La colaboración entre países es indispensable para frenar el narco: John Marulanda

Policía. Las incautaciones de droga han aumentado. Son más de 90 toneladas de droga en este año.
Policía. Las incautaciones de droga han aumentado. Son más de 90 toneladas de droga en este año.

El apresamiento de ocho personas acusadas de colaborar con la narcoguerrilla devela un nuevo escenario regional. El Ecuador debe estar preprado para más intercambio de información.

John Marulanda es un alto oficial, de la reserva activa, del Ejército de Colombia. Es conferencista y analista de Geopolítica en diferentes medios y universidades del mundo, como la Universidad de la Defensa en Washington.

El Coronel (ra) todavía sigue los pasos sobre el crimen organizado en su país, pero también en la región. Es uno de los especialistas que más conoce sobre la infiltración del narcotráfico en la economía y política de su país, pero también de los otros dos países que comparten los colores de la bandera de su nación, Ecuador y Venezuela.

Él analiza, a propósito del apresamiento de ocho ecuatorianos acusados de colaborar con la narcoguerrilla, la relación renovada que existe entre estos grupos criminales que están bajo el permanente seguimiento de las policías de los dos países.

Marulanda, paracaidista, historiador, abogado, politólogo y columnista de varios medios, describe la foto actual del narcotráfico. Para él, solamente la unidad de las fuerzas del orden, será la salida para enfrentar a un mal que, cada vez, tiene más réditos económicos. Lea esta entrevista.

Hace unos días la policía ecuatoriana abrió sus cartas para evitar un secuestro a un empresario. Con eso reveló que existe la infiltración de la narcoguerrilla en Ecuador a través de un grupo llamado Movimiento Guevarista. ¿Coronel usted conoció del caso?

Sí. Tengo un conocimiento de la interconexión entre Colombia y Ecuador, con la participación activa de narcotraficantes de los cárteles mexicanos, Jalisco Nueva Generación y Sinaloa. Todos ellos, por supuesto, apoyados por el Cártel de los Soles de Venezuela. Es decir, que tenemos en Ecuador una matriz que funciona muy bien con la exportación de la coca que producimos en Colombia, que también sale por Venezuela. Colombia saca más del 75% de su producción cocalera por el andén Pacífico colombo-ecuatoriano. Ahí es donde Ecuador juega un papel importante, porque la gran mayoría de los pescadores de Esmeraldas avanzan hasta 20 kilómetros mar adentro, mucho más que antes. Y eso nos da a entender que el corredor de las Galápagos da la vuelta para reorientar su rumbo hacia Centroamérica y, de ahí, hacia Estados Unidos. De modo que Ecuador se ha convertido, gracias a su economía dolarizada, en las Naciones Unidas del narcotráfico en toda América Latina.

¿Qué le llama la atención de esta conexión de gente relacionada con grupos de la izquierda radical y pues personajes como Iván Márquez o el Paisa?

Déjeme decirle que no solamente con estos dos miembros de organizaciones extremistas de izquierda armada, sino también con organizaciones políticas de izquierda. Como pasa en Colombia actualmente. El candidato Gustavo Petro ha venido, no solamente a entregarle perdón social y amnistía a condenados por narcotráfico y corrupción, sino que una de sus emisarias fue capturada hace varias horas en Honduras, trayendo miles de dólares no declarados a Colombia, vía Panamá. Y lo mismo sucede en Ecuador, el candidato de Presidente Correa, fue financiado por una parte del ELN, asentado en el Chocó y en el Cauca. De modo que allí hay un flujo de dinero delincuencial que apoya a estas causas políticas.

La investigación policial señala que 10 ecuatorianos militan en una columna de las FARC en Venezuela, hay otros tres ecuatorianos en el Departamento del Huila, en Colombia. Otros 20 personas en entrenamiento con los Comandos de Frontera de Putumayo, en Colombia, y hay otros 20 en un sector llamado La Bonita. Parece que son pocos. ¿Usted nota un riesgo en este acercamiento?

Claro, la vieja táctica comunista no ha cedido el terreno. Pocos hombres, convencidos de su vocación revolucionaria, pueden convocar a una gran cantidad de voluntades, apáticas o neutrales, que se van a dejar llevar por el apasionamiento de estos jóvenes. De modo que Ecuador, que es un país pequeño de América Latina, con 18 millones de habitantes, y esas cantidades que usted menciona no solamente en Venezuela, aquí en Colombia y parte el Ecuador, son el núcleo fundamental que irradiará su vocación política extremista al resto de los ciudadanos del país.

¿Los huevos de la serpiente?

Es como el efecto contagio. Como el Covid-19, un infectado contagia a los demás.

¿Usted nota cambio luego del periodo del correísmo en Ecuador?

Yo noto un cambio sustancial. Primero, el asesinato del fiscal Marcelo Pecci en Cartagena, que estaba en luna de miel, y hace pocos días el asesinato de una fiscal que estaba investigando un caso de narcotráfico, en Manta, Luz Delgado. Esos dos asesinatos me llaman poderosamente la atención porque nos indican que las mafias del narcotráfico, del crimen organizado transnacional, están activas y están ejecutando a aquellos funcionarios del Estado que no les marchen o que les marchen mal. Y eso para mí es indicial de que algo está en camino.

Hay un seguimiento policial desde la crisis de octubre de 2019, aquí en Ecuador. ¿Percibe un cambio en el gobierno de Guillermo Lasso para alcanzar un objetivo común que es controlar a estas personas?

Pues mire, soy un poquito dudoso de la efectividad del presidente Lasso, sobre todo después de que había jurado que el avión que él había dispuesto ya lo había comprado a la Fuerza Aérea Colombiana. Y resultó que no es así. Entonces, me pregunto: ¿si pasó eso del avión, un negocio ilícito a todas luces, qué está pasando con el narcotráfico, que es un negocio ilícito, es un negocio subterráneo, es un negocio en donde se mueven miles de millones de dólares en Ecuador, en Colombia, en Venezuela, en Perú, en Bolivia, en todos los países? Tengo dudas en el alma sobre la situación que estamos viviendo en el Ecuador, aunque estoy definitivamente convencido de la bondad de Guillermo Lasso en la Presidencia de la República.

¿Qué recomendaciones usted puede hacer a la fuerza pública ecuatoriana?

Primero, la colaboración internacional entre las autoridades o las estructuras policiales y militares del Ecuador con las estructuras policiales y militares de Colombia. Desafortunadamente, Colombia no tiene la misma colaboración su par de Venezuela, pero mantenemos estrecha colaboración con las mexicanas, algo que es muy importante para nosotros. Y, por supuesto, tanto Ecuador como Colombia, y de alguna manera México, estamos conectados con la DEA y con el FBI, que son las dos agencias que están a cargo de narcotráfico y la delincuencia en Estados Unidos. Si no hay un intercambio de información oportuna, veraz, verificable, es muy difícil que se pueda adelantar una campaña para neutralizar, por lo menos contener, y, si es el caso reducir, la producción de cocaína, que es el principal negocio en el mundo, y de esta manera lograr que se pacifique un poquito la situación de América Latina. Pero sin esta colaboración es muy difícil lograr que realmente se produzca un asentamiento del crimen organizado transnacional.

¿Lo que hay actualmente no le satisface?

No le puedo decir que no me satisface. Pero a todas luces es algo insatisfactorio. Porque lo que se decomisa no va más allá del 30% de lo que está circulando en el mercado. Colombia está produciendo 1.500 toneladas métricas de cocaína al año. Estamos decomisado un promedio de 400 toneladas al año. ¿Dónde está el resto de cocaína que se mueve por todo el mundo? Entonces, si usted me pregunta si estoy satisfecho, evidentemente no. El consumo está en aumento en los Estados Unidos, en el sudeste asiático, sur del Pacífico. Los precios siguen manteniéndose muy altos y el negocio de la cocaína sigue siendo eso, un negocio.

Hay organismos de derechos humanos que protegen a este grupo de personas conectadas por la ideología. ¿Cómo hacer para que estos organismos de derechos humanos no ganen la batalla al liberar a personas involucradas en este tipo de ilícitos?

Esa es una tarea muy complicada. Los derechos de nueva generación, los derechos ambientales, el derecho de la mujer a rescatar su posición en la sociedad. Todas estas cosas son las que están hoy en día empujando la agenda globalista. De modo que pedirle a las organizaciones de derechos humanos que no intervengan es muy complejo. Hay que preguntarle a la Policía de cada país cómo lidia con ese problema, porque es un verdadero lío. Hay que llamar a los defensores de derechos humanos a que hagan eso, que defiendan los derechos humanos, y no que se concentren en proteger a quienes están vinculados con las redes de narcotráfico.

¿Venezuela es una amenaza para Colombia y Ecuador?

Pues mire, Venezuela se ha convertido en la jalonadora de los movimientos de izquierda, que están sustentados en el Foro de Sao Paulo y en el Grupo de Puebla. Venezuela es la que, a pesar de su crisis económica, sigue alimentando los fondos de todas las campañas de izquierda que hay en el continente. Venezuela estuvo apoyando a Xiomara Castro en Honduras. Venezuela es la gran amiga de AMLO en México. Venezuela sigue apoyando a Gabriel Boric en Chile, a Pedro Castillo en Perú, se ha retirado mucho del Ecuador. Pero, definitivamente, Venezuela representa el peligro número uno para los Estados Unidos, junto con Nicaragua y Cuba. Esos tres países son una triada muy peligrosa, que en cualquier momento pueden llamar al desorden en el Caribe debido a la diferencia fronteriza entre Colombia y Nicaragua, que no se ha solventado y que está próxima a que la vuelvan a mencionar en la Corte Internacional de La Haya. Y Venezuela sigue armando con todo el material bélico ruso y material bélico chino, en parte de las técnicas y tácticas iraníes de Hizbulá, a todo su aparato militar, su parafernalia militar. De ahí, a que yo diga que Venezuela representa un peligro para Colombia pues hay una distancia muy grande, porque Colombia tiene más o menos una estrategia bien diseñada para contener, restablecer y contraatacar, si es el caso, a las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Pero Venezuela sigue representando un verdadero peligro para para los Estados Unidos. Lo que lo que ha decidido recientemente el presidente Joe Biden, al disminuir la presión para Venezuela y para Cuba, nos deja muy preocupados porque nos hacemos la misma pregunta de muchos parlamentarios estadounidenses: ¿qué está buscando Biden con esto?

“Si no hay un intercambio de información oportuna, veraz, verificable, es muy difícil que se pueda adelantar una campaña con el narcotráfico”. John Marulanda, especialista en crimen organizado