La crisis económica arrastró fuera de la clase media a más de 1,2 millones de ecuatorianos

REALIDAD. El deterioro del mercado laboral redujo las oportunidades de desarrollo.
REALIDAD. El deterioro del mercado laboral redujo las oportunidades de desarrollo.

La capacidad de ahorro y consumo de la economía ecuatoriana fue gravemente afectada por la pandemia. Este segmento de la población económica se redujo del 32,2% al 24,7%.

En los primeros meses de la pandemia, cuando se implantaron las medidas más estrictas de confinamiento, el 77% de los hogares de clase media sufrió la reducción de alrededor del 50% de sus ingresos.

Según estimaciones de Unicef y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esa reducción sólo se recuperó en los sectores con mejores condiciones económicas y, hasta diciembre 2020, provocó que la clase media se redujera del 32,2% al 24,7% de la población.

En otras palabras, la actual crisis arrastró fuera de ese segmento a 1 ‘236.482 personas o alrededor de 412.160 familias. Esas familias que en promedio conseguían ingresos de $860 al mes, ahora no superan los $420.

Con ese presupuesto mensual, ni siquiera se cubre la canasta vital de $501,17; mucho menos la canasta básica de $711,80.

Lorena Pumajero, dueña de un local de venta de almuerzos antes de la pandemia, comentó que desde abril de 2020 la situación se complicó y los ingresos de ese negocio como los de su esposo se fueron al suelo.

“Las ventas cayeron más del 80% y mi esposo se quedó sin trabajo en el sector de la construcción. Nuestros ingresos mensuales pasaron de más de $1.200 a menos de $500. Se ha recuperado algo, pero la situación sigue siendo muy complicada”, acotó.

Informales y vulnerables

Antes de la actual crisis, que no parece superarse en el inicio de 2021, cerca del 60% de la clase media contaba con un contrato formal de trabajo, y más de la mitad se desempeñaba en Pequeñas y medianas empresas (Pymes).

Esta situación, según Andrea Jaramillo, economista e investigadora, provocó que el impacto de la pandemia sea más fuerte. “La clase media, de la mano de la precarización del mercado laboral, ha venido retrocediendo desde 2015. En los últimos cinco años, anteriores a la pandemia, la economía del país sólo creció un promedio de 0,4%”, puntualizó.

Panorama

Las ayudas de emergencia y las propuestas como un gasto público adicional de alrededor de $2.400 millones para sostener los sistemas públicos de salud, educación y alimentación (planteado por Unicef), pueden impedir una mayor caída.

Sin embargo, a mediano y largo plazo solo el crecimiento económico, en porcentajes del 4% a 5%, y la generación de empleo de calidad permitirá recuperar el terreno perdido.

Entre 2005 a 2014, el aumento del precio internacional de las principales materias primas como el petróleo, la consolidación del sistema de dolarización y la generación de empleo de calidad provocaron que la clase media se duplicara.

Lamentablemente, a criterio de Alberto Acosta Burneo, analista económico, no se hicieron las reformas necesarias para construir un sector productivo más competitivo, dinámico y flexible. Es decir, se malgastó la bonanza en gasto público, pero se mantuvieron las mismas estructuras, por lo que un gran porcentaje de los puestos creados en el sector público no se pudieron mantener. (JS)

¿Por qué es importante la clase media?

Según Santiago García, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, el 75% de la clase media está ubicada en las zonas urbanas y tiene, en promedio, hasta el noveno grado de educación media. Además, este segmento representa alrededor del 8% de la Población Económicamente Activa (PEA).

Su importancia radica en que es la que más invierte en educación y más ahorra. Asimismo, cuando un país tiene una creciente clase media aumenta el consumo; el establecimiento de nuevos negocios; y se promueve la estabilidad social y política.

Las principales ocupaciones dentro de este segmento son los puestos de directores y gerentes de pequeñas y medianas empresas; profesionales científicos, técnicos y profesionales de nivel medio, microempresarios.

“Al ser mayoritariamente asalariados, la aspiración predominante es que la economía funcione bien para conseguir y mantener un empleo. Es decir, les interesa que exista altos niveles de producción y crecimiento”, acotó García.