No solo empresarios, sino ciudadanos comunes buscan cómo asegurar su vida y patrimonio. La seguridad cada vez es más importante en el presupuesto familiar y empresarial.
Con números crecientes de criminalidad y delincuencia, la seguridad se vuelve cada vez más una prioridad social y económica para los ecuatorianos.
En este contexto, se ha disparado la demanda por servicios que brinden más seguridad tanto a la vida como al patrimonio.
Una de las actividades en la cual se ve con más claridad este fenómeno es el blindaje de vehículos. Así, en Quito y en la zona Centro de Ecuador, en 2022 aumentó la contratación de este tipo de servicios en más del 10%; y, con un poco más de tres meses y medio de 2023, el incremento ya llega al 40%.
Por su parte, en Guayaquil y toda la Costa ecuatoriana, donde está el epicentro de las muertes violentas, el narcotráfico y la delincuencia, el blindaje de vehículos se disparó un 300% desde 2021.
Hernán (nombre protegido), mediano empresario quiteño, explicó que ha sufrido robo y un intento de secuestro, por lo que se ha visto en la necesidad de invertir en seguridad.
“Lo considero una inversión y no un gasto, porque no solo está en juego el patrimonio que tanto esfuerzo ha costado construir; sino también la vida”, dijo.
Niveles de protección
Fabio Duarte, gerente de Cars Defense, puntualizó que cada vez se acercan clientes de todas las procedencias a buscar el blindaje de su vehículo.
“Vienen clientes de todos los estratos. Hay los que llamamos comunes que buscan el servicio anti vandalismo o anti atraco. Pero luego hay empresarios, empresa privada y empresas de seguridad que buscan un blindaje mayor, porque están expuestos a un nivel de riesgo más alto”, afirmó.
En los servicios anti atraco, por ejemplo, se protege para la conocida como delincuencia común, a través de cosas como un vidrio de 9 milímetros de espesor con resistencia para golpes y hasta tres impactos de bala de pistolas o revólveres de corto alcance.
Este tipo de protecciones son las más demandadas en ciudades como Quito; pero Andrés Domínguez, empresario en el sector de la seguridad, recalcó que un mayor blindaje contra armas de alto alcance como fusiles es más demandado en la Costa ecuatoriana.
Servicio personalizado
El blindaje de vehículos se hace, en una primera fase, con un asesoramiento personalizado. Luego, se mandan a fabricar los materiales, que en su mayoría son importados. En el caso de Cars Defense, por ejemplo, los vidrios especiales vienen desde Colombia.
“No es lo mismo un empresario en Quito, que se moviliza principalmente en la zona centro, a otro que tenga que viajar constantemente hacia Santo Domingo o hacia la Costa”, aseguró Duarte.
La asesoría personalizada incluye un estudio de seguridad, en el que se busca responder preguntas como ¿En qué sectores se moviliza? ¿Cuál es su nivel de riesgo?
En promedio, un blindaje total puede demorar alrededor de 2 semanas.
En el caso de los empresarios, se valora mucho que se mantenga la originalidad del vehículo. Esto con el objetivo de que los delincuentes no se den cuenta que está blindado.
Sin embargo, en el caso de entidades estatales, los vehículos se refuerzan de manera visible para que se sepa que están blindados.
Un blindaje anti atraco puede costar, en promedio $3.500; pero un blindaje contra armas de alto alcance puede estar en el rango de $55.000 a $90.000.
También existen opciones por debajo de los $3.500, que en muchos casos involucran viajar a que se haga el trabajo en países vecinos como Colombia.
Al costo inicial se debe sumar que, según estándares de calidad, se debería hacer un mantenimiento del blindaje por lo menos cada seis meses. Esto potencia la vida útil. (JS)
Todo el sector económico vinculado a la seguridad generó, en promedio, entre $3,5 millones y $4 millones de impuestos directos al mes durante 2022.
Para lo que resta de 2023, se proyecta que la demanda por servicios de blindaje de vehículos aumentará entre un 20% y 30% adicional de lo ya registrado.