Según el FMI, el 30% de la población gana $1.000 o más, pero el Gobierno asegura que el porcentaje solo llega al 4%.
Luego del terremoto de abril de 2016, la contribución solidaria para personas y empresas logró recaudar alrededor de $350 millones. De acuerdo con Javier Bustos, abogado tributario, ese monto sería la meta que se podría alcanzar con el nuevo impuesto especial para quienes más tienes, que está analizando el Gobierno de Guillermo Lasso.
El Primer Mandatario ha dicho en varias ocasiones que es momento de que los que más tienen ayuden a recuperar los gastos adicionales en los que tuvo que incurrir el Estado para enfrentar la pandemia.
Esos gastos superan los $500 millones en vacunas y $900 más en atenciones de salud, por lo que una contribución de los que más ganan no alcanzaría esa cifra.
En primer lugar, las cifras de distribución de ingresos en la sociedad, presentadas por el ministro de Economía, Simón Cueva, se contraponen con las que publicó el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) en diciembre de 2020.
Durante una rueda de prensa, el 8 de septiembre 2021, Cueva aseguró que solo el 4% de la población gana más de $1.000; y que sobre ese segmento se establecería el impuesto especial para afrontar la crisis.
Sin embargo, el FMI ha determinado que el 30% de las personas gana más de 1.000; es decir, supera la base mínima para el pago del impuesto a la renta. Así, el porcentaje dado por el Ministro se queda muy corto.
De acuerdo con Bustos, la mayoría dentro de ese 30% ha venido pagando todos los años sus impuestos; y una nueva contribución sería un golpe. El mensaje intrínseco es: que sigan pagando los mismos.
«El problema es que antes de establecer una contribución especial, se debe analizar bien qué sectores de altos ingresos está evadiendo y utilizan argucias legales para pagar lo menos posible. Caso contrario, la recaudación será más baja de lo que se necesita y se seguirán generando desigualdades», acotó.
Ese análisis va en la línea de lo que ha dicho el presidente Lasso sobre que » vamos a hacerles pagar impuestos a miles de empresarios que hoy pagan cero». Pero para lograr ese objetivo, se necesita inversión en personal y tecnología en el Servicio de Rentas Internas (SRI).
Los resultados solo se verán en el mediano plazo, por lo que implementar una contribución de manera inmediata sería poco eficiente.
Bustos puntualizó que la evasión, que genera pérdidas de ingresos para el Estado de más de $7.000 millones al año, está detrás de la poca recaudación de impuestos como el de las herencias. La eliminación de ese tributo ha sido anunciada por Lasso.
¿Es una mejor vía un impuesto al incremento patrimonial?
De acuerdo con el abogado tributario Napoleón Santamaría, se debe buscar consenso social para implementar un impuesto al incremento patrimonial; es decir, a los aumentos efectivos en la riqueza de los segmentos más altos durante el último año y medio.
La meta es que los que más han ganado durante la crisis contribuyan -en proporción a sus bienes-, pero sin repetir los excesos y equivocaciones del pasado. Esta opción es diferente a crear una contribución especial solo tomando en cuenta el nivel de ingresos.
Los impuestos mal diseñados, como el de la plusvalía, generaron recaudaciones de $480 millones durante la década correísta, pero con un buen sistema se podría conseguir ingresos adicionales de entre $800 y $1.000 millones, asegura.
“Con una explicación razonable y parámetros justos, todos apoyarían una reforma; incluso los que ahora pagan poco o nada. Los empresarios deben pensar que si los niveles de pobreza y extrema pobreza llegan al 50% de la población, ese no es un buen ambiente de negocios”, acota Santamaría.
Pero para esto, también se necesita establecer dónde se evade más para evitar distorsiones. (JS)
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