Piden al gobernador de Florida analizar el caso de Nelson Serrano

Nelson Serrano
Nelson Serrano es el único ecuatoriano sentenciado con pena de muerte en el mundo. (Foto: EFE)

El ecuatoriano se juega una de sus últimas cartas para salvarse de la pena de muerte, a la que fue condenado en Estados Unidos por un cuádruple asesinato, del que siempre se ha declarado inocente.

MIAMI.- La familia y defensa del ecuatoriano Nelson Serrano, quien a sus 83 años es el hombre más viejo en el corredor de la muerte de Florida (EE.UU.), defendieron este 18 de febrero de 2022, en un acto en Miami, su inocencia y pidieron al gobernador del estado, Ron DeSantis, que «investigue» el caso y conozca las numerosas violaciones de derechos humanos que se cometieron.

En el acto en favor de Serrano, condenado a muerte por un cuádruple asesinato en Bartow (Florida) en 1997, del que siempre se ha declarado inocente, participó Greg Eisenmenger, abogado del ecuatoriano, quien recordó que fue sentenciado a la pena capital sin unanimidad del jurado (9-3) y que «hay pruebas convincentes de su inocencia».

Censuró Eisenmenger los «retrasos graves» que se vienen produciendo en la Justicia en Florida para proceder con la revisión de sentencia de Serrano (para cadena perpetua o confirmación de la pena de muerte por unanimidad), que debería haber tenido lugar en 2017.

¿Cómo llegó Serrano a esto?

Francisco Serrano, hijo del octogenario preso en el corredor de la muerte del penal de Raiford, en Florida, resumió la sucesión cronológica de los hechos que condujeron a la condena de su padre y se refirió a las «pruebas determinantes que le exoneran» de los asesinatos, agregando que el Estado las «ha ocultado», además de la «evidencia de ADN y el testimonio de testigos oculares».

Fotografía familiar donde aparece el ecuatoriano Nelson Serrano junto a su esposa y tres hijos. (Foto: EFE)

Recordó, en el acto celebrado en la Universidad Internacional de Florida (FIU), que su padre está prácticamente sordo, con graves problemas de visión y cardíacos, quien no recibe en la prisión la atención médica que necesita «porque no se la proveen».

Los conocidos como «crímenes de Bartow», ciudad floridana donde se produjeron, tuvieron lugar en 1997, en una empresa de la que Serrano era socio, por los que fue condenado en 2006 a cuatro penas de muerte, pese a que Serrano se encontraba en Atlanta en el día que se produjeron.

En una comparecencia virtual desde Ecuador, el procurador general del país, Iñigo Salvador, calificó a Serrano de «víctima de una especie de secuestro por las autoridades estadounidenses en territorio ecuatoriano» y expresó su «íntima convicción» de que su compatriota «tiene derecho a un juicio justo».

Llevado ilegalmente desde Ecuador

Nelson Serrano «tiene derecho a un juicio justo a la luz de las evidencias del proceso en el que se le condenó a muerte», afirmó Salvador, quien añadió que el Estado ecuatoriano «decidió asumir las responsabilidades» derivadas de la «ilegalidad de su proceso de deportación» a Estados Unidos.

Tres años después de los asesinatos, Serrano, que fue investigado como sospechoso, pero nunca fue incriminado, se jubiló y regresó a Quito libre de cargo alguno.

Pero en 2002, dos agentes estadounidenses sobornaron, según dijo el hijo de Serrano a EFE, a policías ecuatorianos para llevárselo a Estados Unidos «sin conocimiento de las autoridades y a escondidas».

«Fue secuestrado, en violación de los derechos humanos y sin el debido proceso», dijo.

El procurador general del Estado ecuatoriano insistió en que Serrano «no podía haber sido sacado así», que «debe ser devuelto a su país de origen» y que «no se respetaron» los tratados de extradición por parte de Estados Unidos.

Roberto Serrano, de 57 años, pidió al gobernador DeSantis una «audiencia para ponerle al tanto de lo que ha pasado» con su padre, «del secuestro y violaciones de sus derechos».

«Queremos que (DeSantis) lance una investigación detallada y rápida» sobre el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre Florida, «por violación de los derechos» de mi padre, dijo a Efe.

El acto tuvo como uno de los objetivos que el gobernador republicano Ron DeSantis inste a la justicia a despachar sin más dilación los recursos para revisar la sentencia y que la corte fije una fecha para la audiencia.

Muriendo en prisión

La imagen de Serrano es la de una salud minada en prisión. Prácticamente sordo, con graves problemas de visión y cardíacos.

Hace poco más de una semana murió su mujer, María del Carmen Pólit, en un hospital de Florida, víctima de un cáncer muy agresivo de lengua. No le permitieron visitarla. Tampoco pudo despedirse de ella por teléfono. En la prisión de Raiford (Florida) le dijeron que no disponían en ese momento de teléfonos especiales para sordos.

A la derrota física se suma el correr del reloj hacia su sentencia: la ejecución con inyección letal. Quizá sea peor para Serrano esta lenta muerte en vida, aislado, sin apenas contacto humano, en el corredor de la muerte. EFE