La corrupción, la impunidad y el apoyo al totalitarismo son los fundamentos que separan a la Revolución Ciudadana y su líder Rafael Correa de la izquierda ecuatoriana. La unidad dentro de los movimientos izquierdistas debe abrir una tercera vía que combata al correísmo y el noboísmo.
Una convención de movimientos de izquierda, en los últimos días de julio de 2024, planteó la necesidad de avanzar en un proceso de unidad dentro de la izquierda ecuatoriana para competir en el 2025 con un candidato con posibilidades de victoria para las presidenciales.
El encuentro fue organizado por movimientos sociales y acudieron algunos partidos políticos, entre los que destacaron Pachakutik, la Revolución Ciudadana, Centro Democrático, Unidad Popular y organizaciones representativas como la Fenoc y la Conaie, entre otras.
A pesar de ser una convocatoria que buscaba “consensuar” o abrir el camino para alcanzar candidaturas únicas, ciertas organizaciones de la izquierda no fueron convocadas, al menos de manera oficial.
La ausencia, por ejemplo, de la Izquierda Democrática o del Frente Unitario de Trabajadores fue notoria, lo que muestra una tendencia aún más dividida de lo que se evidencia.
La convocatoria también recibió un duro golpe cuando la Dirección Nacional de Unidad Popular dejó claras sus condiciones para conversar: “Unidad con los de abajo, con el pueblo, con los que nunca hemos gobernado; con el correísmo, ni a la esquina”.
La consigna es tajante, pero además abre un debate importante para la dirigencia de Unidad Popular, donde afirman que , el correísmo no es un movimiento de la izquierda: “El correísmo es la derecha”.
Y van más allá al responsabilizarlos de los niveles de corrupción y de ser causantes de los grandes hechos de corrupción en el país en los últimos años.
El correísmo no es izquierda
Precisamente, algo en lo que parecen estar de acuerdo buena parte de las organizaciones políticas del Ecuador, es que el correísmo sigue siendo un partido signado por la corrupción y marcado por un pasado de abusos de carácter autoritario y totalitarista del que Ecuador se libró, pero que todavía afecta a la política nacional.
La presidenta de Izquierda Democrática (ID), Analía Ledesma, señaló a LA HORA que en ningún momento recibieron una invitación para asistir a la convención de movimientos de izquierda.
Explicó, además, que la organización siempre ha acogido los preceptos de la izquierda hacia el centro político y no los de la izquierda radical.
Comentó que la ID en estas elecciones pretende dar una opción de centro-izquierda al país. “Nosotros no somos de izquierda radical. Comulgamos con algunos preceptos, tenemos un ideario, promulgamos la justicia social con libertad, alejados de la izquierda radical y del neoliberalismo, que nos castiga a diario”.
Sobre la posibilidad de establecer un diálogo con el correísmo, Ledesma fue clara: “Nosotros no nos vamos a sentar con el correísmo radical a negociar en ninguna mesa de negociación. Ofrecemos una propuesta de centro izquierda, que es muy diferente”.
En este sentido, Nelson Erazo, presidente del Frente de Popular, destacó que, aunque cree en la necesidad de establecer la unidad entre los movimientos de izquierda, la dirección es convertirse en una tercera vía que combata la corrupción del correísmo y se oponga al mismo tiempo a los abusos del gobierno de Daniel Noboa.
Erazo explicó que vienen planteando la unidad, “para derrotar a la vieja derecha de los socialcristianos, a la vieja derecha del gobierno de (Daniel) Noboa y a la derecha corrupta de (Rafael) Correa”.
No olvidar el legado autoritario del correísmo
Durante su intervención en la denominada convención de las izquierdas, la presidenta de la Revolución Ciudadana, Luisa González destacó que para lograr la unidad era necesario dejar de mirar al pasado y hacer señalamientos. Acotó que estas eran las actitudes de “dinamitaban la unidad”.
Varios de los asistentes trataron de encaminar sus mensajes a olvidar el pasado de corrupción y ataques a los movimientos sociales que se generaron durante los 10 años de gobierno de Rafael Correa, situación que no pasó por debajo de la mesa.
Erazo dijo a LA HORA que “no nos pueden decir que el correísmo es un sector de izquierda cuando persiguió a los trabajadores, cuando encarceló a los luchadores sociales y populares, y tomó medidas que significaron golpear los derechos de la clase obrera”.
Indicó que la unidad debe ser concebida “entre los sectores que queremos el cambio”, rechazando los intentos de unidad con un “movimiento que está acusado ahora por haber mal utilizado los recursos del terremoto de Manabí”.
Por su parte, Analía Ledesma precisó algunas de las razones por las que la Izquierda Democrática no comulga con el correísmo: “Nosotros somos democráticos, no tenemos entre nuestros preceptos ideológicos responder a un solo caudillo. Nos mueve la justicia social y el bienestar para los más pobres”.
Agregó que las luchas sociales de la ID se realizan en democracia, “es decir, en una democracia se gana y se pierde, no podemos estar a favor de las dictaduras y del totalitarismo”.
Ledesma completó indicando que “lo que estamos viendo del Socialismo del Siglo XXI, lo hemos vivido, con tanta desesperación y corrupción”.
También manifestó el rechazo de la ID a la actual situación de Venezuela, régimen que está siendo apoyado por los representantes de la Revolución Ciudadana. “Siempre hemos estado a favor de la democracia. Lo que pasa en el pueblo de Venezuela es muy doloroso. Claramente hay un fraude abierto y la gente está sumida en el terror”. (ILS)
Reunión para buscar mejores escenarios electorales
El asambleísta del Movimiento Construye, Jorge Peñafiel destacó que las ausencias de importantes organizaciones como Izquierda Democrática y organizaciones sociales y ecológicas con pensamiento de izquierda es una muestra que la convención no buscaba realmente la unidad.
“Eso fue una reunión de organizaciones políticas que solamente quieren y buscan el mejor de los escenarios electorales y políticos, no es la representación fiel de lo que es su tendencia”, apuntó.
El asambleísta resaltó también que “el correísmo es la representación de la corrupción en el país. Ellos son la corrupción que ha gobernado este país por más de 10 años”.
Peñafiel fue tajante al señalar que la organización liderada por el expresidente y prófugo de la justicia ecuatoriana, Rafael Correa, no representa ninguna de las causas sociales que están asociadas a la izquierda en democracia.
El asambleísta dejó claro que la Revolución Ciudadana ha hecho público su apoyo a Wilman Terán, expresidente de la Judicatura acusado de corrupción, y también a Nicolás Maduro. “Esa es la representación que ellos quieren, el apoyo al totalitarismo, la toma del poder total y el absolutismo como medio para ejercer el poder”.