciones, transporte, agua, medicina prepagada, control postal, electricidad, vigilancia sanitaria, fitosanitaria y zoosanitaria, hidrocarburos y minería.
“Hay que preguntar, ¿para qué están los ministerios?, ¿por qué hay duplicación y triplicación de funciones? Contribuimos $3.000 millones al Ministerio de Salud, pero no es suficiente y se requiere un Consejo de Salud”, dijo Swett.
Por su parte, Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis Semanal, puntualizó que el gasto administrativo, en todas las instancias del sector público, es mayor que la media regional. Ahí debería meterse el Gobierno, antes que pedir contribuciones temporales (impuesto al patrimonio).
Desde el Foro Libertad y Prosperidad, donde participan decenas de académicos, economistas, empresarios de tendencia liberal, a mediados de 2020 se propuso eliminar la mayoría de los impuestos y solo quedarse con los cuatro o cinco que más recaudan. El objetivo era recaudar mejor con poca carga; pero la reforma de Lasso, incluida en la Ley de Oportunidades, hace pequeñas reducciones y eliminaciones sin cambios estructurales.
Eliminación del monopolio de la seguridad social
De acuerdo con Gabriela Calderón, investigadora del Cato Institute, tanto en el Plan como en la Ley de Creación de Oportunidades no se establecen metas ni cambios sustanciales en el sistema de seguridad social.
La propuesta desde la vereda liberal es que cada ciudadano pueda elegir quien administre sus ahorros, con la debida regulación, e incluso con un pilar solidario dentro del sistema. Esto, según Calderón, es una reforma similar a la dolarización porque permite proteger los ahorros de los ecuatorianos de la voracidad de la clase política.
En concreto, se necesita que la Superintendencia de Bancos regule y apruebe las instituciones que pueden ofrecer el servicio de administración de fondos para la jubilación. Así, dentro de un periodo de transición de uno a dos años, cada persona podrá elegir permanecer en el mecanismo de reparto del IESS o migrar a uno de cuentas individuales.
Por el lado de la salud, se propone que el aporte se mantenga en el mismo monto, pero pueda ser entregado no solo al IESS, sino también a las instituciones privadas que gestionan medicina prepagada y seguro médico.
Internacionalización del sistema financiero
En el Plan y la Ley de Lasso tampoco se establecen metas y medidas claras para internacionalizar el sistema financiero. El objetivo debería ser aumentar la oferta de crédito y bajar las tasas de interés.
Entre las acciones que lograrían eso, pero no son parte del enfoque del actual Gobierno están: simplificación de las regulaciones financieras y la implementación de normas Basilea 3 (que propone a los bancos aumentar sus reservas de capital); cooperativas mejor reguladas; fortalecimiento de las acciones de la Superintendencia de Bancos; eliminación de todos los impuestos que restringen los movimientos de capital; derogatoria del Código Monetario y Financiero.
Además de la falta de esas medidas, en el proyecto enviado a la Asamblea se establecen barreras para la llegada de bancos de fuera. Así, se elimina la posibilidad de repatriar utilidades; y se impone la obligación de destinar el 20 % de su inversión a prestar a la banca pública y cooperativas.
Cambio total en la legislación laboral
Aunque en la Ley de Oportunidades hay avances en temas de flexibilización y facilidades para la contratación, desde el punto de vista liberal se proponía la derogatoria completa del Código del Trabajo; y no el establecimiento de un sistema paralelo y opcional.
En ese sentido, se esperaban cambios sustanciales como jornadas laborales y política salarial atados a la productividad real; o la formalización de pequeños comerciantes a través del cobro de un valor mensual de no más de $10, sin otros requisitos o pesada tramitología.
En el proyecto del ejecutivo se crean tres tipos de contratos: alternativos por tiempo definido y por tiempo indefinido, alternativos por obra o servicios determinados, y alternativos eventuales.
Sin embargo, desde el Foro Libertad y Prosperidad se proponía permitir todas las formas voluntarias de contratación que no atenten contra los derechos humanos. Eso incluye modalidades para contratación por horas. (SJ)