La vacuna puede salvar una vida, pero no previene el contagio en adultos mayores

Logística. Largas filas y falta de distanciamiento causaron malestar en adultos mayores y sus familiares. (Foto: @Minotauro8)
Logística. Largas filas y falta de distanciamiento causaron malestar en adultos mayores y sus familiares. (Foto: @Minotauro8)

Más de 4.000 recibieron la primera dosis anticovid. Pero el uso de la mascarilla y el confinamiento sigue siendo esencial, pues corren riesgo de contagiarse.

Rodrigo Saltos tiene 78 años y el domingo, 21 de marzo de 2021, recibió una llamada. “Una licenciada que nos está dando clases por teléfono me llamó el domingo para que me presente a las 11:00 a recibir la vacuna contra la Covid-19”, contó.

Su nuera lo acompañó hasta San Marcos (centro de Quito), una vez adentro, el personal del Ministerio de Salud y del Municipio de Quito le preguntaron si ya había contraído el virus, si tenía alergias y qué medicamentos tomaba.

Saltos es hipertenso y toma medicina para la presión, sin embargo; dice que recibió la vacuna tranquilo y sin nervios. A las 12:35 le entregaron una hoja con la hora en la que fue inmunizado, con la primera dosis de Pfizer. Pasó a una sala de observación en la que estuvo 30 minutos y regresó a su casa, ubicada en la calle Chile.

Saltos es uno de los 4.500 usuarios del programa 60 y PiQuito, que entre el lunes 22 y el martes 23 de marzo fueron inmunizados.

Aunque no le indicaron cuándo recibirá la segunda dosis, confía en que le llamarán. Tampoco le dijeron nada sobre los efectos secundarios, pero se tomó paracetamol por recomendación de su hermana que es doctora. No tiene fiebre, ni malestar, dijo.

Vacunados pueden contagiarse

El 12 de febrero de 2021, Soumya Swaminathan, Directora General Adjunta para Programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertó que las personas vacunadas pueden contraer el virus y contagiar aunque la carga viral es mucho menor.

Susana Tito, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología, dice que no hay que confundirse, ni creer que la vacuna es 100% efectiva. “No quita completamente el riesgo porque hay muchas cepas de coronavirus”, dijo Tito, por lo que mantener el distanciamiento social, el uso de mascarilla y el lavado de manos debe continuar.

“La vacuna salva vidas pero no es la única estrategia para controlar la pandemia”, detalla el epidemiólogo, Daniel Simancas, y recomienda no dejar de lado las medidas de prevención pese a recibir la vacuna. “Lo que garantiza es una alta probabilidad de sobrevivir, la vacuna no evita la infección”.

No bajan ‘la guardia’

Un año y medio antes de que se declarara el confinamiento obligatorio, debido a la pandemia de Covid-19, Saltos ingresó al grupo ‘Memoria’ del programa 60 y PiQuito. Ahí desarrolla actividades para ejercitar su mente y su cuerpo.

El no salir le ha causado estrés avanzado, por eso aspira que la vacuna le devuelva la normalidad perdida aunque destaca que seguirá usando mascarilla y lavando su manos constantemente. “Para mi fue como estar preso aquí, no poder salir ni a la puerta de calle”, comentó el hombre que enviudó hace 12 años y hoy vive solo.

Jornada. En dos días, el Patronato San José vacunó a 4.500 usuarios del programa 60 y PiQuito.
Jornada. En dos días, el Patronato San José vacunó a 4.500 usuarios del programa 60 y PiQuito.

Reforzar la dosis y la logística

Tito destaca la importancia de vacunar a los adultos mayores, pero señala que las jornadas del 60 y PiQuito mostraron una mala organización. A las afueras de los centros se veían largas filas en las que debían esperar bajo el sol o la lluvia.

Tito dice que se debe precautelar que este grupo no esté en medio de aglomeraciones, por lo que se les debe informar la hora y el día en que recibirán la segunda dosis y decirles que no por llegar antes, van a pasar antes.

Lilia Isabel Alvear, viuda de Navas, tiene 80 años y recibió la vacuna el martes 23 de marzo. Ella es paciente del Hospital de Atención Integral del Adulto Mayor, del Ministerio de Salud. Un día antes le informaron que debía acudir a las 09:00, junto a su hijo, Marco Navas, llegaron antes de la hora indicada y ya había fila.

Alvear tuvo que esperar hasta las 13:00 para ser vacunada, pues las dosis no llegaron a tiempo desde el Ministerio de Salud.

“Como fui temprano, estuve ubicada en una oficina donde tratan a los pacientes, pero la gente que estuvo en los patios, en cambio, soportó el frío, el sol y luego la lluvia”, relata la mujer, que hasta el momento no ha experimentado ninguna reacción.

A diferencia de Saltos, a Alvear sí le explicaron qué reacciones podrían presentarse y qué hacer en cada caso. “Si usted presenta ronchas en su cuerpo, inmediatamente acuda al hospital más cercano a su casa”, le dijeron a la mujer, quien destaca que el Hospital de Atención Integral del Adulto Mayor ha estado pendiente de ella durante la pandemia.

Alvear deberá colocarse la segunda dosis el 13 de abril. Ella cree que es un regalo de la vida, pues esa fecha se festeja el Día del Maestro y ella trabajó como docente de escuela y de la Universidad Central.

“Debemos seguir siendo responsables, usar la mascarilla, conservar la distancia, lavarse las manos, usar el alcohol”, comenta Alvear.

La cantidad de gente generó intranquilidad

Las largas filas en las afueras de los centros de vacunación generaron malestar entre los familiares de los adultos mayores que asistieron a vacunarse. Eugenia Salazar, de 72 años, dijo que la cantidad de gente que estaba en Tumbaco, donde ella fue a vacunarse, le causó intranquilidad.

Salazar es parte de los talleres de manualidades del 60 y PiQuito y tampoco le avisaron cuándo recibirá la segunda dosis, pero señaló que vio en las noticias que sería en abril. Ella extraña a sus compañeros del grupo y a sus profesores y dice que espera un día poder volver a verlos y reunirse como lo hizo durante dos años, antes de que la Covid-19, ‘sacudiera’ al mundo. (AVV)

«Está claro que las vacunas protegen de enfermar gravemente por COVID19, pero no está claro si protegen de infectarse».

Soumya Swaminathan, Directora General Adjunta para Programas de la Organización Mundial de la Salud.

 Yo sentí un poco de miedo por todos los mensajes que mandan en Whatsapp, pero luego oré y tuve tranquilidad y me puse con toda la confianza la vacuna y no tuve ninguna reacción”.

Lilia Isabel Alvear, tiene 80 años y fue vacunada el 23 de marzo.

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 En Ecuador viven 1.3 millones de adultos mayores.