Gerente de Petroecuador advierte que en tres o cuatro días podría paralizarse totalmente la producción de crudo

El personal de la petrolera estatal ha tenido que trabajar doble turno en medio de la crisis

En los últimos dos días, el número de pozos cerrados por las acciones violentas de los manifestantes pasaron de 237 a 500. Petroecuador ya está dejando de producir 150.000 barriles diarios (40% de su capacidad normal) y las reservas en los tanques de Lago Agrio están en niveles mínimos.

Hace apenas dos días, durante el pasado 10 de junio de 2022, el gerente de Petroecuador, Ítalo Cedeño,  anunciaba que la pérdida acumulada llegaba a 64.000 barriles de crudo desde el inicio del paro. Es decir, la petrolera estatal había dejado de producir esa cantidad a la que se sumaban 14.000 barriles de los campos en manos privadas.

Sin embargo, este 22 de junio de 2022, Cedeño actualizó al situación del sector y aseguró que la pérdida acumulada, solo de Petroecuador, ya está en los 300.000 barriles. Además, la pérdida diaria se ha disparado a 150.000 barriles diarios, lo que representa una caída de casi el 40% con respecto a los niveles anteriores al estallido de las protestas.

«El día de hoy nosotros hemos perdido una producción total de 300.000 barriles y una producción diaria de 150.000 barriles. Esto en realidad va a tener consecuencias porque si no producimos, tampoco transportamos en el oleoducto y tampoco recibimos en Esmeraldas para la refinería y la exportación. Por eso declaramos la fuerza mayor, y en algún momento tendremos que parar las exportaciones para que el poco petróleo que existe se destine al consumo interno», dijo.

Las reservas de crudo ya extraído se agotan

Según el gerente de la petrolera estatal, las reservas de crudo en los tanques de origen en Lago Agrio están en su nivel mínimo. El Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) ha tenido que parar el bombeo porque ya no tiene crudo que bombear.

En el caso de Esmeraldas, todavía se tienen tanques en condición de operatividad para poder destinar el petróleo a la carga en las refinerías:  110.000 barriles diarios para la refinería de Esmeraldas, 50.000 en  Libertad y 30.000 en Shushufindi. Pero ese abastecimiento cada vez alcanza para menos y una paralización completa de la producción es inminente.

«Pero esto se va a agotar. Se ha arreglados los problemas con los oleoductos secundarios; pero en los campos no existe suficiente diésel para las operaciones y el personal después de 10 días de emergencia está completamente agotado y ha tenido que doblar turnos. Esto va a traer consecuencias. Ojalá que el diálogo fructifique en los próximos días porque de otra manera en tres a cuatro días estamos fuera. Las consecuencias son desastrosas. Un país sin energía se paraliza completamente», recalcó Cedeño.

Hace dos días, se hablaba de 237 pozos cerrados en los campos de Petroecuador; pero ahora ya se registran al menos 500. Las pérdidas económicas directas suman más de $30 millones; pero las indirectas, incluso si el paro termina mañana, serán mucho mayores.

Cedeño volvió a reconocer que las Fuerzas Armadas están dando todo su apoyo, dentro de sus posibilidades, pero es como un juego de «el gato y el ratón». Cuando se arregla un foco de conflicto en una zona, se prende el sabotaje en otra.

«El 90% de las personas que trabajan en Petroecuador en la parte oriental son gente de las comunidades. Nosotros preferimos dar trabajo a quienes viven en la zona. Esa gente nos defiende. Pero frente a estas hordas delincuenciales es difícil proteger una instalación», afirmó el gerente de la estatal petrolera. durante una entrevista con Petroenergía.  (JS)