Juan David Bernal: ‘El periodista es el guardián de la verdad, es el contralor público al servicio de la gente’

Entrevistado. Juan David Bernal, decano de la Facultad de Comunicación y Tecnologías de la Información en la Universidad Hemisferios.
Entrevistado. Juan David Bernal, decano de la Facultad de Comunicación y Tecnologías de la Información en la Universidad Hemisferios.

El decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Hemisferios, Juan David Bernal, analiza el papel del periodismo y la libertad de expresión en Ecuador.

Una de las grandes tareas dentro de la libertad de expresión es construir una opinión pública con puntos de vista divergentes”.

Los medios son un contrapeso y se debe garantizar su libertad de expresión y funcionamiento”.

Se usó la propaganda oficial para perseguir y construir ese antagonista que fueron los periodistas”.

Juan David Bernal, decano de la Facultad de Comunicación y Tecnologías de la Información en la Universidad de los Hemisferios, analiza la libertad de expresión en Ecuador, el rol de los medios de comunicación y los periodistas en medio de una sociedad digitalizada.

¿Qué elementos saltan a la vista de la libertad de expresión en Ecuador?

Entiendo la libertad de expresión como el derecho de cada persona a expresarse dentro de sus propias convicciones, sin violentar los derechos de otras personas. Creo que no somos un país dictatorial ni tuvimos una ley mordaza porque, en efecto, todavía hay posibilidad de expresarse, hay medios que se mantuvieron en la oposición.

En ese sentido, los medios digitales comenzaron a trabajar con líneas editoriales más independientes. Aquí hay que recordar algo muy importante: mucho de lo que se cuestionó en los gobiernos de Rafael Correa y Lenín Moreno tiene que ver con revelaciones de la prensa independiente, del periodismo investigativo, y luego pasó a manos de la justicia.

El periodismo hizo ese trabajo. Si tuviéramos realmente una dictadura o una ley mordaza esto no hubiera sucedido.

Pero los medios de investigación digitales aparecieron precisamente como una alternativa para evitar el peso de la Ley de Comunicación. Portales como Mil Hojas, Plan V, Focus, entre otros, fueron la vía de escape del periodismo para hacer investigación.

Los vacíos de la Ley de Comunicación giran en torno al mundo digital, vacíos que existen también en el Código de la Democracia y otros. Como decía Michel Foucault: Donde hay un exceso de control o represión, la resistencia aparece de alguna forma.

También hubo represión

Podemos hablar de que hubo un deterioro, hubo persecución y sanciones a medios de comunicación y determinados periodistas. Se usó al poder Ejecutivo y el poder mediático de la propaganda oficial para perseguir, para construir ese antagonista que fueron los periodistas, pero también hubo esa valentía y resistencia por parte de algunos periodistas que hicieron ese contrapeso al poder.

Hay una frase  que dice: No estoy de acuerdo con lo que piensas, pero estoy dispuesto a dar mi vida porque te expreses. Una de las grandes tareas dentro de la libertad de expresión es construir una opinión pública compleja, con puntos de vista divergentes, que no se reduzca al blanco y negro, o esté polarizada.

¿Qué tan positivo es que el periodista asuma el rol de la resistencia?

Hay un gran mérito de los periodistas que a pesar de las circunstancias se han mantenido, pese las amenazas o las regulaciones. Esos periodistas han tenido que construir un modelo de negocio en torno a lo que hacen en lo digital.

Ahora, al estar lo digital fuera del espectro de la ley aparece la pregunta: ¿Cómo se financian? ¿Quién financia los medios? Porque también hemos visto que ciertos medios digitales terminan siendo partidarios, espacios para la réplica oficialista o de la oposición. Yo veo muy positivo cuando un medio pone claramente quiénes son sus auspiciantes. Son transparentes.

Hay otros que no nos dicen cómo se financian y que son muy poderosos. Creo que ahí queda un espacio para ver hasta dónde pueden hacer resistencia o terminar prestándose para replicar modelos al servicio de lo político y no de la gente o de la democracia.

¿Deberían regularse las redes sociales?

Soy un hombre de ideales liberales. Creo que no. La regulación estatal podría ser, en este caso, peor que la enfermedad. Es necesario más bien trabajar desde la ciudadanía en la construcción de una conciencia digital.

En algunos aspectos creo que sí debería regularse. En el proceso electoral, por ejemplo, vimos en pleno silencio electoral cómo todos los bandos hacían propaganda política fuera de tiempo y no hay un acápite en el Código de la Democracia que revise esos espacios.

¿Por qué siempre que hablamos de libertad de expresión lo relacionamos directamente a hablar del periodista?

Porque el periodista es el guardián de la verdad, es el contralor público al servicio de la gente. Es la figura visible de quien ejerce la comunicación. Cuando a una persona le pones el acápite de periodista, también le pones la responsabilidad encima de que lo que diga debe ser verdad; mientras que si yo salgo a la calle a decir cualquier cosa es solo un ciudadano que opina.

¿Entiende la ciudadanía el rol del periodista?

No. No se entiende. En eso tiene mucha responsabilidad el discurso político que construyó al periodista como el antagonista. Esta profesión ha tenido ataques sistemáticos de desprestigio y eso se presta para que cada vez que el periodista sale a decir algo, el debate se reduzca a la falacia ad hominem en donde me voy contra la persona, no por lo que dice sino contra quien lo dice.

¿Cuál es el reto del nuevo Gobierno en materia de libertad de expresión?

Reformar la Ley de Comunicación respetando la producción nacional, pero dándole autonomía a los medios. Los medios son un contrapeso y se debe garantizar su libertad de expresión y funcionamiento, recuperar la confianza de la gente y construir una ciudadanía no polarizada.

¿Reformar o derogar la Ley de Comunicación?

Deberían derogarla.

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