Historias de emergencias contadas por mujeres

Erika Dionisio forma parte del Cuerpo de Bomberos de la capital.
Erika Dionisio forma parte del Cuerpo de Bomberos de la capital.

El 8 de marzo se constituye en la oportunidad perfecta para que mujeres cuenten sus experiencias en la atención de emergencias.

Los relatos de estas mujeres, que forman parte de las entidades articuladas de la línea de emergencia ECU 911 son contados previo a la conmemoración por el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo).

Con sus relatos, estas mujeres permiten entender la dinámica que se genera en torno a la labor de salvar vidas.

Experiencias de vida

En Ecuador, al 9-1-1 se reportan aproximadamente 10.000 incidentes cada día. Parte de estas narraciones que se desarrollarán a continuación incluyen el terremoto de 2016, incidentes violentos, temas de salud, labores de parto, percances viales, casos de niños… entre miles que se construyen las 24 horas del día. Estas llamadas tienen un denominador común: “son casos que tocan el alma y el corazón; no se puede ser inmune al dolor de la gente”, según una de las entrevistadas.

Gabriela Villavicencio es evaluadora de llamadas del ECU 911 y señala que “una señora le indicó que había tres menores de edad que estaban solos en la casa. La madre por lo general salía, los dejaba ahí y ellos lloraban mucho.

– La señora señaló que ‘no sabía qué hacer ni cómo ayudarlos’.
– Le dije que los niños tal vez tenían hambre. Que les podría ayudar con comida.
– Luego me puso al teléfono y yo ¡escuché todo! Cuando ya llegó la unidad que coordinamos esto me estremeció”. “Es muy gratificante mi trabajo”, agrega la operadora.

“Después de colgar la llamada entonces podemos decir bueno, ya pasó, ya estamos bien”, indica Villavicencio.

Terremoto de 2016

Erika Dionisio forma parte del Cuerpo de Bomberos de la capital; ella cuenta una anécdota con mucho orgullo, que seguramente servirá como inspiración para las niñas que un día quieran ser bomberas.

“Fue en el sismo del 16 de abril de 2016. Ingresó una llamada desde la zona del terremoto porque las comunicaciones se enlazaron con Quito. Había ocho personas atrapadas dentro de una fábrica; algunas ya estaban inconscientes y teníamos que mantener en la línea al único ciudadano que estaba despierto (él tenía mucho sueño y estaba exhausto) para que pudiera entregar la información a los rescatistas”.

Estos fueron momentos desesperantes, sin duda, por la magnitud de la emergencia telúrica. “Los rescatistas llegaron y lograron salvar a las ocho personas. Ese día sí nos marcó a todos, ver en las noticias que esas ocho personas fueron salvadas, nos llenó de alegría”, indica Erika.

Parte de una persecución

La sargento segundo Daysi Endara es policía. “Saber que puedo ayudar, apoyar a otra persona me llena de orgullo y felicidad”, señala convencida de su vocación de servicio.

La anécdota que más recuerda es algo trágica y sucedió hace ya varios años. “Se registró una muerte violenta en la av. Naciones Unidas. Quien llamó al 9-1-1 fue mi compañero que estaba persiguiendo al causante y me indicaba las calles, las características del sospechoso que pretendía huir. Con el apoyo de otras unidades policiales se pudo interceptar y aprehender al ciudadano”.

“Atender este tipo de alertas te llena de energía y de adrenalina porque parece que yo estuviera en la persecución”, expresó Endara.

Daysi Endara es policía

Emergencias de salud

Gabriela Villagrán pertenece al Ministerio de Salud. Parte de sus actividades incluye la atención de labores de parto, que en sus palabras ha sido “una de las mejores experiencias profesionales”.

“El hecho de estar presente en un momento tan maravilloso es lo máximo. A veces necesitamos intervenir de forma inmediata y hemos tenido varios casos”.

Ella recuerda una de estas alertas vinculadas con mujeres en estado de gestación. “Una paciente embarazada comenzó a convulsionar. Llegó la ambulancia y fue trasladada a una casa de salud. Sabemos que la evolución fue buena y eso nos da mucha alegría y nos incentiva para seguir trabajando”, finalizó Villagrán. En esta ocasión se salvaron a la madre y al bebé.

Primeros auxilios

Jenny Jácome trabaja en la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) e indica que mientras salía de su turno y esperaba el bus presenció un accidente de tránsito: el atropellamiento de un niño. “Realicé el procedimiento porque como agentes de tránsito estamos preparados para la oficina y el territorio y fue interesante atender este caso porque el niño no sufrió heridas de gravedad y la señora (que estaba nerviosa y no tuvo la culpa porque el pequeño se cruzó la calle sin ver) no fue arrestada”.

Estas mujeres coinciden el algo: ayudar a salvar vidas es muy gratificante, cada emergencia es diferente, pero siempre hacen lo mejor para ayudar a la ciudadanía.(AVV)

DATO

A escala nacional, en las diferentes áreas del ECU 911 laboran 632 mujeres.

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