Dos expertos analizan la gobernabilidad del presidente Guillermo Lasso en sus primeros 50 días. Cinco actores sociales aún esperan respuestas.
La falta de negociación con los actores sociales y el incumplimiento de ofrecimientos de campaña empiezan a pasar factura al presidente Guillermo Lasso. Al final de sus primeros 50 días de gobierno enfrentó su primer paro nacional y una huelga de hambre.
El sector arrocero realizó este 12 de julio un paro, argumentando la ausencia de respuestas del Gobierno para mejorar las condiciones del sector agrícola y con la exigencia de establecer una tarifa de $35 como precio oficial de la saca de arroz. Tras una reunión de emergencia, se lograron acuerdos y se levantó la medida de hecho.
Mientras tanto, en Quito, Guayaquil, Cuenca y Portoviejo, la Unión Nacional de Educadores (UNE), que aglutina a más de 80 mil profesores, inició este lunes 12 de julio de 2021 una huelga de hambre contra la propuesta de inconstitucionalidad de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) presentada por el Gobierno. Este tema continúa abierto.
Estas acciones de hecho, a criterio del sociólogo Mario Unda, se dan en medio de esta búsqueda de legitimidad del gobierno para lograr consensos sociales y respaldo ciudadano; asegura que no logró obtener total legitimidad en la segunda vuelta. “Los votos no fueron en apoyo a Lasso, fueron votos en contra del otro candidato”.
En esta búsqueda de legitimidad y de ensanchar su base, el Gobierno ha adoptado algunas medidas como la reducción de la tasa de interés para microcréditos, la ampliación de los plazos, la oferta de créditos a 30 años plazo al 1%, así como el anuncio de la creación de un organismo para erradicar la violencia contra las personas LGBTIQ+, explica Unda.
Sin embargo, esto no logra responder los problemas de fondo y es necesario que el gobierno del encuentro (como se autodenomina) no se quede en el «encuentro discursivo, que no va tener resultados para los grupos sociales que requieren respuestas prácticas para mejorar sus condiciones de vida tras la pandemia», añade.
Para el analista político Carlos Cabrera, el problema no solo está en la falta de respuestas a las necesidades de los actores sociales, sino que también evidencia una falta de negociación por parte del Estado en sus primeros meses de gobierno.
El ministerio de Gobierno, a cargo de César Monge, es la entidad responsable de garantizar la gobernabilidad democrática en el territorio nacional, el diálogo, concertación y participación ciudadana con las demás funciones del Estado y la sociedad civil. Sin embargo, este rol ha sido ocupado las últimas semanas por el viceministro de gobernabilidad, Homero Castanier. Esto debido a problemas de salud de Monge.
El 21 de mayo de 2021, César Monge fue nombrado ministro de Gobierno tras renunciar a su curul en la Asamblea Nacional. Un año antes, se alejó de la política por un diagnóstico de cáncer de páncreas. La banca de Creo informó el fin de semana que su salud se encuentra estable, tras una ola de comentarios sobre su fallecimiento.
Aunque Homero Castanier se ha encargado de ser el nexo entre el Ejecutivo, Legislativo, bancadas políticas y organizaciones sociales, el país ahora enfrenta este descontento social.
Para Carlos Cabrera, el Viceministro puede tener la voluntad y hasta la capacidad para representar al Ministerio de Gobierno, pero aclara que al no existir una titularidad afecta la política gubernamental. «Necesita tener la legitimidad detrás, que sería la del Presidente, porque si no, no se sabe con quién estás negociando”. Así, Cabrera enfatiza que existe un vacío político y una falta de titularidad en la política, porque al final del día el Viceministro no es quien toma las decisiones.
Frente a esto, el analista plantea que el gobierno podría tener dos opciones: una, darle la legitimidad al Viceministro en una mesa chica para que negocie estos ámbitos (paro nacional y huelga); y la otra, enfrentarse a este hecho tan complejo. Para el analista, esta situación pone por primera vez a Guillermo Lasso, en su corta presidencia, a definir entre su moral personal -su gratitud hacia el trabajo que ha hecho César Monge- y las necesidades que puede tener el Estado. “Es una decisión que va definir si él es un jefe de Estado, un estadista o un presidente más que termina cediendo ante su propio ser. Es una decisión difícil, pero necesaria que cualquier persona que decidió ser presidente debe asumirla”.
Posibles soluciones
Para dar respuesta a este escenario, Unda sugiere que el gobierno debe saltar del discurso a la práctica con un diálogo real, que si no mejora las condiciones de las personas, al menos no las afecte con las nuevas medidas. Además, precisa que un Estado que responde con amenazas a la protesta social, da una respuesta policial, en vez de emitir una respuesta política a un problema que es político.
Por su parte, Cabrera precisa que el diálogo no debe ser con actores sociales, sino por temáticas para garantizar la gobernabilidad y mantener el apoyo de la opinión pública.
Al momento, uno de los cinco sectores que han venido mostrando su descontento con el gobierno se ha movilizado.
Homero Castanier es ingeniero automotriz y está cursando la Maestría en Administración y Política Pública en la Universidad de IEXE, Puebla México.
Sectores que presionan al Gobierno
- Docentes
Organización: Unión Educadores del Ecuador (UNE)
Exigencia: Eliminación de la inconstitucionalidad de la LOIP ante la Corte Constitucional
Estado: En huelga de hambre
2. Sectores agrícolas
Organización: sectores arroceros
Exigencia: tarifa fija del arroz $35 y otros
Estado: se levanta el paro nacional
3. Trabajadores
Organización: FUT – Cedocut
Exigencia: Socialización del proyecto de ley
Estado: Denuncian no ser parte de las mesas de trabajo de la construcción del proyecto
4. Movimiento indígena
Organización: Conaie
Exigencia: Derogatoria de los decretos 1158, 1183 y 1054; entre otros
Estado: No han recibido una invitación oficial del gobierno para el diálogo
6. Transportistas