Falta de acompañamiento y desconocimiento sobre los procesos artísticos evitan que las autoridades miren a la cultura como un sector vulnerable, indican expertos.
Unos minutos después de que el COE nacional exhortara el cierre de teatros, cines y espacios deportivos, como parte de las medidas para contener la propagación de la Covid-19, Alejandro Lalaleo, director y escritor, expresó su malestar: “Que nos incluyan dentro de las actividades más peligrosas que hay para contraer el Covid, para mí, realmente es indignante”, dice el dramaturgo.
Lalaleo dijo que no ha existido -desde las autoridades- un proceso de acompañamiento con los teatros que, durante el confinamiento de 2020, fueron los primeros en cerrar y los últimos en abrir.
Con esto concuerda la gestora cultural Luz Albán. Cuando en junio se reactivó la movilidad, las cartas, formularios y protocolos enviados por Albán junto a un colectivo de escuelas de artes escénicas y otros actores no obtuvieron respuesta hasta septiembre y octubre.
Desconocimiento
El COE Nacional menciona que para emitir medidas se toman en cuenta reportes epidemiológicos emitidos por el Ministerio de Salud y COE cantonales.
Durante los anuncios suelen estar los ministros de Turismo, Gobierno, Educación o Producción, pero no de Cultura.
LA HORA le consultó al departamento de comunicación de la cartera de Estado si participan de las reuniones del COE nacional y respondió: “Nosotros hemos presentado varios protocolos para aprobación del COE”. Pero no contestaron si es que participan de la toma de medidas.
Lalaleo dice que las medidas responden a una falta de conocimiento. “Estamos a cargo de autoridades que no tienen ni idea de cultura, de gestión cultural, que no han ido a un teatro y no saben cómo son los procesos de creación, que no saben cómo son los estrenos, cómo se da funciones y nos meten a todos en la misma bolsa”.
Para Lalaleo resulta incomprensible que los teatros estén en la misma categoría que los restaurantes y gimnasios. “Desconocen cómo el aforo es completamente diferente”.
La cultura autogestionada
El productor audiovisual y de eventos, Fernando Visarrea, destaca que el sector de la cultura y el entretenimiento funciona por la autogestión.
Con 30 días de estado de excepción, la reactivación que era lenta se vuelve insostenible. “Nosotros nos gestionamos absolutamente con taquilla. No recibimos apoyo, no recibimos fondos. Ninguna ayuda del Municipio (Quito), ni siquiera un retuit en la Secretaría de Cultura o en su página web. No recibimos absolutamente nada”, destaca Lalaleo, quien trabaja en dos teatros y en el Microteatro UIO. En este último, las funciones reciben un máximo de 15 personas.
Por su parte, el Ministerio de Cultura detalla que impulsó líneas de fomento durante la emergencia sanitaria para 2.500 trabajadores culturales y un bono humanitario, que entregó a 5.500 trabajadores del sector, $60 durante tres meses.
Lalaleo destaca que este plan de emergencia del Ministerio de Cultura fue una convocatoria, pero que no tuvo mucha difusión. “Sé que hubo ganadores y que sus obras se presentaron o se van a presentar vía on-line”. Sin embargo, destaca que el teatro es un espacio vivo que no se compara con la virtualidad.
¿Qué hacer?
Visarrea reconoce que la emergencia sanitaria requiere de medidas que contengan la propagación de la Covid-19. “Me parece fuera de tono que desde el Gobierno se llame a fomentar el turismo desde diferentes provincias”.
Con la visibilización necesaria de los proyectos artísticos y culturales de cada ciudad, dice Visarrea, se evitaría la masiva movilidad, pues la gente tendría opciones para quedarse.
Lalaleo dice que para tomar medidas, el Gobierno central, el ministerio de Cultura y los municipios deberían reconocer a los artistas como parte de un sector vulnerable. “La mayoría de los artistas no tienen seguros médicos. Son 30 días que no vamos a tener ningún ingreso y existen costos fijos que los teatros tienen: agua, luz, teléfono, sueldos, internet, arriendo”.
“Estamos a cargo de autoridades que no tienen ni idea de cultura, de gestión cultural, que no han ido a un teatro y no saben cómo son los procesos de creación, que no saben cómo son los estrenos, cómo se da funciones y nos meten a todos en la misma bolsa”, Alejandro Lalaleo, escritor y director de teatro.
Quitarle el arte a la gente es desensibilizar
“Cuando estuvimos encerrados durante la pandemia pudimos descubrir que lo que nos mantenía vivos, lo que nos entretenía, lo que nos hacía sonreír, emocionar u olvidarnos un poco de todos los problemas que existían en el mundo era el arte”, menciona Lalaleo.
El dramaturgo señala que el arte le permite a la gente crear empatía y entender el mundo desde otro punto de vista. “Cuando le quitamos al mundo cultura le desensibilizamos, hacemos que sea gente que solo necesita sobrevivir en el día a día”, agrega.
Conversatorios para reactivar el sector artístico y cultural
Durante seis semanas —del 12 de enero al 18 de febrero— la iniciativa +593 ESPACIO realizó conversatorios sobre Prácticas Culturales y Creativas (PCC) para identificar y solventar problemáticas comunes sobre políticas de fomento, de financiamiento, de incentivos y derechos para una posible solución ágil en el contexto de la actual pandemia del COVID- 19.
Con un total de 47 invitados de diferentes sectores artísticos, culturales e investigadores el espacio permitió a brindar asesoramiento y herramientas en diferentes campos necesarios para lograr sostenibilidad y sustentabilidad a 10 emprendimientos multidisciplinarios en artes digitales, artes plásticas, artes sonoras, artes escénicas, artes visuales e investigación tanto de la comunidad la Universidad de las Artes como de la ciudadanía.
Los foros organizados por la Dirección de Economías Creativas e Innovación del Centro de Producción e Innovación MZ14 de la Universidad de las Artes, se realizaron desde la virtualidad y llegaron a más 20.978 personas.
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