El ingreso de niños a casas de acogida aumentó

REALIDAD. Más del 50% de los niños que han llegado a casas de acogida en 2021 tienen entre cinco y siete años.
REALIDAD. Más del 50% de los niños que han llegado a casas de acogida en 2021 tienen entre cinco y siete años.

Los casos de negligencia y abandono infantil se dispararon durante la pandemia. 195 niños llegaron a estas casas en lo que va de 2021.

No todos los niños están seguros dentro de sus hogares.

En lo que va de 2021, aproximadamente 195 menores han ingresado a casas de acogida debido a negligencia, maltrato, abuso sexual, abandono y más (ver recuadro).

Sybel Martínez, vicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos de Quito, detalla que para que un menor llegue a uno de estos espacios es porque se han agotado otras instancias, porque los casos de maltrato son reincidentes y porque la integridad de los menores está en alto riesgo.

Es el caso de José (nombre protegido), de 7 años, que fue rescatado por la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), luego de que la dueña de casa donde vivía denunciara a sus padres por mantener encerrado todo el día al niño. Tras los exámenes se comprobó que presentaba un alto grado de desnutrición.

 Actuación ciudadana

Martínez destaca la importancia de que la ciudadanía no “mire hacia otro lado” cuando es testigo de violencia contra niños, niñas y adolescentes.

La primera instancia para presentar una denuncia es la Dinapen, pero también se puede acudir a las juntas de protección de derechos de cada ciudad, en el caso de Quito, por ejemplo, hay cuatro.

El trabajo de las juntas de protección de derechos es remitir el caso para que se investigue, se levante un parte y se den medidas de protección. “Cuando la situación es muy grave la junta puede dar a conocer el caso y pasarlo a Fiscalía”, explica Martínez.

Los niños pierden libertad

 Si bien el rol de las casas de acogida – 86 a nivel nacional– es precautelar la seguridad de los niños, Martínez dice que no es apropiado que un menor llegue hasta esa instancia,  pues cuando llegan a estos espacios pierden sus libertades. “A veces pueden ser como cárceles para los niños, no digo que no les cuiden o que no haya unas que son mejores que otras, pero no está bien”, agrega.

Mientras la situación de los niños se analiza ellos pueden pasar, hasta un año en estos espacios, lejos de sus familias.

Otro de los conflictos que afrontan los menores es el acceso a la educación, especialmente durante la pandemia de la Covid-19, ya que no todas las casas hogar cuentan con internet, más si se ubican en zonas rurales.

De acuerdo a Esteban Lasso, representante de ‘World Visión’ en Ecuador, la crisis generada por la pandemia ha traído graves consecuencias para los niños, niñas y adolescentes en el país en múltiples aspectos y ha mermado, aún más, sus derechos debido a la sobrecarga de los sistemas de salud, el cierre prolongado de las escuelas, la pérdida de seguridad económica en los hogares, el riesgo de sufrir violencia y otras formas de explotación y el limitado acceso a la educación a través de medios virtuales.

Martínez concuerda y destaca que las medidas que toman las autoridades dejan de lado la salud mental de los menores. “Cerremos los parques por bioseguridad ¿y qué pasa con los niños que han pasado más de un año encerrado?”, cuestiona Martínez.

Se agudizó la violencia contra los niños

En 2018, 2.462 niños vivían en las casas de acogida. Para 2019, el número llegó a 2.469. En 2020 bajó a 2.461 y en lo que va del 2021 ya son 2.656 niños que llegaron a casas de acogida.

Según un estudio de World Vision Ecuador,  el 39 % de la población ecuatoriana son niñas, niños y adolescentes y varios de sus derechos han sido vulnerados durante la pandemia.

Además, el 31 % de hogares con menores consideró que el nivel de violencia en casa aumentó en este último año.

Martínez destaca que antes del confinamiento era más fácil reconocer a los niños violentados, especialmente en escuelas públicas o en pequeños de bajos recursos que acceden a programas estatales.

“Lamentablemente es más difícil palpar el maltrato en niños de estratos medio o medio alto porque están en círculos donde es más difícil darse cuenta”, comenta Martínez.

La naturalización de la violencia

La sociedad no ha logrado cambiar patrones socioculturales sobre la infancia. “Se sigue creyendo que los niños son objeto de tutela y no de derechos”, detalla Martínez.

Para la Vicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos, todavía la sociedad naturaliza la violencia como una forma de disciplina.

Hilda Navarro, psicóloga infantil, también considera que esta naturalización está ligada a la negación de los padres sobre cómo ellos fueron educados.  “Se tratan de convencer de que si a ellos les educaron golpeándolos o humillándolos, no les ha pasado nada. Pero son adultos sin responsabilidad afectiva, a los que les cuesta dialogar y que al convertirse en padres repiten patrones ”, dice.

Ingreso de niños, niñas y adolescentes en casas de acogida

Motivos

Negligencia: 36%
Maltrato: 25%
Abuso sexual: 13%
Abandono: 12%
Situación de calle: 2%
Orfandad: 1,99%
Trata: 1%
Progenitores en la cárcel: 0,75%
Otras causas: 5,80%
Aproximadamente 2.600 niños viven en casas de acogida en el país.