El cinismo de los antipolíticos en la campaña electoral quiteña

Las elecciones son el próximo 5 de febrero.

Pese a que son políticos que buscan un cargo político, se hacen pasar por simples ciudadanos. El objetivo va en contra de la propia ciudad. ¿Por qué?

El populismo quiteño en la campaña política se nota a gran distancia. Una de las evidencias es emplear el truco, viejo por cierto, de la antipolítica.

Los candidatos apelan a una cercanía falsa al presentarse como simples ciudadanos, como si de la calle pasaron a los videos en redes sociales y entrevistas en medios de comunicación. Y, luego, el que salga favorecido con el voto, a la Alcaldía.

Para ellos no hay Concejo Metropolitano, ni Fiscalía, ni pasado en la gestión en el Municipio de Quito. Aprovechan de la crisis de todo el sistema político en Quito y Ecuador para venderse como lejanos a la política cuando en realidad lo hacen parte de ella. Son políticos que buscan un cargo político.

De hecho, en lugar de esforzarse por recuperar la buena política, la ensucian al proyectarse como líderes que son del ‘pueblo’ para hacer lo que deban hacer en el cargo, cuando deben decidir. Así, asegura César Ulloa, en su libro El populismo en escena, nace la discrecionalidad. Es decir, hacer lo que se deba hacer en nombre del pueblo, incluso, actos de corrupción. Ya lo hemos vivido.

El correísmo utilizó como plataforma a los Forajidos. Entonces, llegó el cambio de lo anterior por algo supuestamente del ‘pueblo’ y provocó un caos político, y penal, que todavía no tiene arreglo total.

La necesidad de un caudillo ante la difícil situación diaria puede cautivar a los electores, sin embargo, los resultados nunca suelen ser los esperados.

El cinismo llega al punto de que, pese a que empezaron la campaña hace un año, ahora se quejan de que es infame esa práctica, claro siempre que sea de los otros. O, que hay que rechazar a la tradicional política quiteña, que ha lastimado la ciudad, cuando ellos han sido postulados por partidos históricos.

Ese ya es un adelanto de lo que puede venir en la Alcaldía de Quito: engaños y constantes justificaciones de promesas incumplidas. 

La desconexión con los votantes, apelando solamente a los sentimientos de rechazo a la mala política, puede ser la explicación de ese 37% de indecisión a un mes de las votaciones, el 5 de febrero próximo. (JC)

 

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