Joselo Andrade: ‘El dólar evitó que nos convirtamos en Venezuela’

Imagen referencial dólares (Pexels)
Imagen referencial dólares (Pexels)

El 9 de enero de 2025 se cumplirán 25 años de la dolarización en Ecuador. Jamil Mahuad optó por dolarizar la economía del país en el año 2000. Este sistema ha sobrevivido pese a los políticos y sus apetitos voraces. (Actualizado el 8 de enero del 2025, con la fecha de la implementación la dolarización)

Jamil Mahuad publicó, en 2021, un libro titulado Así dolarizamos al Ecuador‘, en el que el expresidente de la  República y un grupo de colaboradores narran sobre cómo surgió la decisión.

“Cómo se gestó la dolarización, la audaz propuesta para salir de la profunda crisis de fines de siglo, contada por los protagonistas. Lectura imprescindible para entender al Ecuador de hoy”, señala el analista económico Walter Spurrier, al comentar el libro en el sitio web del exmandatario.

En ese espacio, Mahuad resalta que el anuncio de la dolarización (9 de enero del 2000) puso fin a la “larga crisis económica producida por la devaluación —que había llegado a una tasa de cambio de 28.000 sucres por dólar estadounidense—, fuga de capitales y brotes hiperinflacionarios”. Un día después, el 10 de enero del 2000, el Banco Central del Ecuador adoptó el dólar como la moneda ecuatoriana, dejando atrás el sucre.

El momento más alto de la crisis fue en marzo de 1999, según Mahuad. El expresidente dispuso en ese mes el congelamiento del 50% de los depósitos y de los créditos bancarios en el país.

Para comprender el impacto de la dolarización, LA HORA conversó con el economista Joselo Andrade, director ejecutivo del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP), quien es PhD (c) en Ciencias Sociales y Jurídicas por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, España. También es Máster en Economía de la Escuela Austriaca, egresado en Economía y Dirección de Empresas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL).

 ¿Qué ha significado la dolarización para Ecuador?

“La dolarización es la institución económica más sólida del Ecuador, la que le ha otorgado mayor transparencia y estabilidad. Es el único acierto en materia económica desde que Ecuador es República y ha significado esa estabilidad monetaria que los ecuatorianos necesitan para realizar sus operaciones y para llevar adelante su día a día”, destaca Andrade.

Sin embargo, puntualiza que se requiere hacer más. “A la dolarización, que está cumpliendo 25 años, hay que sumarle otras medidas para aprovecharla”. Se trata de una institución monetaria que otorga certezas y tranquilidad, añade.

La dolarización tiene detractores. Pero, según Andrade, son aquellos que “no entienden cómo funciona el sistema económico, son aquellos que quieren disparar el gasto público y emprender elefantes blancos dentro de nuestra sociedad, elefantes blancos que están totalmente alejados de nuestra realidad económica”.

 La dolarización y los políticos

La dolarización, a criterio del experto, impone límites al político de turno y a la política del despilfarro.

Ejemplifica un caso: “El ahora prófugo de la justicia, Rafael Correa, cuando se desplomó el precio del barril del petróleo entre el 2014 y 2015, mencionó que entramos en crisis y, adicional, que si tuviese él la posibilidad de tener política monetaria, es decir tener un Banco Central que imprima dinero sin límites, él lo hubiese estado haciendo. Aquellos enemigos de la disciplina fiscal, del gasto mesurado, son aquellos que ven a la dolarización precisamente como un límite a sus ensueños”.

La principal virtud de la dolarización es “la de contener a los políticos en cierta forma, puesto que dejan de contar con el financiamiento que es la emisión inorgánica de dinero, lo cual a su vez destruye la economía”, expone. La dolarización obliga a los Estados a “no echar mano de la emisión inorgánica de dinero para financiar sus aventuras”, reitera.

Como consecuencia, “la dolarización evitó que Ecuador se convierta en Venezuela”. Argumenta que Correa no pudo hacer lo que sí realizaron Hugo Chávez y Nicolás Maduro: “Imprimir dinero de forma indiscriminada, sin respaldo”.

La dolarización impone cierta disciplina para tener estabilidad de precios, estabilidad del poder adquisitivo, para mantener la inflación a raya, para permitir la planificación a largo plazo, para la transparencia de la economía, resume Andrade.

En ese sentido, dice que “es mejor que la política ecuatoriana se aleje de la política monetaria”. Analiza que, si Ecuador tuviera una moneda propia, los mismos resultados que se dan en la política serían trasladados al mundo del dinero y se desorganizaría monetariamente al país. Esto ocasionaría “un problema grandísimo de descoordinación económica que no conocemos en Ecuador, desde hace 25 años”.

La dolarización para el futuro

Actualmente, la dolarización goza de buena salud porque los ecuatorianos la han adoptado como suya, no necesita ser fortalecida sino aprovechada, destaca.

Sugiere emplear esa condición de certeza monetaria para “arreglar el asunto económico”. Hace un planteamiento para el siguiente mandatario: “Lo que necesita hacer aquel que llegue a Carondelet en el próximo periodo es hacer reformas que han quedado postergadas desde antes de la dolarización”.

Menciona, por ejemplo, reformas para:

  • La integración financiera que permita traer banca internacional a Ecuador.
  • Reforma al sistema de pensiones.
  • Reformar y abrir el mercado laboral.
  • Reforma comercial para incrementar negocios en el mundo.
  • Reforma que reoriente y priorice el gasto público.

“Si tomamos estas decisiones de manera responsable, no solamente aprovecharemos esa certeza sino que tendremos un Ecuador creciente, próspero, libre, con mayor seguridad y sin apagones”, indica el economista.

 Ecuador necesita mantener la dolarización

Andrade estima que la dolarización es necesaria, aunque Ecuador fuese un país responsable en lo económico y en lo político.

“Imaginemos por un instante que tenemos un Banco Central responsable, disciplina fiscal y un Gobierno responsable. Nada nos garantiza que el siguiente Gobierno no sea irresponsable, que nuestra política sea lo suficientemente madura para los próximos años”, señala al justificar la permanencia del dólar.

Además, considera un despropósito cambiar al dólar, “la mejor moneda en términos de credibilidad, reputación y medio de intercambio global”, por otra moneda. Eso aumentaría el gasto público de manera irresponsable, advierte. (KSQ)

¿Quieres recibir las noticias más importantes? ¡Suscríbete sin costo, recíbelas por WhatsApp! Da clic aquí.