La recurrente suspensión de clases presenciales ‘golpea’ la estabilidad financiera de las madres y la continuidad de estudiantes

Madres. Casi un millón de mujeres en Ecuador tiene al menos un hijo y 777.000 tienen entre tres y cinco hijos.
Madres. Casi un millón de mujeres en Ecuador tiene al menos un hijo y 777.000 tienen entre tres y cinco hijos.

El Ministerio de Educación no ha emitido lineamientos tras el anuncio del Gobierno de apagones de hasta 10 horas. Educadores y psicólogos advierten que suspender las clases presenciales no debe ser una medida.

¿Qué pasará con las clases presenciales tras el anuncio de apagones de hasta 10 horas? El Ministerio de Educación indicó el 9 de octubre de 2024 que: “mantendremos informados sobre cualquier ajuste de ser el caso, en función de las indicaciones que recibamos de las autoridades competentes sobre los horarios de la siguiente semana”.

Grace Vásquez, especialista en abogacía y protección de la niñez de ChildFund, señala que ante cualquier emergencia lo último que debe cerrarse son las escuelas.

Con esto coincide Adrián Tene, psicólogo educativo, quien señala que ante los apagones se debe precautelar la educación presencial más cuando “un 37% de hogares no cuenta con acceso internet” y cuando ya se ha comprobado que “la educación virtual crea amplias brechas de aprendizaje”.

El impacto de la suspensión de clases en las madres

Según cifras del censo de población del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), un 38,5% de los hogares ecuatorianos tiene una mujer como cabeza de hogar (asumen el rol financiero). A la par, cuatro de cada 10 madres en Ecuador no tienen un empleo fijo, es decir, que son mujeres sin empleo o con empleos ocasionales.

Ariana Rea, psicóloga y activista feminista, señala que además de que “culturalmente la mujer asume en mayor o total medida el cuidado de los hijos y la representación en la escuela”, cuando la brecha de empleo y salarial es alta “las mujeres dependen de espacios de cuidado para sus hijos e hijas”.

Estos espacios son los centros de desarrollo infantil y las instituciones educativas.

“Si una mujer vive al día o tiene un trabajo fijo, el que de un día para el otro digan que no hay clases o la medida dure semanas, afecta la estabilidad emocional y financiera de las mujeres, quienes son las que deben coordinar horarios, pedir permiso en el trabajo o solo perder ese día de labores porque los niños están en casa. Las escuelas, no solo son espacios seguros para estudiantes, sino que brindan la oportunidad de desarrollo de una mujer que, en un 40% de casos, sostiene sola el hogar”, destaca Rea.

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Si bien el Ministerio de Educación no ha emitido un comunicado sobre las clases desde la semana del 15 de octubre de 2024. Los especialistas ya advierten que la solución nunca es el cierre de escuelas.

Ante esto, Rea señala que hay una forma de violencia económica contra las mujeres cuando el engranaje que debe funcionar para su desarrollo financiero se rompe “por decisiones gubernamentales”.

Las clases no presenciales representan un retraso educativo

Cuando ejercía el cargo, la exministra de Educación, María Brown, reconoció que la pandemia por covid-19 generó un retraso en el aprendizaje de entre uno y dos años. También detalló que existen cuatro áreas en las que hace falta más refuerzo y señaló que la nivelación tomará, por lo menos, dos años.

Unicef ha indicado que tres de cada cinco estudiantes que han perdido un año escolar en el mundo – tras la pandemia– viven en Latinoamérica y El Caribe.  (AVV)

Madres en Ecuador

  • Guayas es la provincia que con más mamás a escala nacional: 1’158.333
  • Pichincha: 851.378
  • Manabí: 447.603.

Fuente: INEC.

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