Las inversiones petroleras están paralizadas por la inestabilidad política y el bloqueo social de comunidades

CRUDO. El Gobierno de Guillermo Lasso pasó de las expectativas a la preocupación en el sector petrolero.
CRUDO. El Gobierno de Guillermo Lasso pasó de las expectativas a la preocupación en el sector petrolero.

El Ministro de Energía ha reconocido que los inversionistas están reacios a venir al país porque no se ven certezas. Las licitaciones fracasan y la producción está lejos de lo presupuestado.

La inestabilidad política está cobrando un alto precio a Ecuador. Las inversiones en el sector petrolero, que representan miles de millones de dólares, se han quedado en los papeles y los escritorios de los funcionarios.

No existen certezas sobre la continuidad del Gobierno y, como sucedió hace 15 días, se declaran desiertos, uno tras otro, los procesos de licitación.

El ministro de Energía y Minas, Fernando Santos Alvite, ha reconocido que no se puede planificar a mediano y largo plazo.

“Los inversionistas se preocupan si ven una militancia que ya rebasa la legalidad y consideran que esto se va a volver cotidiano. El daño no es solo económico, sino también al prestigio del país”, dijo

Así, a los intentos de desestabilización, se suma la conflictividad social en varios bloques petroleros.

“Nadie quiere venir en estas circunstancias. Nos dicen. Un momentito. Lo que nosotros queremos es trabajar y no ser blanco de inestabilidad, violencia y ataques”, aseguró el Ministro.

El resultado final es que están en fila licitaciones como las del campo amistad (gas), campo Sacha y otros 22 campos petroleros sin producción, aprovechamiento de gas asociado, entre otros.

Rolando Merino, ingeniero petrolero y exfuncionario de Petroecuador, comentó que se percibe un ambiente de estancamiento, casi de inmovilidad. “Los procesos se vuelven a cero por cualquier tema o pretexto y la gran apuesta del Gobierno de (Guillermo) Lasso, con relación a duplicar la producción petrolera, cada vez se ve más lejana”, puntualizó.

Meta incumplida

El ministro Santos Alvite aceptó que no se podrá cumplir con el presupuesto de 520.000 barriles diarios. Actualmente, la producción llega a los 460.000 barriles al día; pero en el mejor de los casos, “creo que nos vamos a quedar en los 490.000 barriles”.

Aunque, de los cuatro bloques paralizados por conflictos con comunidades indígenas, ya se ha recuperado el control de dos (43 y 61); y se mantienen conversaciones los bloque 12 y 16, el daño ya está hecho.

Se dejaron de producir alrededor de 2 millones de barriles. Esto significó que, durante el inicio de 2023,  dejaron de ingresar alrededor de $128 millones al presupuesto estatal.

“Esto se podrá recuperar en algún momento, pero para el flujo de caja es una cantidad inmensa”, añadió Santos Alvite.

La preocupación ha llegado incluso al Fondo Monetario Internacional (FMI). En la última reunión de ese organismo multilateral con Santos Alvite, la principal pregunta fue si el actual nivel de conflictividad e inestabilidad será la norma de ahora en adelante.

En campos como Sacha, se requiere entre $2.000 millones y $3.000 millones de inversión privada para incrementar la producción

Sin embargo, el Ministro dijo que “no se están creando las condiciones para atraer las inversiones que tanto necesita el país”.

Más inconvenientes

En medio de un escenario ya complejo, la desilusión del campo Ishpingo, dentro del ITT, complica aún más la situación.

Cuando iniciaron las operaciones en ese campo, durante el 13 de abril de 2022, las expectativas eran altas. En teoría, en Ishpingo se calculaba el doble reservas que en los otros dos campos del ITT (Tiputini y Tambococha)

En la realidad, de acuerdo con Merino, al perforar gran parte de los pozos se ha encontrado una especie de brea, con la consistencia de una melcocha, y no el crudo que se esperaba.

Incluso en los pozos donde sí se ha encontrado el petróleo para explotar, la proporción de agua es creciente y reduce la producción efectiva.

Se necesitan miles de millones de dólares de inversión para superar estas condiciones adversas y sacar crudo para exportar; pero a los problemas para atraer capitales extranjeros por la inestabilidad y conflictividad, se suman los límites establecidos en la ley.

El Ministro de Energía también ha reconocido las malas condiciones de explotación en el Ishpingo; pero ha dicho que solo empresas norteamericanas y canadienses tienen  la tecnología para destrabar la situación.

El problema es que, hace alrededor de 10 años, la Asamblea estableció que solo Petroecuador puede operar en el ITT.

Por otro lado, el fracaso de las licitaciones para aprovechar el gas asociado de los mecheros de los campos petroleros ha provocado que, con el fin de evitarse problemas legales con las comunidades, se hayan apagado 110 pozos.

Ese apagado, que busca cumplir con una sentencia, ha significado una pérdida de producción de crudo mientras se espera revivir las licitaciones fallidas.

Así, la única buena noticia en el sector petrolero es que el pasado 3 de abril de 2023, como consecuencia de un recorte de oferta anunciado por la OPEP, el precio del WTI, que es el crudo de referencia para Ecuador, se disparó por sobre los $80 por barril.

El Gobierno espera que esos altos precios se mantengan y, como sucedió en 2022, compensen e incluso escondan los malos resultados en la producción. (JS)

El Banco Central, dentro de su última estimación sobre la economía para 2023, ya anticipa una caída de al menos un 10% en la producción y exportación de petróleo.
Dentro de las expectativas, el Gobierno esperaba concretar $11.000 millones en inversiones durante 2023. De ese total, $6.000 corresponden al problemático sector de petróleo y gas.