Cáceres estranguló a María Belén Bernal bajo los efectos del alcohol ¿podría reducir su sentencia?

PROCESO. Tras su confesión, Germán Cáceres deberá esperar una audiencia preparatoria de juicio, tras el cierre de la instrucción fiscal.
PROCESO. Tras su confesión, Germán Cáceres deberá esperar una audiencia preparatoria de juicio, tras el cierre de la instrucción fiscal.

Germán Cáceres confesó que golpeó y estranguló a María Belén Bernal. La ley determina qué pasa cuando se asesina bajo los efectos del alcohol.

Desde la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, Germán Cáceres contó lo ocurrido la madrugada del 11 de septiembre de 2022 dentro de la Escuela de Policía Nacional, en Pusuquí, en el norte de Quito.

El exteniente de la Policía confesó que tras una acalorada discusión con su esposa, María Belén Bernal, él la golpeó y después la asfixió, haciéndole una llave de artes marciales. Tal como reveló la autopsia, el 22 de septiembre de 2022, un día después de que el cadáver de la abogada quiteña fue encontrado.

Por las versiones previamente recogidas, se conoce  que Germán Cáceres, femicida confeso, estaba en estado etílico cuando Bernal llegó a la madrugada a la Escuela de Policía. Según se detalló durante la audiencia de formulación de cargos de Joselyn S., una de las investigadas en el caso, ese día– el exteniente acudió a una fiesta, dentro del departamento de una cadete. Cuando llegó a hacer su turno, se cayó de su motocicleta debido a su estado de ebriedad.

Además, en su habitación – donde fue asesinada Bernal– se hallaron envases de cerveza y de una marca de licor destilado de 20 grados de alcohol.

A esto, Cáceres agregó que dejó por varias horas el cuerpo en su habitación y que luego – sin ayuda alguna– subió el cadáver a su vehículo y lo enterró en el cerro Casitagua.

Pero, el hecho de que el asesino de Bernal haya estado bajo los efectos del alcohol ¿disminuye o agrava la sentencia?

 Alcohol y justicia

María José Ordóñez, abogada, señala que el estar en estado de ebriedad no exime de responsabilidad a un ciudadano que ha cometido un delito. Aunque tampoco constituye un agravante, excepto en delitos de tránsito.

Así lo establece el artículo 37 del Código Integral Penal (COIP) una responsabilidad en embriaguez o intoxicación, salvo en los delitos de tránsito, “la persona que al momento de cometer la infracción se encuentre bajo los efectos del alcohol o de sustancias estupefacientes, psicotrópicas o preparados que las contengan, será sancionada conforme con las siguientes reglas”:

  1. Si deriva de caso fortuito y priva del conocimiento al autor en el momento en que comete el acto, no hay responsabilidad.
  2. Si deriva de caso fortuito y no es completa, pero disminuye considerablemente el conocimiento, hay responsabilidad atenuada imponiendo el mínimo de la pena prevista en el tipo penal, reducida en un tercio.
  3. Si no deriva de caso fortuito, ni excluye, ni atenúa, ni agrava la responsabilidad.
  4. Si es premeditada con el fin de cometer la infracción o de preparar una disculpa, siempre es agravante

Ordóñez detalla que esto no se aplica únicamente al alcohol. “Perú y Ecuador son destinos atractivos para extranjeros especialmente, para hacer ceremonias espirituales con Ayahuasca. En Perú se han dado casos de gente que asesina a otros, bajo el efecto alucinógeno. Esto, para nada, se convierte, ni siquiera, en un atenuante”.

Es decir que ni siquiera se podría alegar una reducción de pena, por estar bajo efectos de algún tipo de sustancia.

El alcohol y la violencia

Lo de Cáceres no es un hecho apartado. Menos dentro de un país donde el consumo de alcohol inicia a los 10 años.

En octubre de 2022, Anderson C., de 18 años, murió apuñalado en medio de una riña en una fiesta, en el sur de Quito. Los vecinos dijeron que el agresor estaba bajo los efectos del alcohol.

Este caso y el de Cáceres abrió un debate que despuntó tras las declaraciones del cantante Fausto Miño, que causó polémica con un video en el que cuestionaba si Cáceres, esposo de Bernal, la habría asesinado mientras estaba sobrio. “Seguramente no, pero nunca lo sabremos”, dijo el artista, quien acompañó un mensaje en el que decía que el alcohol vuelve violenta a la gente.

Pero, ¿qué tan cierta es su premisa?

Dayana Villacís, psicóloga, explica que cuando una persona consume alcohol, sí hay un impacto en su sistema nervioso. “Principalmente ocasiona desinhibición de la conducta”, detalla.

Sin embargo, “es irresponsable atribuir la violencia al consumo de una sustancia. Una persona violenta lo es con o sin alcohol. Lo que puede hacer el consumo de licor es eliminar cualquier control sobre los impulsos, y tener mayor dificultad para controlarlos. También que las agresiones sean más cruentas”.

Villacís recuerda que durante la pandemia había quienes aseguraban que la violencia intrafamiliar había disminuído a causa de la falta del acceso a bebidas alcohólicas. “La verdad es que el confinamiento impidió que las mujeres puedan denunciar estos hechos”, detalla.

Consumo temprano

Villacís indica que hay una cultura del consumo del alcohol. “Para la sociedad es normal que los jóvenes tomen licor, como si esta no fuera una droga, nada más que es lícita. No se miden los riesgos del consumo temprano”.

En Ecuador, la gente empieza la ingesta de alcohol a los 10 años, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut).

Según estos datos, la mayoría de los consumidores – en edades tempranas–, está en la Sierra ecuatoriana, seguida de la Amazonía y en tercer lugar la Costa. (AVV)