Las instituciones débiles y politizadas han sumido al Ecuador en el bajo crecimiento

CRISIS. Los apagones son solo una de las caras visibles del daño de las instituciones débiles y politizadas en Ecuador.
CRISIS. Los apagones son solo una de las caras visibles del daño de las instituciones débiles y politizadas en Ecuador.

Daron Acemoglu y James A. Robinson (recientemente premiados con el Nobel de Economía) sostienen que el éxito o fracaso de las naciones depende de la calidad y el tipo de sus instituciones.

En los últimos días, la Cámara de Comercio de Guayaquil y el Comité Empresarial Ecuatoriano han emitido comunicados en los que han rechazado “la utilización de instituciones del Estado para favorecer a actores políticos”. Incluso han hecho un llamado a que se respete el debido proceso y el estado de derecho.

En el libro ‘Por qué fracasan los países’ de Daron Acemoglu y James A. Robinson (recientemente premiados con el Nobel de Economía), se sostiene que el éxito o fracaso de las naciones no depende de su geografía, cultura, o recursos naturales, sino de la calidad y el tipo de sus instituciones.

En otras palabras, el bajo crecimiento, la alta informalidad y el escaso desarrollo de países como Ecuador tiene que ver con las instituciones débiles y politizadas.

Acemoglu y Robinson explican que la diferencia clave entre países prósperos y aquellos en crisis es la prevalencia de instituciones inclusivas o extractivas.

Las instituciones inclusivas son aquellas que promueven la participación amplia de la sociedad en actividades económicas y políticas, permitiendo a las personas tener oportunidades de desarrollo y progreso.

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 Acemoglu y Robinson argumentan que las instituciones inclusivas son clave para el crecimiento económico y el éxito de las naciones, ya que crean un sistema en el cual los individuos tienen incentivos para innovar, emprender y mejorar sus condiciones de vida.

Por el contrario, las instituciones extractivas son estructuras políticas y económicas que concentran el poder en manos de una élite, organización política de turno, entre otros, permitiendo que ese grupo extraiga la riqueza de la sociedad para su propio beneficio, en detrimento de la mayoría de la población.

Estas instituciones están diseñadas para beneficiar exclusivamente a una minoría y mantener el control de los recursos, sin brindar incentivos para la innovación, la competencia justa, o el crecimiento inclusivo.

Las instituciones débiles y extractivas matan la economía ecuatoriana

En un Ecuador con instituciones débiles, extractivas y politizadas, que en su mayoría  “bailan al son” del poder o los intereses de turno, el resultado visible es, de acuerdo con Carla Rodríguez, economista, una economía que lleva una década sin crecer, con más del 60% de la Población Económicamente Activa en el desempleo y la informalidad, y que ni siquiera puede proveer un servicio confiable de electricidad, entre otros.

Santiago José Gangotena, economista y miembro de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), hizo la siguiente definición de lo que pasa en la economía ecuatoriana:

El ecuatoriano promedio quiere trabajar, quiere producir y es muy creativo. El problema es que es muy caro. Los incentivos en el país se concentran en la redistribución de la riqueza y no en la producción y la inversión.  En el plano político, esa redistribución no implica quitar a los ricos para dar a otros. Realmente, lo que prima es quitarles a los grupos que no tienen cabildeo, que no tienen conexión política, y retribuir hacia los grupos que sí tienen conexiones políticas.

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En otros países también existen esos grupos de presión, pero a través del ADN nacional, es decir, la Constitución, se limita claramente hasta dónde va lo público y lo privado. En Ecuador, esos límites no existen y hasta dónde puede llegar el poder del Estado depende del Gobierno de turno. Nuestra Constitución es tan amplia y, al garantizar tantos derechos, se justifica la intromisión estatal en casi cualquier arista. El momento en que el Estado o el Gobierno puede entrar en cualquier arista de la vida de las personas, se configura el perfecto escenario para que los grupos de presión busquen favores de los políticos. La Constitución debe limitar el poder del Estado en favor de la libertad y el desarrollo del ciudadano.

En este contexto, de alguna manera, la Constitución de 2008 es la primera institución extractiva de Ecuador y frena la inversión, la innovación y el desarrollo, con el fin de dar más poder, y hasta enriquecer, a solo ciertos grupos, entre ellos los políticos. (JS)

¿Cómo las instituciones extractivas frenan el crecimiento?

Estancamiento o decrecimiento económico: En países con instituciones extractivas, el crecimiento económico suele ser bajo o estancado, ya que las oportunidades de desarrollo se concentran en manos de unos pocos. Al no permitirse la participación amplia, la productividad se ve restringida.

Además, el estancamiento económico se alimenta cuando las élites, en lugar de innovar, se enfocan en extraer y explotar los recursos del país sin invertir en sectores productivos o en infraestructura que beneficie a todos.

Fuga de capitales y Reducción de Inversiones a Largo Plazo: Sin estabilidad y seguridad jurídica, las inversiones a largo plazo son poco frecuentes. Los empresarios y emprendedores evitan invertir grandes sumas en un entorno donde no se protegen sus derechos y donde los riesgos son altos.

En estos casos, las inversiones tienden a ser especulativas y cortoplacistas, limitando la acumulación de capital y la creación de empleos estables.

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Baja Productividad e Innovación: Las instituciones extractivas limitan el crecimiento de la productividad al restringir la competencia, ya que suelen favorecer a empresas relacionadas con la élite, el Gobierno o algún grupo de presión.

Este entorno inhibe la innovación, ya que no existen incentivos para que las empresas busquen formas más eficientes de producir. La innovación es esencial para el crecimiento económico sostenible y, sin ella, los países quedan rezagados en la economía global.

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