Mensualmente hay un hueco de $400 millones, entre gastos e ingresos. Si no se reduce el déficit, el país tendrá que seguir endeudándose.
Con el fin de reducir el déficit fiscal (más gastos que ingresos) y llegar a un superávit al final de periodo de Gobierno, Guillermo Lasso tendrá que hacer recortes de alrededor de $500 millones anuales entre 2022 y 2025.
Eso significará un gran costo político y social, si no se hace de manera técnica y con una comunicación adecuada sobre la verdadera situación de las arcas fiscales, aseguró Diego Olmedo, economista y socio fundador de Olmedo Inversiones y Finanzas.
“Se debe, primero, hacer un análisis de todo el sector público para identificar ineficiencias y gastos improductivos. Hay poco margen de acción. Pero si no se reduce el déficit, el país tendrá que seguir endeudándose”, acotó.
Actualmente, cada mes hay un hueco de alrededor de $400 millones entre gastos e ingresos, el cual se tiene que cubrir con deuda, tanto interna como externa, o incluso posponiendo pagos (atrasos).
No repetir la ‘receta’ del Gobierno saliente
Entre 2017 y 2020, el gasto en el Presupuesto General del Estado (PGE) se redujo en $2.133 millones. Sin embargo, Santiago García, docente de la Universidad Central y presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, explicó que se hizo de manera desordenada, sin criterio y solamente obligado por la crisis.
“Se recortó sin prioridades, incluso afectando presupuestos en áreas como salud y educación. Además, se recurrió a reducir constantemente la inversión, lo que profundizó el estancamiento económico”, afirmó.
Renegociación con el FMI
Según García, el presidente Lasso debe renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para, entre otras cosas, cambiar los montos y los tiempos del ajuste. Además, se debe consensuar un plan por fuera del multilateral para reactivar la economía, atraer inversión y generar empleo.
En ese contexto, ya no tiene cabida seguir cortando la inversión pública, de la que depende el 70% de las actividades de la construcción y otros sectores.
Ecuador necesita $5.000 millones de nuevos capitales, pero si se consiguen $1.500 millones en el primer año se daría un paso importante. Caso contrario, de acuerdo con Alberto Acosta Burneo, economista y miembro de Grupo Spurrier, se podría repetir un éxodo migratorio parecido al relacionado con la crisis bancaria de 1999.
En términos netos, entre entradas y salidas, el recorte en la nómina del sector público supera las 50.000 personas entre 2017 y 2020.